Encapuchados asaltan una residencia de ancianos junto a la Basílica de Begoña

El asalto se produjo sobre las 10 de la noche, cuando los escasos residentes del centro, inaugurado el pasado septiembre, se encontraban ya en sus habitaciones. Fue la trabajadora de la residencia la que detectó la presencia del grupo de ladrones, que podrían rondar los 10 integrantes. Todos vestidos con las mismas sudaderas con capuchas para dificultar ser identificados por las cámaras de seguridad.

La trabajadora se encerró en el baño y alertó a sus compañeros de lo que estaba pasando. Según fuentes de lo ocurrido, en apenas media hora los asaltantes se movieron por donde quisieron -incluso por las habitaciones de los residentes- y se llevaron comida de la cocina mientras se llevaban lo que consideraban de interés. Desde la dirección de la residencia Orpea rehusaron responder a las llamadas de este periódico.

La Ertzaintza llegó poco después a la residencia. Los asaltantes ya se habían ido de allí. Las patrullas no encontraron a nadie tampoco en las inmediaciones. Según las fuentes consultadas, una rápida inspección del lugar permitió observar que los delincuentes se habían movido con agilidad por las instalaciones. Incluso se llevaron fruta de la cocina, que fueron comiendo mientras iban inspeccionado las distintas plantas del edificio. También percibieron que «habían fumado porros en algunos cuartos». Entre los trabajadores se sospecha que los asaltantes habían planeado el asalto a la residencia por la rapidez con la que se movieron por las instalaciones.

En este contexto, ayer se produjo una reunión entre la dirección del centro y los trabajadores. Los empleados pidieron más garantías de seguridad. Según los mismos medios, desde el centro afirmaron que «no había pasado nada grave» y rehusaron habilitar una «habitación del pánico» para dar garantías en el caso de que vuelva a suceder algo así.