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pilar aranguren
Domingo, 10 de mayo 2015, 01:52
El secretario general de ELA, Adolfo 'Txiki' Muñoz, afirma que "está por ver si el crecimiento económico se consolida". Pero lo que sí tiene muy claro es que los salarios "han perdido durante la recesión y lo harán en la fase de crecimiento si se ... produce, porque lo que se busca es que las desigualdades sociales crezcan más". Ante esta realidad insiste en que "nunca como ahora el sindicato ha sido más necesario, porque lo que tenemos viene para quedarse".
- El lehendakari, Iñigo Urkullu, aseguró recientemente que estamos ante un cambio de ciclo económico. Elkargi ha advertido que el crecimiento económico no llega todavía a empresas y familias. ¿Están condicionando las elecciones los mensajes de los políticos o estamos entrando ya en una senda consolidada de la recuperación?
- Sin duda las elecciones marcan los mensajes de los políticos. Rajoy, Urkullu y Barcina no han adoptado ninguna medida para que la economía repunte, porque todos han aplicado políticas de ajuste. Los agentes que tienen que ver con el crecimiento son externos y precarios. Está por ver si el crecimiento se consolida, y de lo que no quieren hablar ninguno es de que todo lo que se ha hecho es para que si el crecimiento se consolida las desigualdades sociales crezcan mucho más, que es lo que está pasando. Los salarios perdieron en crecimiento, están perdiendo en crisis y quieren que pierdan más en la fase de recuperación.
- Su central defiende que no se crea empleo, sino más puestos de trabajo porque se fraccionan los que hay. ¿Es el nuevo paradigma del mercado laboral?
- Lo que tenemos no es coyuntural, es estructural y viene para quedarse para años. Y es necesario que el sindicalismo haga un diagnóstico correcto de lo que está pasando. El poder económico ha ocupado puestos estratégicos para condicionar la política de los gobiernos;los gobierno son obedientes, y el que mejor lo explica es el FMI, que dice que 'gobierne quien gobierne no hay alternativas a las políticas actuales'. El Fondo Monetario reconoce que el nivel salarial guarda relación con la sindicalización y por eso recomienda combatir a los sindicatos, pero también dice que las desigualdades sociales son buenas para la economía. El empleo como los salarios son elementos de ajuste en recesión y en crecimiento. Quieren que el empleo que se crea sea miserable y sin derechos. Cuatro contratos a tiempo parcial son cuatro altas en la Seguridad Social, pero sustituyen a un empleo antiguo.
- La industria no termina de tirar de la economía vasca. ¿Cree que eso justifica por sí solo que tardemos más en crear empleo?
- ¿Qué política industrial es aquélla que solo se preocupa por bajar los impuestos a las empresas, en reducir el I+D+i, que es lo que ha hecho el Gobierno vasco, en mantener un sistema de formación para el empleo que es una perversión, que solo busca la financiación de las organizaciones, y en aconsejar a las empresas que externalicen, porque probablemente una parte de la pérdida de empleo industrial tenga que ver con la externalización de las industrias, lo que supone que se crea un empleo más precario porque va a servicios. El Gobierno vasco no tiene política industrial, hace mucha propaganda. Y la fluidez del crédito no está llegando a las empresas.
-¿Faltan políticas ambiciosas de empleo?
- Las recomendaciones del Gobierno cuando una empresa se deslocaliza es que los trabajadores se bajen los salarios. Nosotros decimos que la bajada salarial está trayendo destrucción de empleo.
"Inmenso margen" para subir la presión fiscal
- ELA siempre ha hecho mucho hincapié en la fiscalidad como herramienta fundamental para el reparto justo de la riqueza. ¿Qué habría que hacer para fomentar el empleo en Euskadi?
- Los gobiernos han acordado la prioridad de reducir el déficit, de pagar la deuda, y han renunciado por completo a recorrer el inmenso margen de presión fiscal que tenemos respecto a Europa. Están en la cola de presión fiscal por privilegios a las rentas de capital y rentas empresariales. La CAV tiene un diferencial de 5.000 millones de euros con Europa. ELA no aceptará que el Gobierno nos diga que no tiene posibilidades de cambiar eso. No es verdad, porque el acuerdo de fiscalidad que tenemos lo adoptaron PNV, PSE y PP. Es una gran mentira decir a la gente que bajar impuestos a los ricos es bueno para todos. La política y la fiscalidad están secuestradas por el poder económico y hay que analizar la puerta giratoria entre altos cargos de la patronal y diputados de Hacienda o viceversa. Y la política fiscal de la Diputación de Gipuzkoa es un referente, pero no es la revolución bolchevique.
-¿Y más allá de la fiscalidad?
- Una distribución más justa de la riqueza en un horizonte de salida de la crisis como herramienta fundamental para reducir las desigualdades favorece el empleo; una apuesta por las energías verdes, favorece el empleo. Todo eso se puede cuantificar.
