La declaración de amor del zapatero más creativo de Bilbao en Disneyland París

«La fiesta nos encantó y me propuse volver todos los años si era posible. En 2020 teníamos el viaje, pero el covid lo suspendió todo. En 2021 no se celebró, pero este 2022 sí y ya hemos comprado entradas para asistir al evento», se emociona Iker.

Acompañados de Mickey y Pluto, entre otras muchas figuras inanimadas, y junto a otros dos amigos, se lo pasaron en grande. A la presencia de Rossy de Palma, se añadió un karaoke gigante y conciertos de Years&Years, Corine y Boy George como DJ. Las actuaciones se prolongaron hasta las tantas de la madrugada mientras nuestros protagonistas y sus acompañantes disfrutaron de las alturas de la montaña rusa.

Esta primavera renovarán votos, pero en esta ocasión cambiarán la capital francesa por Orlando, y más concretamente por Disney World. «Será nuestro viaje de novios. Iremos muy prontito, el mes que viene», anuncian.

El evento de 2019 rompió todos los moldes. No fue muy grande, pero resultó «maravilloso». Andoni ignoraba la sorpresa que iba a darle su pareja, que comenzaron a salir en 2015. «Somos muy fans de Disney y fuimos con disfraces. El día del Pride fuimos al castillo», recuerda el periodista.

Hacía muchísimo calor. Entre 30 y 35 grados. «Y muchísima humedad», apostilla Andoni. París vivía una ola de calor «insoportable. «Ellos insistiendo en ir al castillo y yo quejándome del calor. ¡Lo que pudimos sudar con aquellos disfraces! Eran de terciopelo y agobiaban muchísimo. Iba enfadado y estos que si 'venga, vamos hasta el castillo a hacernos una foto'. Menudo mosqueo llevaba yo. Iba pensando 'para qué la dichosa foto'». También qué iba a pasar junto al castillo. No tenía ni la menor idea.

Muchos niños se paraban a su paso «a hacerse fotos con nosotros». Y los colegas de Iker y Andoni, insistiendo con la misma retahíla a todas horas: 'venga, venga para el castillo'. Lo del castillo le superó. El mosqueo de Andoni fue tal que empezó a soltar «palabrotas por el camino. Hasta que llegamos allí, nos ponemos para la foto y ya es cuando hinca la rodilla... y te puedes imaginar», recuerda.

Lo que se pueden imaginar es que Iker le preguntó si quería casarse. «¡Ahí con todos los turistas chinos sacándonos fotos y vídeos!», detalla Andoni.

¿Si le sorprendió al periodista el plan de su chico? «Mucho, no me lo esperaba para nada. ¿Si lloré? No. Pero me puse muy nervioso», confiesa.

Iker maquinó todo el plan. Hacía tiempo que le quería pedir matrimonio y tenía bastante claro que quería que fuera en Disney. «Cuando vimos la oportunidad y encima celebrar allí el 'día del orgullo', me pareció una fecha perfecta. Poder disfrazarnos de príncipes, me pareció mucho más bonito todavía», se sincera. Iker le regaló un anillo con forma de corona, «muy principesco. La pedida fue muy de película. Lo mejor es que me dijo que sí. Yo soy desde muy pequeñito fan del mundo Disney. Me parecía el sitio ideal justo delante del castillo», reconoce. Después de aquella visita, se casaron «por el juzgado. No hemos hecho ninguna ceremonia porque no ha podido ser», detalla el zapatero que tiene enamoradas a muchas mujeres por sus originales modelos. No los hay iguales en la ciudad.

Aquella pedida le dejó huella a Iker. Lleva tatuado el símbolo de la fiesta a la altura del pecho. Son las manos de Mickey dibujando un corazón con el arcoíris (símbolo del colectivo LGTBI) en medio. «Hemos decidido volver todos los años a Disneyland», proclama. La próxima vez que lo hagan será en verano para ratificar su orgullo de amor.