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Para los bilbaínos casi es más factible volver a ver al Athletic subirse a la gabarra que encontrar un alquiler asequible. Los precios siguen su sutil escalada por la falta de oferta, la proliferación de los pisos turísticos -más de un millar en Bilbao- y ... los efectos de una Ley de Vivienda que ha generado «miedo» entre los propietarios. En este escenario se ha sumergido EL CORREO para ver diferentes ejemplos de un mercado cuyas elevadas rentas han desatado las primeras manifestaciones para reivindicar el derecho a la emancipación, sobre todo de los más jóvenes. «Los pisos decentes por menos de 900 euros vuelan», resume el sector.
Primera visita a un piso: uno de los más económicos en el mayor portal inmobiliario, 'Idealista', con una oferta de más 350 alquileres en la ciudad. El más barato, unos 480 euros, estaba en la plaza Unamuno del Casco Viejo. Aunque se autodenominaba como piso, en realidad era una habitación. «¿A ese precio? En Bilbao no encuentras nada. Lo más económico en el Casco Viejo está anunciado por 1.000 euros. Y es viejo», confiesa desde el teléfono la comercial.
Otro intento. El segundo más económico. Son 575 euros al mes en Atxuri. Un estudio tipo 'loft' de 41 metros cuadrados «para estancias cortas». «¿Verlo? Ya está alquilado. Nos desborda el trabajo y no podemos perder el tiempo». Tampoco hubo suerte con la tercera oferta más asequible, la de un particular que ofrecía por 650 euros al mes un estudio pequeño en Betolaza. Por su anuncio habían contactado más de 30 personas por correo electrónico. No hubo respuesta.
A partir de ahí, las opciones no bajaban de 700 euros. Abrió su puerta la quinta renta más asequible. Un estudio de 25 metros cuadrados recién reformado en Zabalburu. ¿El precio? 750 euros para una persona, una mensualidad que asciende a 850 en caso de que sea para una pareja. Hay que sumarle unos 200 euros de gastos mensuales en suministros, wifi y limpieza; una fianza de 1.000 euros y otros 200 en concepto de gastos administrativos por la entrada. Gestiona su alquiler Mercedes Medina, socia fundadora de la agencia 'Habitacción'. Ha recibido ya más de medio centenar de peticiones en medio mes. «La nueva ley sobreprotege a los inquilinos y genera miedo a los propietarios. Ha hecho que los filtros sean mucho más exigentes, lo que dificulta el acceso a la vivienda. De seguir así, el mercado se encarecerá aún más», argumenta.
Las claves
872 euros es la renta media del alquiler en Bilbao desde mediados de 2023, según los últimos datos del Gobierno vasco.
Corta estancia El sector inmobiliario advierte que la nueva ley genera «miedo» entre los propietarios, que optan por contratos de menos de un año y requisitos como el seguro de impago.
350 ofertas de alquiler muestra el principal portal inmobiliario en internet, con el grueso ubicado en Abando e Indautxu, muy por delante de zonas como Rekalde o Casco Viejo.
En su anuncio, pide a los aspirantes un contrato de trabajo «preferiblemente indefinido», con una nómina con ingresos de más de 2.000 o 2.400 euros al mes, además de firmar un seguro de impago. El estudio queda libre en noviembre y los interesados sólo pueden verlo a través de un vídeo, incluso aunque se formalice el contrato. «Muestra la realidad a la perfección y es más cómodo para todos». Defiende Medina que la solución no pasa por intervenir los precios, sino por «equilibrar la protección entre propietario e inquilino, hacer habitables lonjas u oficinas y construir parque de alquiler público».
Según los últimos datos oficiales del Gobierno vasco, el precio medio de los alquileres se sitúa desde mediados de 2023 en Bilbao en 872 euros mensuales, unos 12,6 euros por metro cuadrado. Una cifra que asciende a 14 en los datos procesados por 'Idealista' en base al mercado actual. Esos 872 euros desprenden que los bilbaínos gastan de media al año 10.464 en el alquiler en este escenario, un 32% sobre el salario medio bruto en Euskadi, situado en 32.314 euros según los últimos datos del INE. El problema es que una cuarta parte de esos trabajadores vascos no alcanza los 20.000 euros anuales, por lo que destinarían al alquiler más de la mitad (casi un 55%) de sus ingresos, si se extrapola el dato a Bilbao.
Se abre ahora otra puerta, algo intermedio. La de un piso en Deusto, cerca del puente homónimo con vistas al Guggenheim. Tiene 123 metros cuadrados, tres habitaciones, otros tantos baños... Varios muebles algo viejos, pero en buenas condiciones. Una pareja pagará 1.400 euros mientras reforma su casa. «La horquilla está entre los 900 y 1.600 euros. Por menos, nos revientan el teléfono, aunque en el mercado hay también precios inflados por algunos que intentan especular», explica Jon Ander Libano, gerente de Inmobiliaria Deusto. Apunta también a que la nueva ley incentiva «alquileres de corta estancia porque así se esquiva la nueva protección contra desahucios y los honorarios no deben ser asumidos por el propietario».
Una parte importante de los alquileres ofertados se concentran en Abando e Indautxu. El listón más alto son los 3.700 euros por un ático en un edificio histórico de la Gran Vía. Más allá de ese lujoso caso particular, lo cierto es que la diferencia de precios con el centro se ha reducido a raíz de la escalada de precios si se pone la vista en barrios como Rekalde, Uribarri o Casco Viejo. «La renta de este tipo de inmuebles tiene menor recorrido. Es más estable en comparación», desgrana Pablo Gulías, director de Engel & Völkers en Bizkaia.
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