![Diez perlas de Ruiz-Mateos](https://s2.ppllstatics.com/elcorreo/www/pre2017/multimedia/noticias/201509/07/media/cortadas/ruizmateossuper--575x323.jpg)
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Iñaki Juez
Martes, 8 de septiembre 2015, 01:26
Cuentan los que le conocieron bien que existieron dos José María Ruiz-Mateos bien distintos: el de antes del 23 de febrero de 1983 y el de después de esa fecha cuando el entonces ministro de Economía del primer Gobierno socialista, Miguel Boyer, se atrevió a expropiar Rumasa. Normal. Hay que tener en cuenta de que se trataba de un imperio financiero construido pieza a pieza con impresionante perseverancia durante las décadas anteriores por el famoso empresario gaditano, que falleció este lunes a los 84 años en un hospital de Cádiz a consecuencia de una neumonía. En ese momento, algo cambió en lo más hondo de su alma. Al mismo tiempo que se resquebrajaba el popular 'holding' de la abeja, compuesto por más de 700 empresas, también lo hacía su carácter, de natural bastante anodino y gris con un perfil mediático muy bajo. Nada que ver con el personaje extravagante e histriónico que nació en 1989 con su inolvidable "Te pego leche, yo te pego leche". Fue su momento cumbre, pero la historia vital del hombre de negocios más popular de España nos ha dejado auténticas perlas en forma de frases inmortales. Aquí va una selección de algunas de ellas.
1. "Te pego leche, yo te pego leche"
Tras la expropiación de Rumasa, José María Ruiz-Mateos se había encargado de justificarse ante la opinión pública al asegurar una y otra vez que su imperio no tenía problemas económicos y que era una víctima inocente de un pérfido Gobierno socialista con Miguel Boyer como su principal archienemigo. El empresario de Rota se veía como un superhéroe que solo pretendía crear empleo en España a través de un holding que transmitía buena salud financiera por los cuatro costados. Pero el 3 de mayo de 1989, Ruiz-Mateos pasó de las palabras a la acción cuando se encontró cara a cara con el artífice de sus desgracias en los juzgados. Lo que vino a continuación ya es historia. Su inesperada toñeja al exministro sirvió para que un Miguel Boyer con cara de susto acabase sin gafas y su frase "Te pego leche, yo te pego leche" fuera la más popular de ese año pese a producirse en un país acostumbrado al esperpento. En ese ataque de ira también salió de sus labios otra sentencia inmortal: "Sal a la calle (al Boyer) y peleemos como machos, que no digan que eras malvado y hasta que no acabe contigo no pararé". Y lo intentó repetidas veces mediante todo tipo de montajes que daban auténtica vergüenza ajena como el entierro simulado del exministro, féretro incluido, años después.
2. "Mujer, vótanos; Hombre, vótanos"
Mucho antes de que surgiera Pablo Iglesias y su Podemos, las elecciones al Parlamento Europeo eran un auténtico caldo de cultivo para aventuras políticas de lo más descabelladas como la protagonizada por el empresario gaditano tras su paso por la cárcel. La denominada Agrupación Ruiz-Mateos logró dos eurodiputados gracias sus promesas de pleno empleo y a dos eslóganes que se hicieron muy populares en la campaña electoral de 1989. La primera era "Que me votéis, leche", nueva variante de su grito de guerra contra Miguel Boyer. La segunda, menos aguerrida aunque igual de directa: "Mujer, vótanos; Hombre, vótanos". Y 600.000 personas se dieron por aludidas. Después, su partido electoral fue languideciendo, como sus empresas, en las siguientes citas electorales hasta finalmente desaparecer al mismo tiempo que se levantaba la Nueva Rumasa con el que nuestro particular 'Ciudadano Kane' buscaba resarcirse de una vez por todas de la tremenda injusticia cometida una década atrás.
3. "Jueces de España, estáis castradillos, no tenéis huevecillos"
En 1993, la opinión pública ya estaba curada de espanto de las continuas salidas de tono de Ruiz-Mateos. Lo que sucedió ese año es que el empresario andaluz se sintió respaldado por nada más y nada menos que el Tribunal de Estrasburgo, que condenaba a España por el excesivo retraso judicial en el 'caso Rumasa'. Eso sí, la sentencia dejaba claro que no se le debía indemnizar por ello. Dio igual. El fundador del grupo de la abeja aprovechó el río revuelto para recusar al entonces presidente del Tribunal Constitucional, Miguel Rodríguez-Piñero, por "enemistad manifiesta contra la familia Ruiz-Mateos". Casi nada. Y todo ello mientras retaba a los magistrados del Alto Tribunal a detenerle por desacato con su célebre frase: "Sois mariconcillos, estáis castradillos, no tenéis huevecillos". Asimismo, como no podía ser de otra forma, también aprovechaba su momento de gloria para asegurar que Felipe González "debía estar en la cárcel" y para volver a insultar a Miguel Boyer. Y todo ello mientras confesaba tener "ganas de matar", lo que no haría por respeto a su madre y a "la ley de Dios". Toda una suerte para los dos dirigentes del Gobierno socialista que hicieron posible la expropiación.
4. "Superman es justiciero"
Una de las apariciones públicas más tragicómicas del fundador de Rumasa se produjo en 1997 cuando se presentó en los juzgados disfrazado del superhéroe más famoso de todos los tiempos. "Superman es justiciero y como aquí la justicia no existe he llamado por teléfono a América a mi amigo Clark Kent y le he dicho hombre, ayúdame". Con su capa roja por bandera, el hombre de negocios volvía a llamar la atención de los medios de comunicación para denunciar la expropiación del grupo de la abeja. Para entonces, más de uno pensó que al gaditano se le había ido definitivamente la cabeza tras el tremendo golpe anímico que significó quedarse sin un imperio económico de la noche a la mañana.
