Urgente Grandes retenciones en la A-8, el Txorierri y la Avanzada por la avería de un camión
Acto de botadura del ferryTexelstroom en los astilleros de La Naval, el pasado mes de junio.

Luces y sombras en el sector naval de Euskadi

Los astilleros vascos han conseguido sobrevivir a los efectos del 'tax lease' y la feroz competencia internacional, pero el desplome del petróleo pone en serio riesgo un segmento de su negocio

Jorge Murcia

Viernes, 19 de febrero 2016, 17:47

Hace dos años el presente y futuro inmediato de los astilleros vascos y por extensión, de todos los españoles- se medía en dos escalas de colores: negro o muy negro. La crisis económica, la feroz competencia internacional y la anulación por parte de la Comisión ... Europea del sistema de beneficios fiscales (el 'tax lease') bajo el que se contrataba la fabricación de los buques dejó en mínimos la actividad de muchos constructores.

Publicidad

La exploración de distintos nichos de mercado, la puesta en marcha de un nuevo mecanismo de 'tax lease' (este sí, bendecido por las autoridades comunitarias) y la reciente sentencia que reconoce la legalidad del viejo (lo que supone que, en principio, España no tendrá que devolver las ayudas) han revertido la situación: aunque sin motivos para hacer repicar las campanas, la actividad vuelve a las gradas de los astilleros, con carga de trabajo para al menos un par de años.

El pasado año los astilleros españoles firmaron 47 nuevos contratos (18 fueron para los vascos), cifra sensiblemente superior a los 28 captados en los ejercicios 2013 y 2014, según datos del Ministerio de Industria. Una gran bocanada de oxígeno para un sector que en Euskadi supone más de 6.400 puestos de trabajo directos (si se cuentan los indirectos, la cifra sube hasta casi los 15.000) y con una incidencia en el PIB del 2,1%.

Construcciones Navales del Norte (La Naval), es un fiel ejemplo de este aparente resurgir del sector naval vasco. El astillero de Sestao -el mayor de las cuatro firmas vascas que operan actualmente- botó el pasado mes de julio su primer ferry, el 'Texelstroom', construido para la compañía holandesa Royal N.V. Texels Eigen Stoomboot Onderneming (TESO). Se trata de uno de los pocos ferrys que podrá utilizar gas natural como combustible para su sistema de generación eléctrica que, a su vez, alimenta los motores eléctricos de propulsión.

Y representa la entrada del histórico constructor vizcaíno -que en 2005 volvió a manos privadas después de permanecer casi 40 años a la empresa pública Astilleros Españoles- en un nuevo nicho de mercado con posibilidades de futuro: el de los grandes buques para transporte de pasajeros con motor a propulsión de GNL (Gas Natural Licuado). La Naval trabaja ya en la construcción de otra de estas embarcaciones, un ferry para la naviera española Baleària. El buque será el mayor de este tipo que surque las aguas del Mediterráneo. Lo hará a partir de 2019, con capacidad para transportar 1.600 pasajeros y 350 vehículos. Un encargo que garantiza carga de trabajo para La Naval al menos hasta 2018.

Publicidad

Alto componente tecnológico

Pero no es el único. La compañía tiene apalabrada también la construcción de dos dragas para la empresa Van Oord (Holanda), y el buque 'Living Stone' para Tideway, filial holandesa del grupo belga DEME. Se trata de un barco 'offshore' multipropósito dedicado a trabajos en los fondos marinos. La posibilidad de armar buques de gran tamaño, y su apuesta por los productos de avanzada tecnología ha permitido a La Naval sortear lo peor de la crisis económica y el efecto paralizante que la anulación del tax lease ejerció sobre la actividad constructora.

Incapaces de competir en precios con astilleros de otros países, los españoles encontraron refugio en el segmento de los buques atuneros, que ha sido la salvación de constructores navales como Zamakona. «Se puede decir que nosotros no hemos pasado años malos porque teníamos en cartera atuneros para las pesqueras de aquí, fundamentalmente de Bermeo, y también de América. Así fuimos superando la situación», explica Pedro Garaygordóbil, fundador y presidente de Zamakona, que cuenta con dos gradas de construcción en los puertos de Santurtzi y Pasaia, y una tercera en Las Palmas de Gran Canaria especializada en la reparación de buques.

Publicidad

Zamakona ha recibido recientemente el encargo de construir diez remolcadores de última generación para Boluda Corporación Marítima. Las dos primeras entregas se llevarán a cabo este año, y las restantes en los cuatro ejercicios posteriores. Además, tiene en cartera un barco de pasajeros que surcará el Mar del Norte, y que habrá de entregar en mayo. Pese a que todos estos pedidos dibujan un escenario esperanzador para el astillero -al menos a corto plazo-, Garaygordóbil ve más nubarrones que otra cosa en el horizonte.

Porque los astilleros, recuerda, se encuentran en esa parte de la actividad economía perjudicada por el desplome en el precio del crudo. «La mayoría de nosotros nos dedicamos ahora al negocio alrededor del petróleo», explica. Es decir, a la construcción y reparación de buques 'offshore' (dragas, barcos de apoyo a las plataformas petrolíferas y de gas, etc..). «Pero el petróleo ha bajado, y con él los fletes Eso quiere decir que empiezan a no construirse barcos de este tipo, ni a repararse. Y a ello hay que unir una competencia desleal desde otras partes del mundo», añade el empresario.

Publicidad

El nuevo 'tax lease', menos beneficioso

Con el antiguo sistema de 'tax lease' los astilleros tenían más margen para rebajar el precio de los buques que construían. Pero el nuevo sistema de ayudas fiscales -vigente desde enero de 2013- ha estrechado el margen de maniobra de los constructores. «Hasta en un 10%», señala Garaygordóbil. Los astilleros vascos captaron 11 de las primeras 13 contrataciones de barcos que se llevaron a cabo en España tras la aprobación del nuevo 'tax lease'.

El pionero fue Astilleros Balenciaga. La firma con sede en Zumaia ha conseguido superar con éxito los peores tiempos del sector gracias a su gran capacidad de innovación y el alto grado de fidelización conseguido de algunos de sus principales clientes. Consiguió sacar adelante varios encargos de buques offshore -más costosos de fabricar- sin ningún tipo de ayuda fiscal. Astilleros Balenciaga -creado en 1921- también está especializado en atuneros y remolcadores.

Publicidad

El sector de los pesqueros es el que también ha sostenido buena parte de la actividad de Murueta. El pasado 1 de agosto la empresa vizcaína -cuenta con astilleros en la ría de Gernika y en Erandio- entregaba el atunero 'Txori Zuri' a Inpesca. Era el quinto buque de esas características que Murueta construía por encargo de la pesquera bermeana.

«Pero la actividad pesquera es cíclica. Y los encargos de esta industria también lo son. Y en nuestro caso ese ciclo ya ha pasado», se queja Garaygordóbil, una de las pocas voces que no tiene reparos en comentar las vicisitudes del sector, expectante respecto a la respuesta que la Unión Europea pueda dar a la sentencia judicial del pasado 17 de diciembre que declaraba legal el antiguo tax lease. Si las autoridades europeas deciden recurrir el fallo -tienen hasta el día 29 de este mes para hacerlo- los nubarrones, negros como el petróleo que no deja de caer, pueden volver a oscurecerlo todo.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad