Trabajar como un mexicano, disfrutar como un alemán

España, con 539 menos que México y 318 por encima de Alemania, se sitúa en la zona media en la lista de países donde, al menos oficialmente, se trabajan más horas al año

Jorge Murcia

Viernes, 18 de diciembre 2015, 13:17

Son recurrentes los debates sobre si España es un país poco o demasiado trabajador. Si los españoles echan muchas horas en el trabajo, o disfrutan de demasiados días de vacaciones. Y si las jornadas de laborales están todo lo aprovechadas que deberían o por contra ... se ha institucionalizado la costumbre de 'calentar la silla' en nuestro puesto de trabajo. Tras esa dialéctica subyacen otras discusiones, como la necesidad de conciliar la vida laboral y la familiar, o la de un reparto más justo del trabajo.

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En este sentido, hace unas semanas el multimillonario mejicano Carlos Slim insistía en una idea que de forma periódica saca a la opinión pública: la de instaurar una semana laboral de 32 o 33 horas repartidas en tres jornadas de trabajo (amén de retrasar la edad de jubilación) para, de ese modo, «abrir campo para que otras personas trabajen». «Esos cuatro días (restantes de la semana) nos darían calidad de vida», añadía.

Sería interesante ver aplicada esa medida en el país de origen de uno de los hombres más ricos del planeta: México es el país industrializado donde se trabajan más horas al año: 2.228, según el último estudio elaborado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), correspondiente a 2014. El organismo ha efectuado sus cálculos tomando en consideración las horas trabajadas en un año -en virtud de los datos de contabilidad nacional- y dividiéndolas por el número de trabajadores. Con sus limitaciones -la propia OCDE advierte de la disparidad de las fuentes-, es la estadística más fiable que hay al respecto.

865 horas más que un alemán

El caso es que los trabajadores mejicanos meten, de promedio, 865 horas más al año que un alemán (1.371), paradigma de la laboriosidad (cosa distinta es la productividad: es decir, el rendimiento en capital que se extrae por cada hora trabajada). En la segunda posición del ranking figura otro país latinoamericano, Costa Rica (con 2.216 horas al año), que a su vez precede a Corea del Sur (2.163 horas) y Grecia (2.042), primer país europeo que aparece en la lista. El país de la zona euro más castigado por la crisis, rescatado dos veces por la Troika (FMI, BCE y UE), y con una tasa de paro del 26,4% en 2014, es también el de las jornadas laborales más largas del continente. En el otro extremo del ranking la lista se sitúan, mayoritariamente, los países del Norte y Centro de Europa: Francia (1.489 horas), Dinamarca (1.438), Noruega (1.427), Holanda (1.425) y Alemania (1.371).

Hay varios factores que explican estas enormes diferencias. Uno de ellos es la estructura del mercado laboral. La estadística de la OCDE toma en consideración tanto a los trabajadores a tiempo completo como a los que tienen jornada parcial y a los temporales. Como quiera que en países como Holanda o Alemania está muy extendido el trabajo a tiempo parcial, presentan un ratio de horas trabajadas por empleado más bajo que en otros lugares del mundo. Como la propia Grecia, donde apenas el 10% de los empleados lo son a tiempo parcial. En Holanda, por ejemplo, ese porcentaje supera el 38%. Además, pese a que estos países cuentan con una tasa de paro mucho menor y por tanto una masa de trabajadores también más amplia, lo cierto es que las horas de trabajo están más repartidas.

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¿Y en qué lugar se encuentra España? Pues por debajo de la media de la OCDE, que se sitúa en las 1.770 horas trabajadas al año. En España esa cifra es de 1.689 horas, y en Euskadi asciende a las 1.697. Eso sí, hay que tener en cuenta que las estadísticas hablan siempre de horarios pactados en convenio. «Es de lo que tenemos conocimiento. Pero hay que diferenciarlo de las jornadas reales de trabajo», matiza Mari Cruz Vicente, secretaria de Acción Sindical de CC.OO. Euskadi. «Porque no todas las horas extras (por ley el número máximo es de 80 al año) se declaran como tal. Muchas veces en las nóminas se camuflan, por ejemplo, como pluses extraordinarios», añade la sindicalista.

