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José Luis Galende
Domingo, 26 de marzo 2017, 01:38
Se denomina Índice Público de Renta de Efectos Múltiples (IPREM) y es el gran olvidado de la crisis. Desde el año 2010 permanece estancado en 532,51 euros al mes y, como las referencias para las que es utilizado se refieren a ayudas públicas y ... acceso a ventajas sociales, los perjudicados son las personas más desfavorecidas. Una circunstancia que, como critican multitud de entidades y organismos, ha dejado de ser novedad en esta larga crisis económica, de la que se está saliendo con un agravamiento de las diferencias sociales. Aunque desde diversas fuentes el periodo de dificultades economía se da por cerrado - los datos macro presentan, es cierto, una buena salud- , ello no puede ocultar que ha dejado una profunda herida a las capas de la población más empobrecidas.
El IPREM sustituyó al salario mínimo interprofesional (SMI) como referencia para la concesión de ayudas sociales en 2004. La más importante de todas es la de desempleo, que se fija en un máximo del 175% de este índice. Fue creado por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero cuando llegó al poder. La subida del 6,6% del salario mínimo dictada a mediados de ese año, que suponía un importante avance para los salarios más bajos, tenía un coste demasiado elevado para las arcas públicas en su vertiente social. Así, el SMI subió ese año cerca del 9%, en dos fases, cuando el IPREM se creó con los 460,50 que era hasta esa fecha el sueldo mínimo, que emprendía su vuelo en solitario como garantía de ingreso para los trabajadores y que pasó a tener efectos puramente laborales. Con la subida del 6,6% dictada por Zapatero - que se sumaba al 2% de comienzos de año- se situó en 490,80 euros. Desde entonces, la diferencia no ha hecho más que crecer.
En estos casi trece años, el índice público ha crecido un exiguo 13,4%, mientras que en ese mismo periodo el SMI lo ha hecho el 42%, hasta situarse en 707,60 euros al mes, frente a los citados 532,51 en que se ha estancado el IPREM desde hace siete ejercicios.
Esta evolución no dice demasiado por sí sola. Para saber sus efectos reales sobre la capacidad de compra de los afectados hay que compararla con el crecimiento de los precios. Pues bien, desde la creación del IPREM, la inflación ha rondado el 25%, aproximadamente el doble que la referencia utilizada para pagar cosas tan importantes como las prestaciones de paro. Y desde 2010, fecha desde la que está congelado, el aumento del coste de la vida es casi del 10%.
La inmovilidad del IPREM quiere decir que la prestación de paro máxima sigue estancada en 1.087 euros al mes, y la del subsidio de paro en 426 euros. Solamente los perceptores de esta última ayuda pueden beneficiarse del incremento del salario mínimo en el sentido de que ha subido el nivel de renta por debajo del cual pueden reclamarla. Dado que el subsidio se concede cuando los ingresos son inferiores al 80% del SMI (531 euros este año), a partir de 2017 las personas mayores de 55 años que estén en esa situación podrán solicitar los citados 426 euros.
La congelación del IPREM también tiene un efecto indirecto en la Renta de Garantía de Ingresos de Euskadi (RGI), ya que a medida que aumenta la diferencia con el subsidio de paro y otras prestaciones de carácter estatal que permanecen congeladas -o con subidas mínimas como las pensiones- se produce un efecto llamada por parte de la renta vasca, que hasta este año había evolucionado con la referencia del salario mínimo. Como se recordará, en el presente ejercicio ya no se ha aplicado el incremento del SMI -lo que ha creado una importante polémica- al haber optado el Gobierno vasco por la referencia del aumento de los precios.
Otras ayudas públicas se ven afectadas por la inmovilidad del IPREM, como el acceso a la Justicia gratuita, que se concede con ingresos inferiores al doble de ese indicador, o a las viviendas de protección pública aunque en el caso vasco existan baremos propios-. También es referencia este índice para la concesión de becas, para límites fiscales y, en general, para el acceso a la mayor parte de las ayudas sociales.
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