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Ana Barandiaran
Jueves, 26 de noviembre 2015, 01:36
Todavía es muy pronto para valorar el impacto económico del reciente ataque terrorista en París. Mientras la capital francesa se enfrenta a los yihadistas reivindicando la 'joie de vivre', Bruselas permanece semiparalizada por el estado de alerta máxima. La incertidumbre es muy elevada. Obviamente, si ... se repite un atentado similar y se instala el pánico en Europa, las consecuencias serán más graves.
Lo único que se puede hacer por ahora es mirar atrás y analizar la reacción en otros episodios de parecidas características. En este sentido, la experiencia muestra, según coinciden la mayoría de analistas, que los efectos son limitados. «Los ataques terroristas no hacen descarrilar las tendencias económicas en Occidente», señalan los expertos del banco alemán Berenberg. Y Europa está en este momento en una etapa positiva, saliendo lenta pero progresivamente del túnel de la crisis.
El turismo es, sin duda, el sector más vulnerable. Los datos que llegan de París son preocupantes. Las reservas de los hoteles de lujo han caído un 50% y las del sector en general, un 30%. Pese al varapalo, hay motivos para no desesperar. Un estudio reciente de Deloitte afirma que «la industria hotelera se está haciendo más resiliente al shock del terrorismo». La firma llega a esta conclusión tras analizar el comportamiento del negocio hotelero en los últimos 15 años. Así, el informe explica que Nueva York tardó 34 meses en recuperar los niveles de ocupación previos a los atentados del 11-S (2001) cuando Al Qaeda causó 3.000 muertos al secuestrar aviones y empotrarlos contra las torres gemelas y el Pentágono, mientras que Madrid lo consiguió en 12 meses tras el 11-M (2004) con 192 fallecidos tras la explosión de bombas en cuatro trenes de cercanías. Londres acortó todavía más los tiempos. Remontó en nueve meses del ataque del 7-J (2005) 56 muertos por bombas en el metro y en un autobús.
No obstante, tal como los autores del estudio indican, hay que tener en cuenta que el impacto del 11-S se complicó al entrar Estados Unidos en recesión por el pinchazo de la burbuja tecnológica. Aún así, Deloitte sí percibe una mayor resiliencia (capacidad de adaptarse a un shock) que atribuye a «sólidos planes de contingencia, protocolos para la gestión del riesgo y sistemas como los precios dinámicos». Incluso, cita la actitud de los consumidores y compañías de seguir adelante con normalidad como respuesta al desafío terrorista.
Pero en toda regla hay excepciones y el Norte de África es una de ellas. La ocupación hotelera ha sufrido en esa zona un desplome brutal, el mayor en la etapa de 15 años analizada. El negocio se estaba recuperando en 2011 tras el varapalo de la crisis financiera mundial cuando la Primavera Árabe lo hundió totalmente. La ocupación pasó del 70% a quedar ligeramente por encima del 40% en 2012 y todavía no ha superado la barrera del 50%. «Destinos como Túnez están operados por mayoristas muy sensibles ante ataques que encima tienen en la diana a los turistas. Por eso se ha resentido tanto el mercado allí», apunta Félix Arteaga, investigador del Real Instituto Elcano. Túnez acaba de sufrir un nuevo atentado, esta vez contra un autobús de la Guardia Presidencial, reivindicado por el ISIS, que también asumió los dos anteriores de este año, uno en el Museo Nacional del Bardo y otro en la playa de la ciudad Susa. Las perspectivas son, por tanto, muy negras.
Deloitte llama, asimismo, la atención sobre cómo en Egipto, por ejemplo, no solo se vio afectado El Cairo durante las revueltas ligadas a la Primavera Árabe sino también otros puntos turísticos como Sharm El Shej y Hurgada, con caídas en la ocupación hotelera del 40%. En contraste, los sucesivos golpes de Estado sucedidos en Tailandia en la última década solo se dejaron sentir en la capital, Bangkok, mientras que en destinos como Phuket o Koh Samui ni se enteraron.
Para París es de vital importancia que se recupere cuanto antes el turismo ya que recibe cerca de 47 millones de visitantes al año. Por el atractivo internacional de la Ciudad de la Luz, Francia es el destino turístico más popular del mundo entero, con 84 millones de viajeros en 2014, 10 millones más que el siguiente país en el ránking, Estados Unidos. El peso del sector en el Producto Interior Bruto (PIB) alcanza el 9% y el 10% en el empleo.
Pero no todas los pronósticos son optimistas. En un reciente informe los analistas de Blackrock advierten de que la presente crisis puede ser más profunda que otros episodios terroristas. «Irak, Yemen, Siria y Libia son estados fallidos. La región está asediada por los efectos secundarios de la Primavera Árabe, los conflictos sectarios y el enfrentamiento entre la suní Arabia Saudí y la chií Irán», apuntan. Y cuando emitieron esta opinión la historia no se había complicado todavía con el derribo de un bombardero ruso por un caza turco, una acción que ha indignado al imprevisible Vladimir Putin.
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