Draghi reactiva a las bolsas, pero el Ibex-35 se queda atrás

A cambio, en la faceta más amistosa con los mercados que se le conoce, anunció su disposición a aumentar las compras de deuda más allá de septiembre de 2016 si fuera necesario. No sólo hubo palabras, también hubo algún hecho: amplió del 25% al 33% el porcentaje que puede crear de cualquier emisión. El selectivo español, que rondaba los 9.960 puntos, rebotó con fuerza hasta superar los 10.000 puntos. Y desde ahí fue ganando posiciones paulatinamente, hasta superar en algún momento los 10.100 puntos. Estuvo a punto de cerrar sobre esa cota, pero al final no la pudo mantener: dio un último cambio en los 10.042,4 puntos, tras anotarse un 1,05%.

Pero, y esto puede ser sintomático, el selectivo español se quedó muy atrás respecto al resto de índices europeos. Así, el Dax alemán se anotó un 2,69% y el Ftse Mib de Milán, un 2,62%. El Cac 40 francés también se revalorizó más de dos puntos porcentuales. El PSI-20 de Lisboa, por su parte, ganó un 1,53%.

Las palabras de Draghi también tuvieron consecuencias en los mercados de renta fija. Vimos caídas muy significativas en la rentabilidad de los bonos. Pero, como sucedió en la Bolsa, también en la deuda española vimos un peor comportamiento relativo respecto a otras europeas. Así, si la rentabilidad del bono español a diez años bajó desde el 2,14% hasta el 2,10%, la del italiano retrocedió desde el 1,99% hasta el 1,93% y la del portugués, desde el 2,69% hasta el 2,58%. Como incluso la rentabilidad del bono alemán cayó más que la del español, la prima de riesgo de España no sólo no bajó, sino que subió: desde los 134 hasta los 136 puntos básicos.

Si tuvo efecto en las Bolsas y en la renta fija, el discurso de Mario Draghi también tuvo consecuencias importantes en el mercado de divisas. La moneda comunitaria, de niveles en torno a 1,1230 dólares bajó hasta 1,112 unidades en primera instancia y siguió cayendo hasta perder el nivel de 1,11 unidades coincidiendo con el cierre de la sesión.

Acerinox rebota más de un 7%

Hablando ya de acciones, en el selectivo español destacó Acerinox, con un fuerte rebote del 7,21%. A continuación, IAG, que ganó un 4,31%. ArcelorMittal y Grifols, por su parte, ganaron más de un 3%. Acciona, por su parte, más de un 2%. Entre los grandes, el mejor fue Inditex, con una revalorización del 1,83%. Telefónica también fue capaz de anotarse más de un punto porcentual, así como Repsol, que cerró la sesión con una subida del 1,16%. BBVA, mientras, ganó un 1,04%.

En rojo, únicamente cinco valores: Abengoa fue el que más cayó, con un descenso del 6,82%. Después, cuatro bancos: Sabadell, que se dejó un 3,53%, mientras Bankinter perdió un 1,35%, Popular, un 1,10%, y CaixaBank, un 0,08%.

En el Índice General de la Bolsa de Madrid no hubo ningún valor que ganara en rentabilidad a Acerinox. Después se colocó Urbas, con una subida del 5,88%. En rojo tampoco hubo una compañía que se comportara peor que Abengoa. Prisa se colocó después, con un retroceso de casi un 6%.

En el Eurostoxx 50, sólo dos valores cerraron en negativo: Engie (la antigua GDF Suez) y Vivendi. En verde, el valor que más partido le sacó al buen tono de los mercados fue ASML, que se anotó un 5%. Después, Deutsche Telekom, Bayer, Deutsche Bank, Total y un buen puñado más de acciones, con ganancias de más de un 3%.

Noticias mixtas en EE UU

En Estados Unidos, noticias mixtas pero, como en la sesión del miércoles, se impusieron las buenas. Por un lado, tuvimos un dato de paro semanal algo peor de lo esperado: el número de solicitudes iniciales de subsidio por desempleo alcanzó las 282.000, por encima de las 275.000 previstas por los analistas, mientras que el índice de actividad del sector servicios se comportó mejor de lo esperado por los analistas en agosto. De acuerdo con Markit, subió de los 55 a los 55,7 puntos. El ISM, por su parte, cayó desde los 60,3 hasta los 59 puntos, cuando el consenso de expertos esperaba una caída hasta los 58,2 puntos. Se trata de la segunda mejor cifra de la última década.

Estas referencias en Estados Unidos hicieron posible que al cierre de las Bolsas europeas, los índices de Wall Street subieran en torno a un punto porcentual. No parecía preocupar demasiado que en el Libro Beige de la Reserva Federal publicado el día anterior se reconociera la salud de la que goza la economía americana y la existencia de tensiones al alza en los salarios, síntomas, quizás, de que la puerta no está cerrada a una subida de tipos en Estados Unidos en dos semanas.

En Europa, antes de que hablara Draghi también habíamos conocido noticias económicas favorables. Por ejemplo, el índice de gestores de compras del sector servicios. A nivel europeo, se revisó al alza desde los 54,3 hasta los 54,4 puntos, cuando los expertos esperaban estabilidad. Con ello, el índice compuesto, que suma la actividad del sector servicios y la del sector industrial se colocó en los 54,3 puntos, por encima de los 54,1 puntos previstos. También positivos fueron los datos de ventas al por menor.

En el mercado de materias primas, el crudo cotizaba al alza: el barril de Brent, de referencia en Europa, avanzaba un 2,12%, para colocarse en los 51,5 dólares. El de West Texas, de referencia en Estados Unidos, subía un 0,8%, hasta los 46,63 dólares.