5. "Tres mujeres hay en mi vida: la Virgen María, mi madre que es una santa y la mujer que me aguanta"
Hay frases que surgen en un momento dado y otras que su creador utiliza como muletilla a lo largo de su vida. Es lo que sucede con la de "Tres mujeres hay en mi vida: la Virgen María, mi madre que es una santa y la mujer que me aguanta" que Ruiz-Mateos repetía hasta la saciedad cuando alguien se encontraba con sus tres imágenes sobre la mesa de su despacho. Eso sí, allí, como correspondía a un insigne miembro del Opus Dei, también se encontraba el retrato del fundador de la orden religiosa, José María Escrivá de Balaguer, aunque nunca le mencionara expresamente en una de sus citas más famosas.
6. "Te vas a enterar, bribón"
Convertido en una auténtica celebridad por sus hilarantes puestas en escena, Ruiz-Mateos aprovechó su vena cómica para protagonizar todo tipo de anuncios de los productos de su Nueva Rumasa. Uno de los más recordados es el de los flanes Dhul, en el que se atreve a enfundar el equipamiento del Rayo Vallecano, presidido en esos momentos por su mujer, Teresa Rivero. En el spot se atreve a marcar un penalti a un actor caracterizado como Miguel Boyer, que confiesa estar "como un flan", al grito de "Te vas a enterar bribón". Y, como sutil venganza, termina comiéndose el popular postre con una doble de la no menos mediática mujer del exministro: la mismísima Isabel Preysler.
7. "Tómate un Trapa, Isabel, y que no se entere Miguel"
Precisamente, Ruiz-Mateos le sacó partido a la doble de Isabel Preysler al utilizarla para promocionar otro de sus productos estrella: los bombones Trapa. En el spot, el empresario aparecía elegantemente vestido para ofrecerle a la entonces mujer del exministro una de sus chocolatinas. "Tómate un Trapa, Isabel, y que no se entere Miguel", le susurraba como si le estuviera ofreciendo algo más que un simple dulce a la protagonista de los no menos populares anuncios de Ferrero Rocher. El mensaje final: "Que te atrapo, leche" también era de lo más ocurrente y volvía a aludir a su agresión física al pobre Boyer, un episodio que el gaditano utilizó para su propio beneficio en más de una ocasión.
8. "Si no pago a mis inversores, me pegaría un tiro"
La historia tiene la manía de repetirse y la de Ruiz-Mateos no es una excepción. El 17 de febrero de 2011, el fundador de Nueva Rumasa comparecía ante los medios de comunicación tras conocerse que su nuevo imperio económico iba a correr la misma suerte que su versión 1.0 sin que hubiera ningún Miguel Boyer a quien culpar. En esta ocasión, estaban en juego los ahorros de 5.000 inversores que confiaron a golpe de pagarés y participaciones en el empresario gaditano, capaz de crear otro 'holding' de la nada. Escoltado por sus seis hijos varones, el hombre de negocios prometió en rueda de prensa que cumpliría sus compromisos financieros con sus acreedores: "Si no pudiera satisfacer esa obligación y no tuviera fe, me pegaría un tiro". "Que todos sepan que pagaremos todo cuanto corresponde y que, si no lo hacemos, nos pueden repudiar, desearnos lo peor y pedirnos cuanto haga falta", señalaba el patriarca del grupo. Finalmente, a los pobres ahorradores que acoquinaron más de 100 millones de euros no les quedó más remedio que repudiar a los Ruiz-Mateos y desearles lo peor en forma de constantes peregrinajes a los juzgados para responder de la nueva bancarrota del negocio familiar.
9. "Para mí no hay más leyes que las del corazón"
El desmembramiento del nuevo imperio de Ruiz-Mateos era ya un hecho en 2012. Pese a sus 81 años, el empresario aseguraba que se pondría en huelga de hambre para demostrar su intención de devolver el dinero a los inversores. De nuevo, el histrionismo formaba parte de su estrategia de defensa, aunque tratara en su comparecencia pública de quitar "frivolidad" a su anuncio. Demasiado tarde. "Nadie me hace caso, y a los que hacen huelga de hambre sí. Si hay que morir se muere, lo único que me interesa es Dios y cumplir con mis obligaciones", añadía con un tono melodramático que a estas alturas de la película no engañaba a nadie. Al ser preguntado por el proceso judicial impulsado por sus acreedores, aseguraba que él no creía en "más leyes que las del corazón". "Yo de perfecto no tengo nada, pero lo esencial lo tengo, que es Dios y el amor a la Virgen", un reconocimiento que no satisfaría a las personas que sacrificaron sus ahorros en un espejismo que se parecía más a una estafa de tipo piramidal que a un proyecto empresarial solvente.
10. "Mis hijas fueron educadas para ser madres de familia"
Para Ruiz-Mateos, lo fundamental era su familia. Padre de 13 hijos, a los seis varones los colocó en diversos puestos directivos de sus empresas. Menos a sus hijas. En una entrevista, hace año y medio, se le preguntaba por esta peculiar circunstancia y el empresario, siempre sin morderse la lengua, lo explicaba con un simple "Mis hijas fueron educadas para ser madres de familia". Curiosamente, su mujer pasará a la historia por ser la primera presidenta de un club de fútbol español. Una incoherencia más de las tantas que jalonaron una vida entre el duro trabajo empresarial y el escándalo financiero por la que siempre será recordado. Para bien y para mal.
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