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Ana Barandiaran
Martes, 28 de junio 2016, 01:05
George Soros, el hombre que se hizo rico al tumbar la libra en 1992, no ha estado tan acertado esta vez. Le ha pasado lo mismo que a muchos inversores: estaba tan convenido de las consecuencias desastrosas del 'Brexit' que pensaba que al final se ... impondría la razón y que ganaría el 'remain'. Así que no apostó contra la divisa británica. Pero eso no quiere decir que se haya arruinado. Al contrario, como llevaba tiempo olfateando problemas en los mercados financieros, había elevado considerablemente sus posiciones en oro, el valor refugio por excelencia. Y la estrategia le ha salido bien porque el metal precioso se ha disparado con las turbulencias. «Ha obtenido rendimientos por otras vías pese a perder su apuesta sobre la libra», aseguraba a Bloomberg un portavoz de su compañía de inversión.
Puede que el viejo zorro haya errado, al igual que la mayoría, sobre el desenlace del referéndum pero está acertando de pleno en sus vaticinios sobre las aterradoras consecuencias del 'Brexit' para la economía y los mercados financieras. Dada su experiencia de más de 60 años como especulador -ahora tiene 85 y cuando doblegó al Banco de Inglaterra, 62- conviene tener muy en cuenta su criterio. Él cree que la salida del Reino Unido traerá pobreza para todos y que podría llevar a la Unión Europea a la desintegración.
Soros lamentaba en un artículo publicado en 'The Guardian' días antes del referéndum que mucho británicos iban a votar 'leave' convencidos de que esta decisión no iba a tener consecuencias en su bolsillo. Craso error. A su juicio, lo van a notar y mucho. En primer lugar, por la libra, que tal como vaticinó se está desplomando a gran velocidad. Él cree que puede llegar a bajar hasta los 1,15 dólares. «Si desciende a este nivel, una libra será equivalente a un euro con lo que, irónicamente, será como si el Reino Unido se hubiese unido a la zona euro», señala.
Según explica, la caída de la libra que él mismo provocó en 1992 tuvo consecuencias positivas en la economía, al impulsar las exportaciones. Pero considera que esta vez no será igual por tres razones. La primera, porque el Banco de Inglaterra no tiene margen para bajar mucho más los tipos de interés. «Ya están al límite compatible con la sostenibilidad de los bancos», advierte. La segunda, por el elevado déficit por cuenta corriente, que hace al Reino Unido más dependiente que nunca de la financiación exterior. «En 1992 entró capital al sector inmobiliario e incluso al industrial. Me temo que esta vez ocurrirá lo contrario. Habrá fugas de capital». Por último, porque duda de que se vaya a producir un 'boom' de las exportaciones, dado que no se va a invertir para aumentar la capacidad productiva.
En consecuencia, el millonario de origen húngaro opina que en esta ocasión la depreciación de la libra traerá un empobrecimiento de los ingleses y de la economía británica, que según la mayoría de casas de análisis terminará en recesión. Sin olvidar el riesgo de una fractura del país, dado que tanto Escocia como Irlanda del Norte, que votaron a favor de la permanencia, pueden exigir la independencia para quedarse en la UE.
Pero ahí no acaba todo, solo empieza. Soros no descarta en absoluto que el 'Brexit' tenga consecuencias comparables a la crisis financiera de 2007-2008. Desde luego, el desplome que ayer sufría la banca europea daba credibilidad a estos negros augurios. Más allá de los problemas técnicos de las entidades con base en la City por la posible pérdida del 'pasaporte' europeo, se teme que la ralentización económica dañe aún más a un sector todavía no recuperado de la crisis y asfixiado por unos tipos de interés en mínimos, que se mantendrán así durante más tiempo.
No obstante, lo peor puede venir, a su juicio, por la falta de respuesta política de la UE al reto del 'Brexit'. La salida del Reino Unido crea un peligroso precedente y ha dado alas a los euroescépticos de otros países para pedir también sus propios referéndum. Soros considera que Europa debe responder con mayor integración en cuestiones como la unión bancaria y fiscal. Pero duda mucho de que Francia y Alemania, con elecciones en 2017 y centradas en sus problemas domésticos, vayan a actuar como corresponde. Ya han fracaso con los refugiados y con las tensiones abiertas entre países deudores y acreedores, recuerda. «La UE camina hacia una desintegración desordenada», alerta.
No sería de extrañar que tras este diagnóstico tan pesimista haya incrementado todavía más su apuesta por el oro. Tiene claro que el 'Brexit' empobrecerá a la mayoría y sólo enriquecerá a un puñado de especuladores como él.
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