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a. botija
Viernes, 16 de junio 2017, 17:03
Las deudas siguen siendo el principal riesgo de mortalidad empresarial. No en vano un 30% del medio millón de las pequeñas y medianas empresas que se perdieron en España durante la última gran crisis económico-financiera se debió precisamente a la morosidad. Las distintas medidas ... puestas en marcha desde el Gobierno han conseguido que el plazo de pago en el sector público se reduzca más de la mitad (56%) en cinco años, al pasar de los 162 días de 2011 a los 71 de 2016, según la Plataforma Multisectorial contra la Morosidad (PmcM), pero el problema sigue persistiendo tanto en este mismo ámbito como en el privado.
De hecho, una de cada 10 compañías sigue estando en riesgo de cierre por efecto de los incumplimientos de pago. Y eso que el número de empresas que ha sufrido un impacto significativo en sus cuentas a causa de la demora en el abono de facturas está en uno de sus niveles más bajos, con un 26%, y acumula ya seis años descensos tras el máximo histórico registrado en 2012 cuando dos de cada tres (66%) padecían ese impacto negativo de forma importante. Son datos del último estudio elaborado por Crédito y Caución, una de las principales aseguradoras que interviene para cubrir riesgos en operaciones comerciales.
Otros parámetros, por el contrario, han empeorado... y bastante. Por ejemplo, ha habido un empeoramiento en los plazos de pago comerciales por segundo año consecutivo desde 2012, de manera que apenas cuatro de cada 10 empresas (39%) trabaja con plazos inferiores a los 60 días que trató de impulsar la Ley 15/2010 de Medidas de Lucha contra la Morosidad, siete puntos menos que hace dos años. El resto (62%) tarda más de dos meses en cobrar sus facturas, e incluso un 14% todavía supera los 90 días.
La mayoría (el 83%) , según el informe, termina aceptando plazos superiores a los deseados, si bien más de la mitad (el 53%) son subcontratas de grandes empresas. En cuanto a las razones de los impagos, la balanza está prácticamente equilibrada entre el retraso intencionado (según Crédito y Caución se da en el 53% de los casos) y la falta de disponibilidad de fondos (en el 51%, dado que en el estudio se contempla que puedan existir a la vez varios factores), por encima de la complejidad del procedimiento de pagos (17%).
Curiosamente, ha descendido el número de compañías que utiliza criterios de solvencia a la hora de seleccionar sus clientes para evitar problemas ulteriores de morosidad, que queda ahora en seis de cada 10 (el 61%). De hecho, es el nivel más bajo desde 2011 (59%), 10 puntos menos que en los dos últimos ejercicios. La mayoría, además, opta por mecanismos de gestión interna (65%) y seguros de crédito (58%) a la hora de resolver cómo gestiona el recobro de sus impagados.
¿Cuándo encender la alarma?
Pero, ¿cuándo consideran las propias empresas que una de sus facturas ha entrado en morosidad? En prácticamente cuatro de cada 10 casos (el 38%) esperan que al menos pasen tres meses, mientras que en dos (el 19%) lo hacen entre los 60 y los 90 días. El resto, más precavidas, prefiere que no pasen de los dos meses (aunque un 26% admite que sean más de 30 días) e incluso un 17% lo hace justo al vencimiento del plazo previsto en la operación. Eso sí, más de la mitad (el 55%) opta finalmente por no aplicar intereses de demora pese a los retrasos, aunque algo más de un tercio (38%) afirma que lo hace a veces y solo un 7% los impone siempre.
Otro dato revelador, esta vez de otro estudio de la citada aseguradora, es que el 30% de las empresas que operan en España concentra sus riesgos de crédito comercial en menos de 10 clientes. Por territorios, el porcentaje más elevado se registra en Baleares (72%), Ceuta y Melilla (67%) y Asturias (56%). Por el contrario, las tasas más bajas de alta concentración se dan en Madrid (10%) y Comunidad Valenciana (10%).
La deuda comercial con retraso de pago (más de 60 días) de las empresas en el tercer trimestre de 2016 alcanzó los 202.218 millones, según el último boletín de la morosidad que elabora Cepyme. Es un 11% menos que en el peor momento de la crisis. Aun así, supone que el 72% excede el plazo legal. Además, la reducción no es homogénea y son las pymes las que, precisamente, antes pagan sus facturas. En concreto, las microempresas (1 a 9 empleados) tardan 75,6 días, mientras que las medianas(50 a 249 trabajadores) lo hacen en 83 días. Pero son precisamente las grandes firmas del Ibex las que disparan el periodo hasta 169 días.
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