Un operario de GE trabaja en la fabricación de contadores inteligentes en la planta de Zamudio.

General Electric quiere ganar peso en Euskadi con el traslado de su actividad en Cataluña

Afronta un proceso de reestructuración tras la compra de Alstom que pone en peligro 6.500 empleos en toda Europa pero del que el País Vasco sale reforzado

Luis López

Jueves, 14 de enero 2016, 21:54

General Electric (GE) está haciendo la digestión tras comerse a Alstom. Para ello, la multinacional norteamericana ha iniciado un proceso de reestructuración con el fin de integrar a la firma gala, y eso traerá cambios en toda Europa. Estas maniobras para alimentar sinergias y laminar ... duplicidades van a suponer el cierre de distintas instalaciones a lo largo del continente y podría afectar al empleo de unas 6.500 personas. Sin embargo, para determinadas plazas el cambio será a mejor. En concreto, GE plantea potenciar su presencia en Euskadi trasladando hasta aquí la actividad que ahora se desarrolla en Cornellá -referida a la tecnología hidráulica-. La instalación catalana echará la persiana y el plan es que su negocio venga al País Vasco. También lo hará, previsiblemente, buena parte de la plantilla, 68 personas, a muchas de las cuales se les ofrecerá el traslado a tierras vascas para mantener su empleo.

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Según el planteamiento actual que maneja la multinacional, esta actividad no sería asumida por ninguna de las tres instalaciones que posee ahora en Euskadi -concretamente en Bilbao, Zamudio y Andoain, que dan trabajo a un total de 300 personas-, sino que implicaría la creación de un nuevo 'centro de excelencia empresarial' en Bilbao, sobre el que por el momento no hay mayores concreciones.

En realidad, es lógico que sea así porque desde GE matizan que lo que existe en estos momentos es una hoja de ruta que puede cambiar de manera sustancial durante los próximos meses: el asunto se ha sometido a un periodo de consultas ante los representantes de los trabajadores a nivel continental, tal y como exige la normativa comunitaria, y en ese viaje se pueden abrir y cerrar muchas puertas. En el documento presentado por la empresa se contiene un estudio sobre la competitividad de los distintos negocios y el mejor modo de integrarlos dentro de una estructura lo más sólida y rentable posible. El periodo de negociaciones se prolongará durante tres meses, y el siguiente paso será la consulta con los sindicatos a nivel estatal.

En cualquier caso, el punto de partida es un escenario en el que 6.500 trabajadores de los 120.000 que la multinacional tiene en Europa perderán su trabajo. De ellos, 500 son españoles y las principales autonomías afectas son Cataluña, Navarra y Madrid.

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En concreto, se recortarán 230 empleos en Barcelona y los 68 ya mencionados en Cornellá. También se cerrará la planta navarra de Buñuel, con 97 empleos, en vista de su «baja actividad y pérdida de competitividad», y la madrileña de Alcobendas (con 59 puestos de trabajo). Además se verán afectados otros profesionales que desarrollan su actividad en distintos parque eólicos españoles.

Recolocaciones

En todos los casos GE ha mostrado su disposición a hacer un esfuerzo a la hora de ofrecer recolocaciones que amortigüen el impacto social de la reestructuración que se avecina. Y, además, la multinacional insiste de manera reiterada en que por el momento todo lo que hay es una hoja de ruta inicial y susceptible de cambios durante la negociaciones con los sindicatos.

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GE es una empresa muy diversificada cuya actividad abarca desde motores de aviación hasta contadores eléctricos, pasando por equipos de generación de energía, sistemas de iluminación y hasta servicios financieros. Está presente en un centenar de países y a nivel mundial emplea a un total de más de 300.000 personas.

En estos momentos su presencia en Euskadi se circunscribe a tres centros: en la localidad vizcaína de Zamudio está el dedicado a la manufactura, tecnología y actividad comercial de Digital Energy, donde se realizan relés de protección de redes eléctricas y contadores inteligentes; en Bilbao existe una planta de fabricación de 'hydro'; y en el municipio gipuzcoano de Andoain está un centro de mantenimiento y reparación de la filial GE Power dedicada a la energía y actividad de tratamiento de agua.

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De prosperar las intenciones actuales de la multinacional, a estos tres se sumaría un nuevo equipamiento en la capital vizcaína para mantener la actividad que ahora se desarrolla en Cornellá. Eso sí, en GE desvinculan el trasvase de Cataluña a Euskadi de cualquier tipo de motivación política.

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