El sistema Ori propone una serie de soluciones para aprovechar mejor espacios reducidos.

Un piso dentro del apartamento

El donostiarra Hasier Larrea crea Ori, un sistema revolucionario que permite mover muebles y paredes para sacar el máximo provecho a los metros cuadrados de la vivienda

leticia sánchez-serrano

Viernes, 17 de marzo 2017, 16:05

Euskadi encabeza el ranking en viviendas más caras, pero también en tener las más pequeñas en promedio de metros cuadrados. Una combinación que dificulta la vida a aquellos que busquen gastarse lo justo y necesario y vivir en un espacio diáfano. O puede que no. ... Y es que un joven ingeniero donostiarra, de solo 28 años, está revolucionando el sector inmobiliario con un sistema que permite que muebles, gabinetes y paredes se muevan y cambien de forma, dependiendo de las necesidades y actividades del usuario.

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Este producto lleva por nombre Ori (del japonés, 'plegar', como origami) y es el resultado de cuatro años de investigación en robótica desarrollados por Hasier Larrea en el Área de Architectural Robotics del Media Lab del Instituto Tecnológico de Massachusetts, en colaboración con el diseñador norteamericano Yves Béhar.

Recientemente considerado uno de los 30 ingenieros de menos de 30 años que está reinventado la industria, este donostiarra ya tiene su empresa, Ori Systems, y la ha ubicado nada menos que en Cambridge, Estados Unidos. Pero, ¿cómo un ingeniero termina revolucionando el mercado inmobiliario? «La robótica y la arquitectura han estado separadas por mucho tiempo, hasta que hemos llegado a un momento en el que es necesario que la ingeniería y la arquitectura trabajen conjuntamente para resolver algunos de los grandes retos de este siglo», dice.

Y de esta combinación de disciplinas nace Ori, con la que han buscado revolucionar «la manera en la que diseñamos los espacios urbanos, para hacerlos más eficientes e inteligentes y responder así a los grandes retos que acompañan a la rápida urbanización de nuestro planeta». Con un único objetivo, que esa transformación sea «sin esfuerzo».

Este sistema ya es una realidad en EE. UU., donde cuentan con cinco apartamentos piloto en Boston. Y respecto a su llegada a España, explica Larrea que aún habrá que esperar, ya que «la gran necesidad actual para nuestras tecnologías es en las ciudades más caras del mundo. Cuanto mayor sea el precio del metro cuadrado, más sentido tiene pensar en soluciones que hagan que todo metro cuadrado tenga valor añadido. Ciudades como San Sebastián, Bilbao, Barcelona o Madrid están todavía lejos de los precios de grandes urbes como Londres, Hong Kong o Nueva York, donde hay una necesidad mucho más imperiosa para integrar estas tecnologías».

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Sin encarecer demasiado la vivienda

Precisamente, el precio de la vivienda y su posible encarecimiento al transformarlas en espacios dinámicos y robotizados es una de las dudas que surgen al hablar de Ori, pero Larrea deja claro que por mucho que un metro cuadrado individual pueda llegar a ser ligeramente más caro al añadir tecnología (10%), «tus metros cuadrados en conjunto van a darte una funcionalidad equivalente a un apartamento mucho más grande, que sería mucho más caro. Es decir, un apartamento de 30 metros cuadrados que tiene la funcionalidad de un apartamento de 40, siempre será mucho más barato, por mucha tecnología que tenga».

Actualmente, este sistema está optimizado para viviendas de 30 a 60 metros cuadrados y las tecnologías base serían también aplicables a oficinas, hoteles, residencias de estudiantes/ancianos, espacios urbanos en general. Según detalla, la respuesta está siendo buena. «Estamos viendo cómo los usuarios están transformando sus espacios con nuestras soluciones con mucha más frecuencia que con la que transforman los espacios con soluciones más tradicionales como camas plegables, etc», asegura el ingeniero donostiarra.

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