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EE UU y Europa ultiman un histórico (y polémico) acuerdo comercial

EE UU y Europa ultiman un histórico (y polémico) acuerdo comercial

Opaco para sus detractores, transparente para sus promotores, el TTIP que negocian Bruselas y Washington es mucho más que un simple tratado de comercio

Julio Arrieta

Miércoles, 7 de octubre 2015, 16:51

La comisaria europea para el Comercio, Cecilia Malmström, se congratulaba el pasado lunes a través de Twitter del éxito de las negociaciones del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP) entre EEU U y Japón, Australia, Brunei, Canadá, Chile, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam. El cierre de este ambicioso convenio comercial, dijo, también es "una buena noticia para las negociaciones entre Estados Unidos y la Unión Europea (UE)" sobre su propio tratado, la Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión, conocido como TTIP. Malmström veía en el cierre del TPP un reactivo para relanzar las conversaciones transatlánticas, estancadas y objeto de fuerte rechazo en algunos países. El TTIP, que están negociando la Unión Europea y Estados Unidos, es visto por sus promotores y partidarios como una fuente de crecimiento y empleo. Sus detractores, sin embargo, ven en él poco menos que una claudicación de Europa ante las grandes multinacionales.

¿Qué es y cuál es su objetivo?

La Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión es un complejo acuerdo que empezó a negociarse en 2013 entre la Unión Europea y Estados Unidos. Presentado a menudo como "el mayor acuerdo comercial de la historia", su objetivo básico es facilitar el acceso a los mercados respectivos mediante la reducción de aranceles y la simplificación del ámbito regulatorio. Se trata de mejorar el flujo comercial entre ambos bloques que, según la Secretaría de Estado de Comercio española, producen en conjunto "casi la mitad del PIB mundial" e "intercambian un tercio de los flujos comerciales mundiales (2.000 millones de euros de comercio diario de bienes y servicios)". De salir adelante y cumplirse "los pronósticos, este acuerdo podría aportar 119.000 millones de euros a la economía de la UE y 95.000 millones a la economía de Estados Unidos" al año.

¿Cuándo se firmará?

No hay fecha fija. Las negociaciones continúan y podría estar cerrado a lo largo del año que viene. En todo caso el acuerdo tendrá que ser ratificado, además de por la parte estadounidense, por los países miembro de la UE en el Consejo de la Unión, el Parlamento Europeo y, posiblemente, los parlamentos nacionales.

¿Qué se está negociando entre la Comisión Europea y Estados Unidos?

Los aspectos que abarca el tratado son muy amplios. Jochen Müller, coordinador Político de la Comisión Europea en la representación de la CE en España, los agrupa en tres grandes áreas. En primer lugar está el capítulo "sobre acceso a los mercados, que incluye la reducción de aranceles". La media en estos tributos "está en 3 o 4%" para quienes exportan a EE UU. "Pero hay algunos sectores en los que están por encima del 30%. Lo interesante es que algunos sectores importantes de la industria española están justo aquí: alimentación, calzado, textil... frutas y alimentos procesados. Todo eso tiene aranceles de entre el 20 y el 30%". Reducirlos favorecería sobre todo a miles de PYMEs españolas. El acceso a los mercados también afectará a los servicios. Esto es, se facilitará que nuestras "empresas puedan vender sus servicios allí. Por ejemplo, que los arquitectos, las constructoras y los ingenieros que pueden dar sus servicios en Estados Unidos. Hoy en día no es posible", resumió en un reciente encuentro con periodistas.

El segundo capítulo en el que se está negociando es el de la cooperación regulatoria. Se trata de eliminar los obstáculos administrativos que dificultan el comercio entre ambos bloques, "como por ejemplo las dobles inspecciones de los productos, en el origen y en el destino. Se trataría de simplificarlo a una". En este apartado también se quiere armonizar los estándares y normas de calidad que existen en Europa y en Estados Unidos y que difieren (y no siempre, como suele creerse, en favor del lado europeo). El tercer capítulo abarca aspectos como el desarrollo sostenible, el acceso a la energía las materias primas y los discutidos Tribunales de Arbitraje.

¿Qué ocurre con estos Tribunales?

Los Tribunales de Arbitraje Internacional para resolver las disputas entre inversores privados y Estados son uno de los aspectos más polémicos del tratado y que podrían llegar a quedar fuera del mismo. Este también llamado Mecanismo de Solución de Conflictos entre Inversores y Estados (ISDS por sus siglas en inglés) permitiría a los inversores llevar a los Estados ante un tribunal de arbitraje internacional. Es visto por sus detractores como un sistema paralelo de justicia a merced de las grandes corporaciones.

Frans Timmermans, vicepresidente primero de la CE, aseguró hace unos días que esto no será así: el sistema "estará formado por jueces plenamente cualificados, sus procedimientos serán transparentes, y los asuntos se resolverán sobre la base de normas claras". Además, las resoluciones del Tribunal "podrán recurrirse ante" un tribunal de apelación. Con este nuevo sistema, "protegeremos el derecho de los gobiernos a legislar y garantizaremos que las diferencias en materia de inversión se resuelvan en plena conformidad con el Estado de Derecho".

¿Y los peligros del TTIP?

Entre las críticas de los opositores al tratado, "se dice que vamos a obligar a la privatización de servicios públicos como la sanidad y la educación", señaló Jochen Müller. "Eso no es verdad. Porque los servicios públicos no forman parte de las negociaciones". El tratado tampoco afectará a "los derechos laborales, medioambientales ni a la salud pública. Las leyes medioambientales europeas existentes, que hemos construido los últimos 40 años, no van a cambiar con el TTIP". Los estándares de protección alimentaria o medioambiental "no son objeto de negociación". La CE se ha comprometido a proteger la independencia de los organismos reguladores europeos, así como el derecho de cada uno de sus gobiernos a establecer nuevas leyes en estos campos.

¿Es una negociación transparente?

Depende de quién responda a la pregunta. Para los críticos del acuerdo es opaca y se realiza a espaldas de la ciudadanía, a la que se mantiene en la ignorancia. Si embargo la Comisión Europea asegura que las negociaciones sobre el TTIP son "las más abiertas que jamás ha tenido un acuerdo comercial", como se puede leer en su folleto 'Las diez ideas erróneas principales sobre la ATCI'. En todo caso, la CE mantiene una página web sobre el asunto con documentación abundante, que actualiza a medida que avanzan las negociaciones (http://ec.europa.eu/trade/ttip-texts/index_es.htm)

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