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José Luis Galende
Domingo, 12 de marzo 2017, 02:30
Los años de crisis no han pasado en balde. Tampoco lo han hecho en el colectivo de trabajadores autónomos vascos. Al igual que en la mayor parte de las áreas socioeconómicas, han dejado una profunda huella en un sector formado tanto por emprendedores de vocación ... como por trabajadores que no han tenido otra opción que recurrir a esta fórmula laboral al no haber encontrado una ocupación de asalariados que se ajuste a sus deseos.
Desde 2009 la pérdida de empleo entre los emprendedores ha sido de más 8.000 personas, tras mantenerse ese grupo estancado en sus cifras en los dos últimos años. En aquel ejercicio la crisis estaba ya lanzada, pero es el primero en que las cifras del régimen de autónomos son homologables a las de 2016 por los cambios que supuso la reubicación de diferentes colectivos en solo dos grandes regímenes: el susodicho de autónomos y el general.
En los siete años de referencia se ha producido un desplazamiento de los trabajadores por cuenta propia desde sectores tradicionales (industria, construcción, transporte, comercio) hacia otras secciones de actividad del sector servicios, como los profesionales y técnicos, la educación o la sanidad. Una evolución que no siempre evoluciona de forma paralela a la del régimen general de la Seguridad Social.
El mayor revés, en la industria
La actividad que más trabajadores por cuenta propia ha perdido en el periodo mencionado es la industria, con una caída de más de 5.200 personas, lo que situaba el año pasado el colectivo citado en apenas 24.000 trabajadores. Una reducción de cerca del 18% que ha sido más acusada que en el empleo por cuenta ajena, donde la bajada ha sido de algo más de 19.000 asalariados, casi el 12% del total de trabajadores de 2009.
La construcción es la otra sección de actividad donde más empleo han perdido los emprendedores, con una caída de casi 4.200 personas, equivalente en términos relativos al 16%. Sin embargo, la tendencia en el apartado de asalariados puede calificarse de debacle, ya que en siete años los afiliados al régimen general han pasado de 54.000 a 31.000, lo que equivale a un retroceso del 42%.
Mejor, pero aún en negativo, han evolucionado los autónomos que trabajan en el comercio y la reparación de vehículos, el colectivo más numeroso dentro de este régimen de la Seguridad Social, donde suman casi la cuarta parte del total con cerca de 43.000 afiliados. El descenso en este capítulo ha sido de más de 2.700 personas, una evolución que contrasta con una ligera mejoría producida en los años citados en el apartado de trabajadores por cuenta ajena, que ha crecido en casi 500 personas, consecuencia sin duda de la recuperación del consumo que la mejora de la economía ha impulsado en estos últimos años.
El sector primario (agricultura, pesca, silvicultura) ha cedido también más de un millar de ocupados por cuenta propia, que ya solo suman 5.400 trabajadores, en una actividad en la que no se alcanza el millar de asalariados y que sigue una tendencia a la baja que ya dura décadas.
El transporte y almacenamiento es otra actividad que ha perdido empleo autónomo, con un millar de ocupados menos, una bajada de en torno al 10% que contrasta con el apenas apreciable retroceso del 1% de los asalariados. Y ello pese al fuerte desarrollo que están teniendo algunos capítulos como las ventas por internet, que generan un importante volumen de empleo en esta sección de actividad.
Menos fáciles de ubicar son los casi 1.300 autónomos menos englobados por la Seguridad Social en la sección 'otros servicios', un 10% perdido que contrasta con una mejora de casi el 9% entre los asalariados.
En su búsqueda de una ocupación que en muchos casos preferirían como asalariados, los trabajadores autónomos se han visto desplazados hacia actividades de los servicios con una gran pujanza, como los profesionales y técnicos, la educación y la sanidad y servicios sociales. En el primer caso, el empleo creado supera el 25%, con 3.100 nuevos puestos de trabajo, y en cada uno de los otros dos rebasa los 1.200 empleos, con alzas del 33% y del 26%, respectivamente.
Estos tres capítulos han registrado subidas mucho más importantes de las del régimen general, donde también han creado empleo a buen ritmo.
Desventajas
Esta reubicación de empleo del colectivo de trabajadores autónomos no ha permitido soslayar los problemas que atraviesa una fórmula laboral que tiene importantes desventajas sobre la de los empleados por cuenta ajena.
Así, entre otros problemas, sufren obstáculos para desarrollar su actividad como los retrasos para cobrar sus facturas, la financiación bancaria, los pagos en el IVA, etc. Aunque algunas cosas han mejorado, como la posibilidad de cobrar el paro en determinados supuestos o el apoyo al cese de actividad, sigue siendo una vía poco atractiva, en la que las bajas cotizaciones, por añadir otro problema, no les garantizarán en el futuro una pensión digna.
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