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adolfo lorente
Lunes, 14 de septiembre 2015, 02:29
Hubo un tiempo, no muy lejano, en el que la Troika se llamaba Troika. Ya saben, los temidos hombres de negro de la Comisión, el BCE y el FMI que llegaron en 2010 a la Eurozona aplicando hachazos de gasto público sin miramientos para "poner ... orden" a unas cuentas públicas "descontroladas". Un pasado demasiado reciente políticamente insostenible. La Troika ya no se llama Troika, sino Instituciones, quizá el único logro de Alexis Tsipras en su fugaz mandato como primer ministro griego. Pero si anda como un pato, grazna y nada como tal...
Pues eso, que se llame como se llame, está muy lejos de esa muerte prematura anunciada por el aún imberbe Tsipras en su primera incursión bruselense. Porque los hombres de negro no solo residen en Atenas, sino que siguen visitando España, Portugal e Irlanda hasta que estos países devuelvan el 75% de las decenas de millones prestados. Porque los hombres de negro condicionarán el carrusel electoral que empieza el domingo en Grecia y que no solo examinará a Mariano Rajoy, Pedro Passos Coelho y Enda Kenny, sino la férrea ortodoxia comunitaria. Los tres de la familia del PP europeo, los tres con dificultades para reeditar mandato, los tres compañeros de filas de Angela Merkel, la única mandataria del euro a la que la crisis no se ha llevado por delante. Todos caen. Todos.
Bruselas tiene un problema. Bueno, en realidad muchos, pero en lo económico el principal no se llama ni China, ni emergentes ni tipos de interés en Estados Unidos. Se llama elecciones nacionales, se llama estabilidad, se llama temor a que los países rescatados no sigan la estricta hoja de ruta reformista seguida en los últimos años por los países rescatados. Inquietud, preocupación, incertidumbre... Los términos son muchos y casi todos apropiados. Sensaciones que no solo se palpan en Bruselas sino entre los halcones, en capitales como Berlín, donde se es muy consciente de lo mucho que se juega la Eurozona en los próximos meses.
Salvo tsunami político que nadie espera, el problema griego está descontado tras la aprobación de un tercer rescate a mediados de agosto por un Tsipras que sí actuó como estadista más que como líder de Syriza. De ahí que en el caso de que vuelva a ganar Syriza y vuelva con nuevas negativas al Eurogrupo, la explosión será controlada. Porque ahora, además, ha llegado el momento de ceder con Atenas como en lo relativo a la deuda, no en seguir apretando las tuercas. El mensaje ya fue transmitido alto y claro. A los populismos, ni agua. Y Grecia actuó de conejillo de indias para marcar el territorio a formaciones de izquierda radical como Podemos.
Juncker loa a los tres países
Porque el mayor problema, Cataluña al margen, es España, la cuarta potencia del euro. "Claro que no se nos escapa que hay un año electoral, pero los años electorales no deben impedir actuar", recalcó el comisario Pierre Moscovici en una de las contadísimas declaraciones que ha habido y habrá sobre este asunto. Porque más allá de un "máximo respeto a las elecciones de cada país" o un "nuestra obligación es colaborar con cualquier gobernante", en Bruselas, de forma oficial, nadie dirá mucho más.
Se quedó sin el Eurogrupo pero...
Todavía no hay fecha para las elecciones generales en España. Sí una estimación, pero conociendo a Rajoy todo es posible. Al menos ya ha cerrado el círculo dejando la margarita con tan solo dos hojas el 13 o el 20 de diciembre, decantándose todas las apuestas por esta segunda opción por la cercanía de la Navidad. Pero hay otro factor hasta ahora no señalado
Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE se reúnen en Bruselas en una de las citas periódicas más relevantes del año y el presidente del Gobierno, sin duda, buscará usar esta fecha en su beneficio. ¿Por qué mejor el 20? Porque llegar a la capital comunitaria cuatro días después de haber sufrido una hipotética derrota o una victoria pírrica no es la mejor carta de presentación para el que podría ser último Consejo de Mariano Rajoy. ¿Por qué el 20? Porque puede utilizar esta cita para que los grandes líderes europeos del PP, ya sea Angela Merkel, Donald Tusk o Jean-Claude Juncker, salgan en tromba en su apoyo. Como sin duda harán el 21 y 22 de octubre en el congreso anual que el PP europeo celebrará en Madrid para apoyar al actual presidente.
Rajoy sabe que en ese magma llamado Bruselas tiene un aliado y lo va a explotar al máximo, a pesar del sonoro fracaso que sufrió antes del verano en su intento de hacerse con la presidencia del Eurogrupo. Rajoy apostó a caballo perdedor. El PP europeo copa todos los grandes puestos en la UE y los socialdemócratas no iban a dejar escapar uno de los pocos que todavía mantienen.
Pero en privado, la cosa cambia. Es lógico. España es un país lo suficientemente grande como para hacer tambalear la frágil recuperación. Y no solo por su tamaño (su PIB es el doble que el de Holanda, la quinta potencia del euro), sino porque es el que crece con mayor vigor entre los grandes del bloque. En el segundo trimestre, por ejemplo, lo hizo al 1%, y a un porcentaje interanual del 3,1%. Nada menos que el doble que Alemania y la media de la Eurozona, y el triple que Francia e Italia. De ahí que calificativos como "alumno aventajado" o "ejemplo a seguir" hayan dominado el discurso de numerosos responsables políticos europeos cuando se refieren a España.
Esta será una de las grandes bazas electorales de Rajoy para intentar repetir mandato, principal anhelo de Merkel para seguir liderando una gobernanza de la Eurozona que quiere dar decisivos pasos en su integración. Pero esto dependerá de los equilibrios que se den en un bloque donde el PP puede quedar en clarísima minoría frente a la socialdemocracia liderada por Hollande (Francia) y Renzi (Italia) si finalmente pierde los tres feudos señalados como ejemplos de cómo salir de la crisis. Para muestra, las palabras del presidente Juncker en el reciente debate sobre el Estado de la Unión: "Países como Irlanda, Portugal y España han demostrado que si se aplican buenas reformas, se cosechan los resultados adecuados".
Porque Irlanda, especialmente, y Portugal no solo están creciendo con fuerza, sino que lograron hace ya muchos meses salir de sus programas de rescate "con éxito" anunciando, además, que devolverán de forma anticipada 32.000 millones al FMI. En Portugal, la socialdemocracia lidera las encuestas (el Podemos portugués no ha calado), mientras que en Irlanda todo está muy abierto, a la espera del papel del Sinn Féin. Rajoy, Passos Coelho y Kenny. Tres líderes que buscan seguir los pasos de David Cameron y aferrarse a la recuperación económica para sobrevivir.
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