Libra esterlina: víctima y esperanza de un futuro fuera de la UE

El sentimiento hacia la divisa británica se ha tornado negativo y los gestores no encuentran motivos para apostar por ella, pero su debilidad es también un sacrificio necesario para ajustar el déficit del país

alicia miguel serrano

Viernes, 21 de octubre 2016, 12:25

La libra está pagando los platos rotos del 'Brexit'. La incertidumbre generada ante las negociaciones del Reino Unido y la Unión Europea para su divorcio ha provocado que la divisa británica se haya hundido casi un 20 por ciento frente al euro desde los niveles ... anteriores al referéndum sobre el 'Brexit': si entonces bastaban 76 peniques para comprar un euro, ahora el nivel está en torno a los 90. En comparación con el dólar, el desplome ha sido similar, de forma que en los últimos días ha tocado mínimos en tres décadas, no vistos desde 1985, en torno a 1,20 dólares.

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Aunque algunas voces atribuyen el 'minicrash' de hace dos viernes a un error tecnológico o humano, considerando que la divisa logró repuntar durante los días posteriores, las perspectivas de futuro no son halagüeñas, debido a la volatilidad que sufrirá mientras se negocia un 'Brexit' duro y ante la perspectiva de que solo una divisa débil ayudará a paliar los desajustes económicos del país -ya existentes o azuzados tras la salida británica de la UE-.

En este entorno, algunos expertos hablan incluso de paridad con el euro. «El contenido de los discursos de Theresa May y de sus oponentes muestran posiciones firmes e irreconciliables, que tienen como destino persistir y alargar la preocupación. Esto puede justificar en gran medida la desconfianza de los mercados y los movimientos recientes de la libra», dicen desde Groupama AM. «Es indudable que la libra se ha debilitado en los últimos meses debido a la preocupación de algunos inversores por la manera en que Reino Unido abandonará la UE», añade Luke Hickmore, gestor de Aberdeen Asset Management.

«Aunque Reino Unido seguirá siendo miembro de la UE al menos dos años más, la caída de la inversión y la demanda privada podría provocar una recesión. Los movimientos de la libra dependerán de lo rápido que el Banco de Inglaterra tenga que seguir flexibilizando su política monetaria, y también de los datos macroeconómicos», explica Beatriz Catalán desde Ibercaja Gestión. Albert Enguix, gestor de GVC Gaesco Gestión, también cree que los programas del Banco de Inglaterra para contrarrestar el Brexit serán claves en su evolución: «Una ampliación o disminución de los estímulos monetarios puede apreciar o depreciar la libra».

No sólo el 'Brexit'

Con todo, los gestores creen que no solo el 'Brexit' -y las políticas monetarias para paliar sus efectos- explica la debilidad de la divisa, sino también una posible sobrevaloración y algunos puntos débiles en la economía británica, junto con la intuición de que la libra posiblemente sea la vía de ajuste, la esperanza, para superar esos problemas. De ahí que se permita su debilidad. «La incertidumbre económica generada por la intención de Reino Unido de abandonar la UE es lo que mayor peso tiene, pero no es el único factor: la libra se ha mantenido demasiado fuerte durante demasiado tiempo», explica Hartwig Kos, vice CIO y co responsable de Multiactivos de SYZ Asset Management.

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«Antes del Brexit, estaba cara en términos de valoración así como en el tipo de cambio efectivo real. Y la economía estaba gestionando el presupuesto y el déficit por cuenta corriente, lo que significa que había vulnerabilidades claras en la divisa, las cuales fueron exageradas con el voto del referéndum». Por otro lado, explica que la libra esterlina «es y ha sido siempre una válvula de presión para la economía de Reino Unido, si se mira por ejemplo a la crisis financiera global de 2008, cuando cayó un 30 por ciento frente al dólar, permitiendo que la economía se recuperara rápidamente».

No es el único que habla de puntos flacos en la economía de Reino Unido y de la caída de la libra como única salida para resolverlos, por dos vías: impulsando las exportaciones británicas al hacerlas más competitivas y reduciendo las importaciones, y mejorando así los déficits. Andreas Koenig, gestor de divisas en Pioneer Investments, destaca que la evolución de la divisa se basa en la confianza, y ahora son los miedos los que predominan. «Se ha dudado sobre si el último 'flash crash' se ha tratado de un error técnico, humano o no ha habido error. Pero no es tan importante lo que causó ese movimiento específico como lo que está causando el actual sentimiento negativo », en un entorno en el que las conversaciones sobre el 'hard Brexit' llevan a contradicciones importantes que no ayudan a generar confianza, sino todo lo contrario.

