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Julio Arrieta
Miércoles, 13 de abril 2016, 01:18
Si usted es fumador es posible que desde el lunes se haya encontrado con su máquina expendedora habitual apagada. No es una avería. Es una huelga. Durante toda la semana, 50.000 de las 150.000 máquinas que hay distribuidas por toda España no ... van a funcionar, en una protesta organizada por la Asociación Española de Puntos de Venta con Recargo (AEPVR) contra la decisión del Comisionado de Mercado de Tabacos (CMT) de acabar con los acuerdos por los que estos dispositivos transmiten información de ventas a las firmas tabaqueras. Este paro supondrá que hasta el lunes van a dejar de venderse 700.000 cajetillas al día, con unas pérdidas estimadas de tres millones de euros diarios.
Aunque la mayor parte de los usuarios lo ignora, cuando alguien compra tabaco en una de estas máquinas también proporciona información que se convierte en objeto de venta. El dispositivo está dotado con un módem que le permite transmitir a un centro de datos informaciones útiles para las compañías tabaqueras: qué marcas son las favoritas de los clientes, cuál es su segunda opción si la primera no está disponible, si insisten o desisten si a la segunda tampoco obtienen el producto... Todos estos datos son ideales para un estudio de mercado, porque cada cliente se convierte en informante.
Tal y como explicaba ayer a EL CORREO Daniel López, presidente de AEPVR, hasta 2005 las tabaqueras «invertían en el vending por las pantallas publicitarias». Las máquinas podían exhibir anuncios en sus frontales. Pero la prohibición de este tipo de publicidad ese año hizo que se optara por otro tipo de inversión: la información de venta. Esto «supuso un recorte de más del 50% de la inversión de las tabaqueras, porque la información de venta valía menos que la publicidad».
Ahora la CMT considera que estos contratos son irregulares y ha empezado a abrir expedientes sancionadores. «Han sancionado a la gente con multas de hasta 120.000 euros», detalló López, que considera que con su proceder este organismo, dependiente del Ministerio de Hacienda, puede acabar con el sector. «Sin los pagos por información de ventas, las máquinas de tabaco en muchos bares, restaurantes, gasolineras y quioscos pueden llegar a desaparecer», advierte el presidente de AEPVR.
«Somos una asociación pequeña. Agrupamos a 20.000 socios pero con una estructura mínima en la entidad y con un equipo de trabajo en el que somos muy poquitos», describe. «Llevamos pidiendo una mesa de negociación con el Comisionado tres meses, durante los cuales nos han respondido vaguedades con cosas banales y sin ningún sentido», añade López, notablemente molesto. «Y en vista de que ya están cerrando empresas... desde enero se habrán perdido unos 200 puestos de trabajo que podrían llegar a 2.000 en un año». Puesto que el Ministerio de Hacienda «no nos está escuchando nos vemos empujados a hacer este tipo de huelga». A causa de la limitación logística, «estamos sobrepasados. Los socios nos van enviando emails detallando cuántas máquinas tienen paradas, pero nos está costando la gestión de todos los datos». La mayor parte de las asociadas son empresas medianas con pocos empleados, «de las que habrá en Euskadi un centenar».
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