Jesús L. Ortega
Viernes, 30 de septiembre 2016, 15:58
El preacuerdo alcanzado el pasado miércoles, en Argel, por los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) para reducir su producción, e intentar así elevar el precio del crudo, se puede calificar de histórico por el hecho de que sería el primer ... recorte en los últimos ocho años. El anterior data de diciembre de 2008 -se aplicó a partir del 1 de enero de 2009-, cuando este cártel decidió disminuir la extracción de petróleo para compensar la caída de su consumo debido a la recesión económica que ya se había instalado en casi todo el planeta.
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Sin embargo, la reciente propuesta de la OPEP suscita numerosas incógnitas, tanto sobre su decisión definitiva, como sobre el volumen de recorte, su aplicación efectiva y las consecuencias reales del mismo sobre los precios del 'oro negro' en caso de llevarse finalmente a cabo, lo que está por ver. De hecho, la decisión final y, lo que es más importante, los detalles concretos de la misma con las cuotas de reducción que correspondan a cada unos de sus socios, deben de tomarse en una nueva reunión del cártel el próximo 30 de noviembre en Viena. Y dos meses se antoja un plazo muy largo para que Irán y Arabia Saudí, enemigos irreconciliables en el tablero geopolítico, mantengan una posición común al respecto.
Además, el preacuerdo adoptado en Argel establece una rebaja de la producción de menos de un millón de barriles al día, que podría quedarse incluso en la mitad. La cifra se reduciría a entre 32,5 y 33 millones de barriles/día (de un 3% a un 1,4% menos), frente a los 33,47 millones extraídos por la OPEP -sus 14 países miembros concentran el 40% de la producción mundial- el pasado agosto, según los datos de la Agencia Internacional de la Energía. El objetivo de esta medida es que el precio del petróleo se situara en los próximos meses en una horquilla de entre 50 y 60 dólares por barril. En los días previos a la reunión se cotizaba a 46-47 dólares.
En este sentido, y a fin de evaluar el impacto que esta decisión podría tener sobre el coste del crudo, cabe recordar que el anterior recorte, el adoptado a finales de 2008, fue de 2,2 millones de barriles/día, el 8% de los 27,3 millones que los miembros de la OPEP producían entonces, lo que supuso la mayor reducción en la historia de la organización desde el establecimiento de su sistema de cuotas en 1982. Pues bien, en aquel entonces, los primeros días el petróleo apenas subió ligeramente rondaba los 38 dólares por barril, aunque en los dos meses siguientes experimentó un alza que replicó el mismo porcentaje de recorte, es decir, alrededor de un 8%, hasta los 41 dólares. Dos años después, a finales de 2010, se había doblado y continúo su escalada hasta rozar los 125 dólares a mediados de marzo de 2012.
Escepticismo
No obstante, en esta ocasión los analistas son bastantes escépticos sobre la posibilidad de que la reducción prevista tenga un excesivo efecto sobre el precio del crudo, que la mayoría de ellos sitúan en el corto-medio plazo en alrededor de los 50 dólares. Es decir, 3-4 dólares más (entre un 6 y un 8%, al igual que sucedió en 2009) que días antes del anuncio de la OPEP.
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Para relativizar este impacto, los expertos tienen en cuenta que el 60% de la producción mundial de petróleo la realizan países que están fuera de este cártel, con potencias como EE UU, Rusia y China a la cabeza, además de otros como Canadá, México o Brasil, que no estarían muy por la labor de recortar sus extracciones. Así, por ejemplo, Rusia ha batido un nuevo récord este mes de septiembre al alcanzar los 11,1 millones de barriles diarios, nada menos que la tercera parte de los 14 países de la OPEP juntos.
En este sentido, Goldman Sachs, el banco de inversión más influyente en el mercado de 'commodities', afirma ser escéptica sobre la posibilidad de que la OPEP ratifique finalmente el recorte de su producción, e incluso señala que si los países miembros de la organización fueran esta vez estrictos en el cumplimiento de los límites establecidos, un repunte de los precios del crudo propiciaría a su vez, a medio plazo, un incremento de la producción por parte de los países no pertenecientes a ese grupo.
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También la firma suiza Julius Baer coincide en que una cotización por encima de los 50 dólares por barril aceleraría el resurgir de la producción de petróleo no convencional -el de esquisto- en EE UU, ya que a esos precios el 'fracking' comienza a ser rentable.
Asimismo, otras entidades como la francesa Société Générale o la estadounidense Citigroup estiman que el barril de Brent se sitúe alrededor de los 50 dólares en los últimos meses de este año.
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