La renta fija se impone a la variable

Los activos de deuda han firmado un buen comportamiento en el primer semestre: los más defensivos, por la aversión al riesgo de los inversores, los más arriesgados, por la búsqueda de un plus de rentabilidad

cristina vallejo

Viernes, 15 de julio 2016, 15:44

La renta fija ha vuelto a batir en rentabilidad a la variable en el primer semestre del año. Como señala Cristina Gavín, de Ibercaja, las incertidumbres políticas y los datos económicos, sobre todo la inflación, que movieron al Banco Central Europeo a dar una vuelta ... de tuerca a su programa de estímulos, explican que el dinero haya fluido hacia los títulos de deuda, sobre todo a los más conservadores. Las incertidumbres de este primer semestre del año también han provocado que la Reserva Federal norteamericana haya rebajado las expectativas respecto a las subidas de tipos de interés que tendrían lugar este año hasta rebajarlas a prácticamente cero, lo que ha hecho posible, no sólo que haya subido el valor de los bonos americanos, sino que haya ocurrido lo mismo con los emergentes, que se han visto beneficiados, además, con el 'high yieldi, de un entorno de búsqueda por parte de los inversores de retornos más interesantes.

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Todos los segmentos, pues, de la renta fija, han sacado partido del entorno y han aportado a la rentabilidad final de la categoría, que ha rondado, de acuerdo con Bank of America-Merrill Lynch, el 6 por ciento. A partir de ahora, ¿qué hacer?¿qué esperar de la deuda soberana más segura, es decir, del bono alemán? Su rentabilidad ronda, en el momento de escribir estas líneas, el -0,20 por ciento. De acuerdo con Borja Gómez, de Inverseguros, podría ganarse algo más con él vía revalorización del precio del bono, debido a que el Banco Central Europeo seguirá comprando (puede comprar activos que tengan un retorno hasta el -0,40 por ciento). Aunque advierte, al igual que Cristina Gavín, de que el BCE podría modificar su programa de compra de activos para primar emisiones periféricas contra las 'core', lo que podría ocasionar un giro virulento en el bono alemán.

Los ganadores, en cambio, serían los títulos españoles, italianos o portugueses. Para Gómez, también en ellos, sobre todo en los dos primeros, podría ganarse dinero apostando por una revalorización de su precio, debido a la pobre rentabilidad de su cupón. Por tanto, tal y como señala Gonzalo Ramírez, de Tressis, es posible que para el inversor minorista no sea interesante la deuda soberana (se deriva un enorme riesgo de que sólo haya un verdadero comprador finalista, el BCE), pero sí lo sea para el institucional, puesto que puede hacer 'trading' fijándose en más en la cotización del título que en su rentabilidad.

En todo caso, de acuerdo con Gavín, repuntes en el interés de los bonos de la periferia deberían aprovecharse para comprar. Pero hay que tener cuidado y no demasiada fe en el BCE: «El error está en pensar que el BCE es infalible. Ya hemos visto en el pasado como los tipos pueden subir con un QE (programa de compra de activos) de fondo», advierte David Ardura, de Gesconsult. ¿Y qué ocurre con la deuda americana? De acuerdo con Ardura, las estimaciones de subidas de tipos del mercado se están separando de la posición que mantiene la Fed y de los datos macroeconómicos estadounidenses. «Históricamente, esta separación ha derivado en volatilidad en los mercados de renta fija», señala Ardura.

Selectivos en deuda privada

De todas maneras, la deuda pública, en general, está cara y su rentabilidad es tan escasa que se correspondería con entornos recesivos y deflacionistas. De hecho, hay inversores que le ven mucho riesgo en cuanto el BCE se retire o comience a repuntarla inflación. Normalmente, quien quiere algo más de rentabilidad vira hacia la renta fija corporativa. Aunque ya hay emisores cuya rentabilidad es más que escasa. Para Cristina Gavín, hay que ser muy selectivos con los nombres y no hay que irse a plazos muy largos. De la misma opinión es Ardura: «No hay que elevar duraciones buscando una mayor rentabilidad a costa de empeorar la calidad crediticia».

