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Protesta de CC OO y UGT en Bilbao contra la reforma laboral, el pasado mes de febrero.

El sindicalismo prepara dividido movilizaciones en Euskadi para forzar a la patronal a negociar

ELA, LAB, CC OO y UGT apuestan por el conflicto ante la evidencia de que la negociación colectiva sigue paralizada

Luis López

Sábado, 11 de marzo 2017, 03:24

ELA, LAB, CC OO y UGT están de acuerdo en cuatro cosas: primero, en que la negociación colectiva sigue paralizada; segundo, en que la patronal está cómoda en esa situación porque las condiciones laborales de miles de vascos se están quedando estancadas; tercero, en que ... se avecina una escalada de la conflictividad porque, ante la parálisis, todas las centrales apuestan por el conflicto; y cuarto, en que de no cambiar las cosas, ese horizonte de movilizaciones va a estar marcado por la misma desunión sindical que en buena parte propicia el estancamiento de la negociación colectiva. Aun así, las centrales abertzales y las de implantación estatal siguen separadas por un abismo muy similar al que media entre todas ellas y la patronal.

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El paisaje de fondo son más de 420.000 trabajadores vascos que tienen sus convenios colectivos pendientes de renovar o decaídos. Porque, según los últimos datos del Consejo de Relaciones Laborales (CRL), correspondientes al mes de enero, sólo 148.000 asalariados en la comunidad autónoma tienen vigentes sus pactos laborales. Y eso es sólo el 26% del total.

Esta parálisis se viene prolongando durante los últimos años, si bien el 17 de enero parecía que algo iba a cambiar: aquel día los cuatro principales sindicatos y Confebask firmaron su primer gran pacto en dos décadas. Fue un acuerdo de mínimos en el que únicamente se daba prioridad aplicativa a los convenios vascos sobre los estatales. A partir de ese momento, quedaba pendiente lo más importante: firmar convenios susceptibles de ser protegidos por ese acuerdo de estructura.

Lo malo es que casi dos meses después de aquello, nada se ha movido. «Todo está igual», coinciden en asumir las cuatro centrales. Y, además, también coinciden en que se avecina un tiempo de conflictividad que tiene como objetivo obligar a la patronal a negociar, subir sueldos y tomar medidas contra la precariedad en el mercado laboral vasco.

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De hecho, esa conflictividad ya ha venido aumentando durante 2016 y, especialmente, en este arranque de 2017, según advertía el CRL en su último informe. Después de muchos años en los que el temor a perder el empleo retraía a muchos asalariados a la hora de protestar, ahora, con un horizonte algo más tranquilo, «la gente empieza a preguntarse qué es de lo mío», razona Joseba Villarreal, responsable de negociación colectiva de ELA. «Con la patronal que tenemos, no hay más salida que la conflictividad, y estamos de hoz y coz en ello; vamos a hacer todo lo que podamos para movilizar a la gente». En el sindicato abertzale están trabajando para «organizar a la gente en los centros de trabajo» en un momento fundamental, ahora a principios de año, cuando se están presentando las plataformas en las distintas empresas de cara a la negociación. También es cierto, asume Villarreal, que «la altísima precariedad y las condiciones de miseria» dificultan la movilización de los trabajadores.

Puntos de fricción

Fuentes de LAB también reafirman que «nuestra apuesta es ir a más conflictividad» y están perfilando sus estrategias. Igual que CC OO y UGT, que ya hace un mes declararon su intención de «recuperar la calle» en una rueda de prensa ofrecida por sus secretarios generales en Euskadi, Unai Sordo y Raúl Arza.

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¿Qué distancia tan enorme hay entre los sindicatos abertzales y los de implantación estatal para que vayan cada uno por su lado? Villarreal se refiere a «las cláusulas que limiten la reforma laboral, el modo de reclamar subidas salariales y hacer frente a la estatalización». Sin embargo, Raúl Arza lamenta que «ni nos hemos sentado los cuatro en una mesa a debatir». «En algunas cosas estaremos de acuerdo... No sé por qué le damos a la patronal la baza de la desunión», se duele el secretario general ugetista en Euskadi.

Hace varias semanas que Comisiones y UGT avanzaron que presentarían a ELA y LAB una propuesta para superar sus diferencias y unir fuerzas ante la patronal para reactivar la negociación colectiva. La iniciativa es vista con cierto desdén por el sindicalismo abertzale, que rechaza pronunciarse sobre el asunto. ¿Por qué a estas alturas aún no se ha presentado ese documento? Explica Arza que «queremos hacer un documento serio y elaborado, no un postureo». Se trata de «hacer una evaluación de cada sector, analizar la correlación de fuerzas...». Para el secretario general de UGT «no podemos seguir desaprovechando la negociación colectiva para minimizar los efectos de la reforma laboral. La unidad de acción de los cuatros sindicatos nos daría una fuerza ante la patronal que no tenemos por separado».

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