Semana de 38 horas

¿Y cómo se reparte ese trabajo a lo largo de los 365 días el año? Pues según los datos de la OCDE, la semana laboral media española es de prácticamente 38 horas (37,9), dos por debajo de lo que marca la ley. Una estadística muy pareja a la que arrojan países de nuestro entorno como Francia (37,3) o Reino Unido (36,7). En buena lógica, los países que trabajan más horas al año son también las que tienen las semanas laborales más largas: la de Corea (tercera en el ranking de empleados que meten más horas al cabo del año) es de 44,5 horas, y la de México, de 42,8.

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Pero esa correlación se rompe en el caso de Turquía. Los trabajadores de aquel país pasan, de media, 1.832 horas del año en sus puestos de trabajo. Casi 400 menos que México o Costa Rica. Pero sin embargo tienen la semana laboral más amplia: 47,7 horas. En Europa, son los griegos los que ocupan el primer puesto, con 41,9. Y de nuevo, son los países del Norte y Centro de Europa los que disfrutan las más cortas. El que más, Holanda, con 30 horas. En Dinamarca trabajan 33,5, en Noruega meten 34,4 horas, y en Alemania 35,3.

Horarios poco flexibles

Puede que, en definitiva, los españoles no salgan tan mal parados en estas estadísticas. Pero lo cierto es que España renquea en otros aspectos relacionados con el trabajo, como el de la productividad o la flexibilidad laboral. El X Congreso Nacional para Racionalizar los Horarios Españoles, celebrado el pasado mes de noviembre en Madrid, llegaba a unas conclusiones bastante desalentadoras sobre los usos y costumbres del trabajo en España. Una de ellas era que sólo los convenios de empresa están contemplando la flexibilidad horaria. Es decir, que los trabajadores puedan -en la medida de lo posible- elegir las horas del día en las que quieren trabajar.

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«De este modo el trabajador se organiza mejor las tareas y rinde más. Quizás a uno le gusta ir al gimnasio por la mañana y entrar más tarde a trabajar. Así rinde mejor. Y otro prefiere entrar lo antes posible para salir pronto y disponer de la tarde libre», comentaba el presidente de la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles (Arhoe), Ignacio Buqueras.

En España aún está demasiado arraigado el 'presentismo', esa actitud que consiste en pasar el mayor número de horas posible anclado al puesto de trabajo, hasta que se vaya el jefe, o al menos hasta que quede más o menos claro que no vaya a torcer el morro cuando nos vea salir por la puerta. «En otros países dirían que es un trabajador que no sabe organizarse y que además descuida a la familia», añade Buqueras. Porque, como también se dice en el informe de conclusiones presentado en el congreso de la Arhoe, «trabajar más horas no significa ser más eficiente. Un trabajador feliz es más productivo. La felicidad productiva se consigue mediante motivación, ilusión, pasión y hábitos saludables».

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Pequeños pasos

Lo cierto es que Buqueras lleva años predicando en el desierto. Sus recomendaciones de avanzar en pos de un cambio de hábitos laborales que permitan una mayor conciliación laboral se escuchan año tras año -y Buqueras lleva muchos en esto- como un mantra de improbable cumplimiento. Aunque sí es cierto que se dan pequeños pasos. Por ejemplo, el que permitirá a los empleados públicos de la Administración General del Estado que tengan hijos, descendientes o personas sujetas a su tutela o acogimiento de hasta 12 años de edad acogerse a la modalidad de jornada intensiva desde el 1 de junio hasta el 30 de septiembre de cada año.

Con carácter general, la jornada intensiva en la Administración General del Estado abarca el período comprendido entre el 16 de junio y el 15 de septiembre, ambos inclusive, y se lleva a cabo a razón de seis horas y media continuadas de trabajo, a desarrollar entre las 8.00 y las 15.00 horas, de lunes a viernes.

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A partir del año que viene se permitirá a los funcionarios de la AGE con hijos de hasta 12 años acogerse a esta modalidad de jornada intensiva desde el 1 de junio al 30 de septiembre, «derecho» que podrá ejercerse también en el año en el que el menor cumpla la edad de 12 años.

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