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Julio Díaz de Alda
Viernes, 3 de marzo 2017, 10:20
Si cualquier persona en Gipuzkoa y, afortunadamente, también mucho más allá del territorio escucha la expresión 'Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles', inmediatamente le viene a la cabeza el acrónimo CAF. Lo que no es tan probable es que esa marca tan potente le inspire algo ... distinto a un vagón de tren o, como mucho y sólo en el caso de los más avezados, a un bogie o una rueda. Quizás por despiste, o puede que por la inveterada discreción de la centenaria compañía beasaindarra, a pocos se les ocurriría pensar también en la más alta tecnología, en 'startups', en proyectos pioneros sobre aprovechamiento de la energía, en servicios ferroviarios avanzados, en proyectos llave en mano para clientes en todo el mundo, en tracción, en los más modernos sistemas de señalización y seguridad del planeta o en equipos únicos de almacenamiento de energía. Todo eso y mucho más ha logrado CAF.
¿Cómo? Ya lo anticipó en diciembre de 2015 Andrés Arizkorreta al asumir la presidencia ejecutiva del grupo y tomar el relevo de quien había gobernado la nave durante dos décadas, José María Baztarrika, que había decidido jubilarse. «Desde que en 1969 se apostara por el desarrollo de tecnología propia, la vocación innovadora de CAF no ha cesado y se ha extendido también a otros eslabones de la cadena ferroviaria como la electrificación de vía, la señalización, el mantenimiento de material móvil o los proyectos integrales, fortaleciendo y completando la oferta de CAF», dijo Arizkorreta.
Y así es. Los números no engañan. Si uno repasa la 'letra pequeña' de los resultados anuales de CAF correspondientes a 2016 descubre que si en el año 2010 los vehículos y los rodajes suponían un 91% de las ventas totales del grupo, ese porcentaje se ha reducido ya a un 68%. En concreto, los coches supusieron el año pasado un 63%, mientras el apartado de las rodaduras acaparó un 5%.
Al mismo tiempo, hace seis años los servicios y los llamados 'otros negocios' apenas representaban un 9% de la facturación. Pues bien, según las cuentas entregadas a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), ese apartado ha crecido del 9% al 32%, con un peso del 5% de esos denominados 'otros negocios' (equipos de tracción, sistemas de comunicación, señalización o ingeniería) y del 27% en el caso de los servicios.
En definitiva, CAF está a todas. Así lo evidencian las cuentas oficiales del grupo consolidado, que en el apartado de 'Perspectivas' señalan que «en los próximos años, las actividades de CAF estarán enfocadas en avanzar en el desarrollo de líneas de acción provenientes de ejercicios anteriores, así como en la puesta en marcha de nuevos ámbitos de actuación». En al apartado más tradicional, el de diseño y fabricación de trenes y componentes, la firma piensa ya en «negocios en alianza».
¿Y en esos otros sectores? La multinacional augura una «apuesta decidida por el crecimiento en negocios de servicios, más allá del mantenimiento de flotas, como son las concesiones, la operación de sistemas ferroviarios, el alquiler, la rehabilitación de trenes y locomotoras, así como la comercialización de servicios digitales».
Junto a esto, CAF se ha conjurado para «reforzar el esfuerzo inversor en desarrollo tecnológico, tanto en lo referido a tecnologías como a productos comercializables a nivel de componentes, subsistemas o material en todas nuestras ramas de actividad». La beasaindarra, que no esconde su vocación de atajar los costes, tampoco es ajena a la cuarta revolución industrial; por eso subraya que seguirá avanzando en «la digitalización de nuestros procesos operativos, tanto fabriles como de prestación de servicios, en aras de una mayor eficiencia y un menor 'lead-time' de proyectos». En definitiva, que CAF también se sube al tren de la Industria 4.0.
Única
Con la tranquilidad que da contar con una cartera de pedidos en firme de casi 6.200 millones de euros a cierre del pasado mes de enero, lo que supone 4,7 veces las ventas de 2016, y tras haber variado el rumbo de la cifra de negocios -que caía desde 2012 y el año pasado creció hasta los 1.318 millones-, la firma aspira a contratos por valor de casi 6.000 millones de euros en todo el mundo.
Las cuentas completas de CAF subrayan que si bien la actividad comercial ha estado protagonizada por el mercado de exportación, «hay un par de hechos que merecen nuestra atención». ¿De qué se trata? De la obtención en España de la licencia de Empresa Ferroviaria y del CERtificado de Entidad Encargada del Mantenimiento. «Estas dos acreditaciones hacen de CAF una de las pocas empresas, si no la única, que está en disposición de fabricar, suministrar, operar y mantener sus propios trenes, tanto de pasajeros como de mercancías».
Al repasar el balance destaca el crecimiento de las inversiones materiales, que en 2016 se elevaron a 16,7 millones de euros, lo que supone un repunte interanual del 56% respecto a los 10,6 millones del anterior ejercicio. De otra parte, y en lo que se refiere a CAF I+D, el año pasado, en el que se invirtieron 21,7 millones en este apartado, se completó el Plan de Tecnología para el periodo 2017-2018, con el que se pretende poner en marcha 65 nuevos proyectos, tanto de la matriz como de algunas filiales. «Para la financiación de estos proyectos de I+D -reconoce la empresa- se ha contado con ayudas de la Diputación Foral de Gipuzkoa, el Gobierno Vasco, el Ministerio de Economía y Competitividad, el Ministerio de Industria y la Comisión Europea».
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