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Julio Díaz de Alda
Viernes, 13 de mayo 2016, 14:34
Cómo habrá cambiado la cosa que hasta las agencias de 'rating' dan de vez en cuando -solo de vez en cuando- alguna buena noticia. En sendos informes fechados los días 28 de abril y 5 de mayo pasados, Moodys y Fitch -nada sospechosas del más ... mínimo cariño hacia la banca española- han aplaudido la solvencia y el músculo (el capital de máxima calidad) de Kutxabank. Por si fuera poco, la primera incluso ha elevado la calificación de la deuda a largo plazo de la entidad presidida por Goyo Villalabeitia. La segunda ha mantenido su nota.
Eso sí, como les puede su esencia y siguen siendo quienes eran -eso no se pierde aunque temple la crisis- las dos instituciones han aprovechado para recordarle al banco de las kutxas vascas algunas de sus debilidades, empezando por su limitada rentabilidad. Siempe en un lenguaje un tanto enrevesado, muy propio de las calificadoras, y apuntando que 'esto podría empeorar si sucediera aquello o lo de más allá...'.
Las dos agencias señalan algunos puntos a vigilar en el banco, como la notable influencia de los tipos de interés (en mínimos históricos) en el activo de la entidad o su dependencia de la cartera de participadas industriales: esas que alimentan los resultados vía dividendos y que siempre podrian convertirse en capital si se necesitara pero que, al tiempo, consumen un enorme capital.
Bien mirado, Moodys y Fitch no hacen sino reafirmar en sus análisis los mensajes de Goyo Villalabeitia, quien desde su llegada a Kutxabank -en noviembre de 2014- no ha dejado de exigir a la plantilla un mejora de la rentabilidad. «Vamos a sudar sangre», llego a decir en una de sus primeras intervenciones en público. Eso molestó sobremanera a los sindicatos del banco, que se defendieron recordando que los trabajadores nunca perdieron de vista la eficiencia, pero que hasta ese momento se habían centrado en la solvencia que, es verdad, estaba mucho más de moda. Del mismo modo, el presidente del banco también ha subrayado siempre el excesivo peso en el balance de esas participadas, que no durarán para siempre en manos de la entidad, o la necesidad de buscar alternativas para dar oxígeno a un margen financiero (el que queda después de prestar dinero en créditos y recibirlo en depósitos de los clientes) que no deja de menguar.
Menos morosidad
En su análisis, Moodys celebra la «mejora sostenida» de los indicadores de riesgo de activos del banco y el descenso de la morosidad hasta el 8,7% en 2015, por debajo del 10,1% de media del sector. Del mismo modo, la calificadora pone en valor que el banco «ha sido capaz de reducir el nivel de su exposición inmobiliaria problemática». Esa mejora se apoya, incide Moodys, tanto en aquella venta de activos improductivos que hizo Kutxabank a un fondo especializado en la primera mitad de 2015, como en «la sólida recuperación de la economía española».
Moodys justifica también la subida de la nota en la excelente ratio de capital de alta calidad de Kutxabank, que se elevó al 14,6% a finales del pasado año. Ese es el llamado 'músculo' de un banco, el que puede ayudar si las cosas van mal. La fortaleza, añade la agencia de 'rating', se refiere a los datos actuales con los requerimientos de hoy, pero también a lo lo que se conoce como 'fully loaded' o, dicho de otra manera, a la hipótesis de que se sometiera al balance al estrés de todas las exigencias de solvencia que habrán de implementarse hasta 2019. La firma reconoce las «palancas de Kutxabank en caso de necesidad de capital» adicional. Herramientas como esa amplia cartera de participadas industriales o algunos «activos bancarios no esenciales» que se podrían hacer líquidos.
«A pesar de las mejoras mencionadas», apunta la calificadora, Kutxabank tiene todavía una alta exposición a activos problemáticos «en términos absolutos y relativos» sobre sus reservas de capital en comparación con otros bancos europeos similares. Otro riesgo sería el peso de las hipotecas, que alcanza el 70% de los créditos, lo que deja buena parte de activo al albur de un euribor que, hoy por hoy y en un futuro próximo, no dará ninguna alegría. Moodys llama la atención también sobre el peso un activo un tanto singular como es la participación en Iberdrola, responsable -recuerda la calificadora- del 14,6% de los ingresos antes de provisiones.
Líder regional
Fitch, por su parte, alaba «la sólida capacidad para absorber pérdidas, la mejora de la calidad de los activos, la financiación adecuada, la posición de liquidez y la condición de líder regional de banca minorista» de Kutxabank. Una entidad, resalta también, con muy buenas ratios de solvencia. En el apartado a vigilar, la firma apunta «la modesta rentabilidad» y la exposición del banco a una todavía importante cartera de renta variable. Cartera que, matiza, está reduciéndose.
Fitch da por hecho que la mejora en la calidad de los créditos y en las recuperaciones de fallidos que la entidad vasca ha logrado en los últimos meses continuará. Así que dibuja un horizonte de tranquilidad en ese sentido.
Pero, de nuevo, no todo son flores, pues dice claramente que «las ganancias de Kutxabank son bastante modestas y esperamos que la generación de ingresos siga presionada por los bajos tipos de interés». Y, como siempre, tras la de arena, una cal, para compensar. «Sin embargo, el banco debería beneficiarse de su amplio negocio de franquicia, de los ingresos por comisiones y, lo más importante, de la mejora de la calidad del crédito». Para terminar, la agencia se fija en las emisiones que el banco tiene vivas (los bonos o las cédulas hipotecarias) para sentenciar que «la posición de liquidez del banco es adecuada, teniendo en cuenta que el perfil de los vencimientos (los pagos que ha de hacer a los tenedores de sus bonos) está bien diversificado».
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