¿Cultura contemporánea?

Viene todo esto a cuento del proyecto impulsado por la Fundación la Caixa, cuya vinculación con la orientación actual de la práctica y la experimentación artística en la Alhóndiga resulta evidente, siempre y cuando se fomente la convivencia y se respete la filosofía y la autonomía de cada especialidad y exista, también, un espacio dedicado al efecto, cosa no tan difícil habida cuenta de la magnitud del edificio. Que el proyecto lo respalde una fundación privada, filantrópica, con probada y reputada experiencia en el ámbito de la cultura, la ciencia y la tecnología es una garantía absoluta. Añadamos a ello no solo la oportunidad de Bilbao en la posible ubicación urbana de este proyecto o la importancia de una aportación económica completamente privada y altruista, sino también su efecto en el impulso a la creación y al mantenimiento del talento. Está claro, en fin, que ese multiespacio disperso y desordenado de la Alhóndiga tiene que ser mejor definido, organizado y aprovechado, pero sería absurdo perder un nuevo proyecto que a buen seguro encontraría fácilmente acomodo en otras muchas ciudades.