El fundador y consejero delegado de Facebook, Mark Zuckerberg

Facebook: ¿cómo le afecta la generosidad de su fundador?

El máximo ejecutivo de la red social irá transfiriendo sus títulos a una sociedad limitada que ha creado con su esposa, pero ello no restará sus derechos de voto ni su poder en la compañía

cristina vallejo

Jueves, 10 de diciembre 2015, 19:56

Mark Zuckerberg, fundador y máximo ejecutivo de Facebook, anunció el 1 de diciembre, coincidiendo con el nacimiento de su hija, que donará el 99 por ciento de sus acciones a causas filantrópicas a lo largo de su vida. A día de hoy, el valor de ... esa participación alcanza los 45.000 millones de dólares. Para ese propósito, Mark Zuckerberg y su esposa, Priscilla Chan, acaban de lanzar la Chan Zuckerberg Initiative (CZI), una sociedad de responsabilidad limitada (limited liability company), que no es una fundación convencional como lo es, por ejemplo, la sociedad creada por Bill y Melinda Gates. A diferencia de las fundaciones, las sociedades limitadas pueden comprometerse con la promoción de políticas públicas y tienen la posibilidad de realizar inversiones con ánimo de lucro que pueden impulsar las causas que se están defendiendo.

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Pero, ¿qué consecuencias puede tener en las acciones de Facebook que su fundador y presidente se desprenda de los títulos? Por el momento, muy pocas: Zuckerberg renuncia a la riqueza, pero no al control de la compañía, dado que conservará los votos asociados con todas las acciones que transfiera a CZI. Ha anticipado que mantendrá la participación de control de Facebook en un futuro inmediato (actualmente atesora el 53 por ciento de los derechos de voto de la red social) y no plantea deshacerse de más de 1.000 millones de dólares en acciones de la compañía al año en los tres próximos ejercicios. En definitiva, la intención de Zuckerberg es seguir siendo el presidente y consejero delegado de Facebook durante muchos, muchos años.

Dado que Zuckerberg va a ir transfiriendo poco a poco sus acciones a la nueva sociedad, a lo largo de su vida, y que va a seguir estando al mando, Celso Otero, de Renta 4, comenta que la "generosidad" de Zuckerberg no va a tener efectos financieros en la empresa. "En los beneficios futuros de Facebook no va a influir en manos de quién o de qué institución estén las acciones", afirma Otero. Otra cosa será, dice este analista, cuando se plantee dejar la compañía. Carlos Camacho, gestor del fondo tecnológico de Caja Rural, coincide y afirma que no debería tener consecuencias negativas (Buffett, pese a su filantropía y a su avanzada edad, aún es el máximo accionista de Berkshire Hathaway); y tampoco positivas porque a partir de ahora cada vez más acciones de Zuckerberg y sus plusvalías vayan a destinarse a financiar buenas causas y ello pueda atraer a los inversores más concienciados con los problemas de nuestro mundo.

Acciones un 35% más valiosas

Pero, ¿es interesante Facebook como valor bursátil, al margen de las actuaciones más o menos loables, más o menos interesadas, más o menos altruistas de su fundador y máximo ejecutivo? En lo que llevamos de año, gana alrededor de un 35 por ciento, tras haberse anotado un 42,77 por ciento en 2014 y haber duplicado su capitalización bursátil en 2013. Aunque su primer año en el parqué (salió a cotizar a mediados de 2012) no fue demasiado positivo: marcó su primer cambio en Wall Street en el entorno de los 38 dólares y cerró el ejercicio negociándose en los 26,16 dólares. Cuando escribimos estas líneas, se cambia por más de 105 dólares y el consenso de analistas le da un precio objetivo de 126,37 dólares, el doble que a finales del año 2013.

Desde que Zuckerberg dio la noticia, cuatro expertos han publicado nuevos precios objetivos: el más pesimista es Shamil Kuramshin, de Freedom Finance, que la valora en 125 dólares por acción, y el más optimista es Paul Vogel, de Barclays, que cree que vale 140 dólares por acción. De los 52 analistas que forman parte del consenso, sólo uno aconseja vender, mientras que 47 tienen recomendación de compra. Los otros cuatro aconsejan mantener.

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Camacho, de todas maneras, pone de manifiesto que, dado que ahora mismo cuenta con una capitalización bursátil de 300.000 millones de dólares y se prevé un beneficio para el ejercicio de alrededor de 6.000 millones, cotiza a 50 veces beneficios, un ratio ciertamente exigente, aunque reconoce los importantes ritmos a los que crece. En este sentido, Celso Otero destaca que, financieramente, es una empresa estupenda, con unos buenos márgenes e ingresos crecientes. "Sin saber a lo que se dedica, los números están muy bien y son reflejo de una muy buena gestión", comenta el experto de Renta 4. Pero lo que no le gusta es, precisamente, su negocio.

De lo que desconfía es de que se pueda perpetuar en el tiempo: "Mis hijos siguen bebiendo Coca-Cola, pero no sé si seguirán en Facebook", ejemplifica. "Lo malo es que el de las redes sociales es un negocio en el que no hay barreras de entrada. Crear una es muy fácil. Y que triunfe y se mantenga tiene mucho que ver con las modas", continúa este experto.

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También hay que analizarla volatilidad de los usuarios. Y, también, en su opinión, la evolución de la publicidad. Aunque Facebook permite una segmentación muy perfeccionada de la publicidad aprovechando los datos personales que aportan los propios usuarios, no está tan claro el retorno de las inversiones en publicidad que realizan las compañías en esa red social. Otero intuye, por pruebas que ha realizado, que la conversión en compras de los impactos publicitarios es pequeña, lo que puede provocar que llegue el día en que los anunciantes se cansen y dejen de poner publicidad en Facebook.

Mucha caja: ¿más operaciones?

Para Carlos Camacho, uno de los principales logros de la compañía en los últimos años ha sido saltar del ordenador en el que al principio estaba centrado al móvil, donde ahora registra sus principales crecimientos gracias a la monetización de su aplicación para los teléfonos inteligentes. También destaca el acierto en su política de adquisiciones: cada vez que tienen caja, la invierte, y acertadamente, como con Whatsapp. De esta manera solventa los límites a su crecimiento orgánico, más difícil a partir de ahora, dado que ya tiene más de mil millones de usuarios.

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La caja de la compañía ha pasado de los 1.800 hasta los 16.000 millones de dólares. Para Camacho, será fundamental ver dónde invierte esa caja para atisbar qué puede ocurrir con su cotización en el futuro. Será muy importante que lo invierta bien, teniendo en cuenta que con ese dinero puede comprar casi cualquier cosa.

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