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Quizás, como señala Borja Gómez, haya que, también en este segmento de la renta fija, fiar el rendimiento de la inversión en la revalorización del precio de los bonos por las compras del BCE. Y por, también, la entrada de fondos cuando hay correcciones, como ha detectado Ignacio Victoriano, de Renta 4.Gavín cree que las oportunidades se encuentran en el sector financiero, aunque se mantendría al margen del británico. Para Ignacio Victoriano, las oportunidades también están en el sector financiero, pero habría que esperar a que esté resuelta la crisis bancaria italiana y a que esté claro el panorama regulatorio.

Para Francisco Javier Ferrer, de Ahorro Corporación, para el inversor final ve atractivo en activos alternativos, como las emisiones de referencias bonificadas, como las autopistas, con rentabilidades en el largo plazo en niveles del 3por ciento, cifra a la que habría que sumar la bonificación fiscal.

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Alto rendimiento y emergentes

El inversor que quiera algo más de rendimiento tendrá que acudir a las emisiones 'high yield'. Gonzalo Ramírez explica que en momentos de caída de precios, sufre más el 'investment grade' que el alto rendimiento. Este experto comenta que en este último están centrando la inversión de sus carteras, de manera diversificada por áreas geográficas, es decir, no sólo apuestan por Europa, sino que también lo hace por Asia y por Estados Unidos. Algunas de las emisiones en las que se están fijando últimamente son las de NH, Cellnex, el sector automovilístico, por el castigo que ha sufrido, Ence, Acciona o FCC.

También con una visión seleccionadora de valores, David Poulet, de Amiral, que cree que aún hay oportunidades de inversión en renta fija, aunque matiza que sólo en aquellas emisiones que ofrecen un binomio rentabilidad-riesgo más atractivos. Se fija, en particular, en emisiones pequeñas, de papel más complejo, en ocasiones sin calificación crediticia, en mercados o países que no están de moda, etc... Todo ello, comenta Poulet, contribuye a encontrar rentabilidades superiores al 5 por ciento con un riesgo ajustado, cuando la inversión en renta fija tradiciona lofrece rentabilidades del 0 por ciento.

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Pero lo que propone Poulet supone dar un paso más en el mercado de deuda e incrementar el riesgo de la cartera. Y ya el 'high yield', es decir, las emisiones con calificación crediticia, es arriesgado, como señala Borja Gómez. No sólo porque el BCE no lo tiene en cuenta para sus compras, sino también porque, según este experto, las perspectivas y su valoración ha cambiado en el último mes: se han deteriorado. Por lo tanto, hay que ser muy cuidadoso con la selección de bonos de alto rendimiento. También con la categoría en su conjunto, puesto que suele ser víctima de episodios de iliquidez, como vimos a finales del año pasado coincidiendo con las caídas de los precios de las materias primas.

Lo mismo sucede con los emergentes. Aunque se pueden ver beneficiados por el carácter benevolente de la Reserva Federal, dado que muchos de estos países han realizado multimillonarias emisiones en dólares, también es verdad que si hay una desaceleración global se verán perjudicados, pese a todo. Por los riesgos inherentes a estos activos, Cristina Gavín sólo aconseja introducirlos en una cartera diversificada. Además, recomienda adoptar otras precauciones: por ejemplo, tratar de buscar países con menor exposición a Estados Unidos y reducida dependencia de las exportaciones de materias primas. Además, recomienda exposición en moneda fuerte, puesto que la local provocaría una mayor volatilidad.

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Hablando de países en concreto, Ignacio Victoriano aconseja países con poca deuda, como Indonesia e India, pero no los corporativos de China, donde prevé quiebras. En América Latina, Perú, Colombia o Brasil (este último con algo más de riesgo), pero no Chile, que es muy dependiente delas materias primas. En cuanto a la moneda, cree que para entrar en moneda local habría que esperar a que pase el verano, puesto que siempre suele ser muy volátil.

Otras opciones de renta fija

Fuera de la renta fija más convencional también puede haber oportunidades. Por ejemplo, como Francisco Javier Ferrer espera una recuperación paulatina de la inflación en Europa, aunque ésta no se verá hasta final de año, plantea la opción de los activos de deuda pública vinculados a la inflación: «Permiten a un inversor que haya invertido en ellos consiga una mejor rentabilidad según vaya subiendo la inflación, añadido a que serán activos que comprará el BCE, asegurando que el precio no va a caer», explica. David Ardura, por su parte, propone bonos flotantes en dólares, que, en su opinión, tienen sentido si se piensa que los tipos de interés van a subir y, con ellos, también el billete verde.

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