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«La incertidumbre y el miedo han crecido y la necesidad de coberturas y reducción de inversiones en libras se está incrementando. Los inversores son conscientes de la difícil situación en la que está Reino Unido: la confianza disminuye así que las inversiones en el país y la divisa caen, lo que se combina con los déficits gemelos del país, que lleva a salidas de capital. Así, la libra es casi la única válvula de ajuste para la economía británica y se puede hacer poco para sostener la divisa», añade. De hecho, descarta que las autoridades muevan ficha: «Una subida de tipos podría ayudar a la divisa pero dañaría a la economía».

¿Habrá más caídas?

En este contexto, la mayoría de gestores consultados creen que podría haber mayores desplomes de la divisa británica. «Desde el referéndum del 23 de junio, todo el daño en los mercados se ha concentrado en la divisa. El endurecimiento de tono antes de las negociaciones sobre la estrategia de salida de la UE, a lo largo del discurso de Theresa May en la convención de los conservadores, supone claramente el origen de las caídas recientes. Creemos que la bajada todavía está lejos de tocar suelo» defiende Julien-Pierre Nouen, jefe economista estratega de Lazard Frères Gestion.

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El experto dice que el tipo de cambio efectivo real de la libra esterlina no es mucho más barato que en 2011-2013 y cree que «se necesitará un descenso más pronunciado para reducir el déficit por cuenta corriente (-5,7 por ciento del PIB en doce meses acumulados a finales del segundo trimestre de 2016)». «Esperamos que la libra siga bajo presión en las próximas semanas y meses, pues los inversores han de lidiar con la incertidumbre causada por la salida de Reino Unido de la UE», comenta Anthony Doyle, director de inversiones del área de renta fija minorista de M&G Investments.

Pioneer no da niveles, dado que no hay precedentes de una situación como el 'Brexit', mientras en SYZ Asset Management ven posible una mayor debilidad. «A los niveles actuales, puede considerarse claramente que la libra está barata. Desafortunadamente, cuando se trata de los mercados de cambio extranjeros, las valoraciones a menudo no importan mucho a corto plazo, y lo que más importan son los diferenciales de los tipos de interés y el sentimiento. Cuando se trata de lo primero, el hecho de que Marc Carney, Gobernador del BoE, acabe de recortar los tipos y anunciar un QE al mismo tiempo que la Fed pretende subir tasas y el BCE se está repensando su política monetaria no ayuda».

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El efecto secundario es más volatilidad en la libra: «Es difícil decir si habrá más debilidad, dados los rápidos movimientos vistos, pero es posible». Una evolución que tiene consecuencias, defiende Aurelija Augulyte, de Nordea Markets: «La debilidad de la libra será una bendición para la industria y exportaciones británicas pero para el Banco de Inglaterra será un dolor de cabeza, pues la inflación crecerá de forma significativa, comprometiendo el objetivo del 2 por ciento».

¿Qué hacer?

En este contexto, los expertos no se arriesgan. «Hemos reducido nuestras posiciones cortas pero de momento seguimos cortos. Por ahora no podemos encontrar un argumento convincente para tener una posición estratégica larga. A largo plazo esto podría cambiar,cuando la divisa haya visto ventas suficientes pero aún no estamos en ese punto», dicen desde Pioneer. «Una moneda débil debería ser una buena noticia para los exportadores pero el Banco de Inglaterra se preocupará por si la economía importa inflación. En este sentido, la libra no es atractiva en este mometo dado que es muy difícil predecir si el próximo movimiento será al alza o a la baja», añaden desde Aberdeen.

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Sin embargo, otros activos, como las Bolsas podrían salir beneficiados. «Muchos expertos se han visto sorprendidos por la solidez que ha mostrado el FTSE 100 desde el referéndum, lo cual se ha atribuido principalmente al efecto cambiario, con la repatriación de beneficios procedentes del extranjero convertidos en libras a tipos de cambio más bajos. Hemos aprovechado esta situación, reaccionando rápidamente tras la votación para aumentar nuestra exposición larga a empresas del FTSE 100 generadoras de dólares. Cuanto más se alargue el deterioro de la libra, más tiempo se mantendrá en vigor ese factor favorable», explica Luke Newman, gestor de Henderson Global Investors.

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