Consejero, responsabilidad empresarial de alto riesgo

Aunque no actúen de forma malintencionada en el día a día de sus empresas, los consejeros pueden perder todo su patrimonio tras los últimos cambios de la normativa

José María Camarero

Viernes, 19 de febrero 2016, 18:16

No corren buenos tiempos para los consejeros de las empresas, incluso aunque crean que ejercen su labor de forma correcta. La legislación ha cambiado en un grado tan relevante en los últimos meses que los miembros de los consejos de administración de cualquier compañía -grande ... o pequeña, industrial o de servicios- se lo piensan más de una vez a la hora de tomar algunas de las medidas que desarrollen sus negocios. No se trata de una amenaza normativa, sino de una aplicación de numerosas directivas europeas que buscan fomentar la transparencia y el buen gobierno corporativo.

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Algunos de los implicados en los últimos escándalos de grandes multinacionales han derivado en justificaciones como las del consejero delegado de Volkswagen, Martin Winterkorn, quien indicó al descubrirse el caso de los sistemas de emisión trucados que no había hecho «nada malo». Es posible. O no. Pero, en cualquiera de los dos casos, la ley puede llegar a actuar no sólo contra el conjunto del consejo sino sobre él mismo, como máximo responsable de la firma. «La ampliación del régimen de responsabilidad a estos cargos se traduce en una mayor transparencia para las empresas y un análisis permanente de la situación de riesgos, algo que repercutirá positivamente en el prestigio de las compañías», explica Félix Plasencia, responsable del área Legal de EY.

El último informe de esta firma consultora recuerda que con los cambios en la Ley de Sociedades de Capital, el Código del Buen Gobierno y la reforma del Código Penal, se amplían las responsabilidades exigidas a los consejeros y, a la vez, los riesgos que estos directivos asumen. Por ejemplo, recuerdan que un orden del día de un consejo gestionado de forma inadecuada puede ocasionar perjuicios. En el caso fiscal, si una empresa opta por realizar una inversión en un territorio como Macao -considerado paraíso fiscal, aunque muy atractivo para adentrarse en China-, se considera que es una decisión que puede afectar al deber de diligencia del consejero. «La comprobación de que se dispone de información suficiente, de que se sigue el proceso de decisión adecuado y de que el riesgo fiscal que de ella se pueda derivar ha sido evaluado según el proceso de gestión del riesgo fiscal determinado por el consejo, es esencial para la seguridad del consejero», recuerdan en EY.

Control previo «riguroso»

Si lo que se va a tomar es una decisión de contratación pública en el plano internacional, se pueden generar riesgos. «Para evitarlos, una decisión de estas características debería ir precedida de un sistema de información y control previo muy riguroso», indican en la consultora. Y si se trata de aprobar tratar sobre facultades indelegables, hay que tener cuidado con herramientas con las daciones en cuenta. «Sería esencial para un consejero conocer cómo evitar riesgos ante propuestas como esta», explican desde esta firma legal.

El problema al que se pueden enfrentar muchos directivos va desde el rango solidario -asume las decisiones de todo el consejo- y personal. En primer lugar, porque la nueva normativa presumen que, si se provoca algún daño, se debe a la conducta de los directivos presentes en el consejo; además, las demandas se pueden presentar contra todos. En el plano individual, la responsabilidad es de la persona que ejerce la máxima dirección, incluso aunque se haya designado la figura de un consejero delegado o los directivos de la compañía funcionen con total grado de autonomía. También cuando se representa a una persona jurídica en el consejo -a una empresa- también se mantiene la responsabilidad individual.

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Ante esta nueva realidad jurídica, los expertos de EY recomiendan una actuación diligente. Por ejemplo, actuar con información suficiente y mediante un proceso de decisión adecuado; o que el acta del consejo de administración se configure como un elemento clave para que recoja que las actuaciones de los directivos son, efectivamente, diligentes, y que además lo evidencien ante posibles procesos judiciales futuros.

En el fondo, se trata de que los consejos de administración de cualquier empresa dejen constancia de la toma de decisiones y que éstas se realicen cumpliendo todos los requisitos legales: sistemas sobre cómo reportar la información, de prevención del fraude, de cumplimiento de obligaciones formales, riesgos de ciberseguridad y eficiencia tributaria, entre otras.

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