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Un empresario con financiación de barro

Ignacio Marco-Gardoqui

Lunes, 7 de septiembre 2015, 19:57

Ha muerto José María Ruiz Mateos, probablemente el mayor empresario-espectáculo y, por eso, uno de los más conocidos del gremio. Su trayectoria personal ha sido tan larga como tormentosa, imposible de definir con una sola frase y juzgar con una sola sentencia. Creó un ... imperio empresarial enorme en su dimensión y variopinto en su composición, con más de 800 empresas en la primera Rumasa y 100 en la Nueva Rumasa. Desde luego, los notarios y los registradores mercantiles deberían nombrarle hijo adoptivo del colectivo de la fe pública. Empezó con una fuerte presencia en el sector de la alimentación y de ahí pasó a las finanzas, en donde revolucionó el sistema bancario español y se adentró en la distribución, con la compra del entonces gigante Galerías Preciados. Pero todo el imperio fue construido con escaso crecimiento orgánico y abundantes compras, con un modelo de estructura débil, al estar excesivamente basado en la financiación ajena. Precisamente fue esa debilidad de fondos propios la que le llevó al fracaso cuando la coyuntura se torció y afloraron los problemas. Su encomiable laboriosidad, representada en la abeja de su logotipo, no fue suficiente para sostener tantas empresas carentes de la adecuada base financiera.

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