El primer aerogenerador flotante de hormigón se fabrica en el Puerto

Los trabajos que se realizan en el puerto, con gigantescos encofrados en los que se vierte el hormigón, hacen difícil adivinar todavía el resultado final que tendrá la plataforma. Se espera que para el último trimestre estén listas las distintas piezas y comience su ensamblado, empleando grúas de gran tonelaje.

Una vez montada la estructura, tendrá forma de catamarán. La plataforma medirá 67 metros de eslora y 30 de manga. Sobre ella irá el aerogenerador de 2MW, capaz de suministrar energía a 2.000 hogares. El molino eólico montado en la plataforma se alzará a 70 metros de altura sobre el nivel del mar, y sus aspas alcanzarán los 40 metros. Más adelante, sin embargo, se planean aerogeneradores de hasta 10 y 15 MW, que supondrán ampliar estas dimensiones. Con todo, los futuros parques eólicos se instalarán a distancias de la costa a partir de los 8 y 9 kilómetros.

El DemoSATH, como se denomina el proyecto en el que también participa la eléctrica RWE, el Ente Vasco de la Energía (EVE) y la empresa Ferrovial como constructora, será la primera plataforma a nivel nacional conectada a la red eléctrica, y la tercera del mundo en base a una tecnología de hormigón. Su diseño será único y, entre sus ventajas, están la de «construirse completamente en tierra», como detalló este lunes el director técnico de SAITEC OffShore, David Carrascosa. Esto será gracias también a las instalaciones de las que dispone el Puerto de Bilbao. Además, tres cuartas partes de su producción se podrán realizar en Bizkaia.

El viceconsejero de Industria, Javier Zarraonandia, visitó este lunes el lugar de las obras y celebró las oportunidades del sector para la cadena de valor vasca. No obstante, advirtió de que los parques eólicos flotantes tardarán cerca de una década en comenzar a ser una realidad. Francia, Reino Unido y Noruega serán de los primeros en contar con este tipo de instalaciones. «Intentaremos que antes de 2030 tengamos algo, pero no me atrevo a dar una fecha concreta porque la tramitación administrativa es complejísima», detalló este lunes el viceconsejero.

De momento, la puesta a flote de este prototipo, que se testará durante dos años en los que producirá electricidad, será una realidad hacia marzo o abril de 2022. Una embarcación semisumergible ayudará a su botadura, y después será remolcado y fondeado en las instalaciones de Armintza, en un punto con 82 metros de profundidad sobre el que podrá girar anclado a tres pares de cadenas. «Será un gran hito», resumió Zarraonandia.