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Manu Alvarez
Lunes, 2 de marzo 2015, 01:25
El presidente de la patronal vasca, Miguel Ángel Lujua, ha terciado esta semana en el 'caso Hiriko' para 'criticar las críticas' a ese intento de desarrollar un vehículo eléctrico en Euskadi, en el que han enterrado dinero todos los españoles. Esto es, para llamar la ... atención sobre el hecho, al menos así lo cree y lo siente, de que no se debe atacar a un grupo de personas pusieron en marcha una idea empresarial que ha resultado un fracaso en su fase inicial. En su opinión, judicializar y demonizar estos procesos va en contra del reconocimiento de la actividad empresarial, que es inherente al riesgo.
El presidente de la patronal tiene razón a la hora de pedir que no se demonicen los fracasos empresariales, pero quizá el proyecto Hiriko, en el que se pretendía desarrollar un vehículo eléctrico biplaza, con una fórmula de producción descentralizada, tiene más de tomadura de pelo que de iniciativa empresarial. Quizá no en el origen de la idea, pero sí en el proceso de desarrollo. Y la patronal vasca, al menos en honor de quienes arriesgan su dinero y no el de todos los ciudadanos, debería distinguir perfectamente entre una cosa y otra.
La gestación llamaba un poco la atención. Era un diseño original del prestigioso MIT norteamericano, financiado dentro de un programa más amplio sobre movilidad urbana, que había sido condenado a dormir en un cajón. No le interesó a ninguna empresa de Estados Unidos terminar el desarrollo y menos aún comercializarlo. ¡Pero qué sabrán estos norteamericanos de la industrial de automóvil! Y es en ese punto donde aparece un grupo de vasquitos para intentar demostrar que, efectivamente, ese prototipo era la pepita de oro que enseñaba donde estaba la mina.
Informe demoledor
Hiriko fundió 17,5 millones de euros de dinero público vía subvención. La mayor parte de ese dinero, un total de 15 millones, procedían del Presupuesto General del Estado. ¿Quizá porque José Luis Rodríguez Zapatero se enamoró del coche eléctrico alavés? No. Tan simple como que aceptó pagar ese dinero a cambio de que los parlamentarios del PNV en el Congreso votasen sus Presupuestos. Simple y llanamente, compró votos en el Congreso con dinero de todos.
La Fiscalía de la Audiencia Provincial de Álava, además, ha hecho un informe demoledor tras un proceso de investigación. En síntesis, los promotores de la idea -¿de verdad que se les puede llamar empresarios?- articularon un buen número de sociedades, también de su propiedad, que actuaban como proveedoras de Hiriko. La mayor parte de ellas dedicadas al asesoramiento. Así, el dinero que llegaba de la Administración como subvención, acababa en buena parte sus manos. Deberán ser los jueces quienes determinen ahora las responsabilidades, pero vista la denuncia presentada por la Fiscalía eso no era una empresa. Era otra cosa.
Por alguna extraña razón, el País Vasco tiene muchos personajes -llamarles empresarios es un desperdicio- que son dependientes de la subvención pública y que sin ella no son capaces de construir algo que pueda llamarse empresa. Y por si fuera poco, hay algún extraño virus también en esta zona del sur de Europa que excita a la gente a gastar mucho dinero para tratar de inventar una cosa que tenga cuatro ruedas.
He llegado a perderle la pista pero en alguna nave industrial o en alguna lonja de Euskadi duerme rodeado de polvo y soledad el 'Carmen'. Un prototipo de vehículo utilitario, que pocos han visto y cuyo desarrollo pagó la caja de ahorros vizcaína BBK -4,5 millones de euros de hace 18 años-, para intentar contentar al que había sido vicepresidente de Volkswagen, José Ignacio López de Arriortua, y que debía servir como semilla para la construcción de una planta de fabricación de turismos en Amorebieta. Y ¿por qué gastó la BBK tanto dinero en aquello? Pues porque el entonces presidente del PNV, Xabier Arzalluz, le pidió al presidente de BBK, José Ignacio Berroeta, que echase una mano a López de Arriortua para cumplir su sueño de tener una fábrica de coches en Euskadi. Uy, perdón, que así empezó Gregorio Villalabeitia con lo de Mikel Cabieces y provocó el incendio de Roma...
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