-¿Qué parte de responsabilidad tienen los sindicatos y ELA como sindicato mayoritario?
- En una coyuntura en donde la democracia está siendo saboteada porque los gobiernos aceptan que sea el capital el que manda, a los que decimos que ellos no mandan, que obedecen, nos estigmatizan. Y el margen de maniobra que nos dejan a los sindicatos es muy estrecho, porque o les acompañas u organizas el contrapoder. Y esta última opción tiene mucho mérito, porque es muy difícil. Por ejemplo, cómo en la negociación colectiva el sindicato sustituye con organización lo que la ley nos ha quitado. Y nosotros a la gente le decimos: el sindicato nos hace fuertes. El mayor reto que tiene el movimiento sindical es el de organizarse para hacer frente a esta situación, con plena autonomía financiera y política para marcar nuestras estragegias.
"Hay una estrategia para destuir el movimiento sindical"
- En Euskadi se han reducido los costes salariales más que en el conjunto del Estado. ¿Gran parte de la culpa la tiene el bloqueo de la negociación colectiva?
- El bloqueo de la negociación colectiva está teniendo efectos en el salario, pero en mayor medida la reforma laboral. La ley se hizo para eso y para destruir empleo, y que la entrada del nuevo sea en peores condiciones.Hasta el presidente de Kutxabank, Goyo Villalabeitia, lo admite al aconsejar cínicamente que se contraten fondos de pensiones privados porque los nuevos empleos que se están creando son incapaces de sostener las pensiones públicas del futuro. La patronal sabe que no tiene necesidad de negociar. No es verdad que ELA desprecie los sectores. No fue nuestro sindicato el que hizo descarrilar el acuerdo interprofesional que intentó Urkullu el 5 de julio de 2013 para prorrogar los convenios, fue Confebask.
- Los pactos de empresa que se están firmando son pocos y no parece que estén siendo una alternativa válida a los sectoriales.
- Nosotros no nos negamos a la negociación sectorial, pero las condiciones de la patronal son inaceptables, hay sectores donde otros son mayoría y tampoco se han firmado, luego no es responsabilidad única nuestra. Pero yo creo que hay una cuestión de fondo. La ley no solo busca destruir empleo y salarios, sino también identidades colectivas. Los gobernantes en el Estado español beben de la fuentes thacherianas, que experimentan hasta el extremo el ataque del capital al trabajo. Hay una estrategia de destruir al movimiento sindical, y el movimiento sindical no puede poner paños calientes, sino mirar abajo y organizarnos. La decisión de ir al ámbito de empresa no es una decisión única, sabemos que hay empresas que no tienen alternativa a la negociación sectorial. Pero la empresa es el único ámbito en el que el sindicalismo puede condicionar unos contenidos distintos.
- ¿Está siendo más complicado de lo que esperaban?
- Está siendo difícil. Pero somos conscientes de que lo que tenemos encima de la mesa viene para quedarse, y el sindicalismo no puede resignarse a eso. Hoy no vemos una coyuntura de relación de fuerzas social y política para cambiar esta realidad. Dicho esto, el sindicato seguirá trabajando en su estrategia de contrapoder. Nunca como ahora el sindicato ha sido más necesario. Tiene que reinventarse.
- LAB es la única central que ha crecido en las elecciones sindicales respecto a hace cuatro años. ¿Está sufriendo ELA un desgaste por esa estrategia en la negociación colectiva?
- Los resultados electorales de ELA son espectaculares, teniendo en cuenta que peleamos contra todos. Confebask dijo que deseaba que perdiéramos cinco puntos para que cambiásemos de estrategia. El resto de sindicatos han llevado el bloqueo patronal a un conflicto electoral con la intención de ganar a costa de ELA y eso no se ha producido. Estamos muy satisfechos del resultado y se debe al compromiso de la militancia de ELA y al trabajo que se está haciendo en las empresas.
- En los últimos meses se ha disparado la conflictividad en el ámbito público. ¿Está peor que el sector privado o se debe a que es más fácil arrastrar a los trabajadores públicos a las movilizaciones y hacer sindicalismo?
- La conflictividad es un resultado de distintos factores, no solo de voluntad. El consejero de Sanidad dice que no hay ninguna razón para la movilización. Lo dice un Gobierno que ha destrozado la negociación colectiva, ha destruido 3.000 empleos en la red sanitaria vasca y también muchos derechos recogidos en convenio. Por lo tanto, hay muchas razones para el conflicto y lo habrá en función de cómo se trabajen las cosas. No estamos en el país de las maravillas. Lo que no puede hacer un Gobierno es estigmatizar a las organizaciones que representan legítimamente los intereses de los que peor lo están pasando. Esta sociedad es injusta, es conflictiva, le guste al Gobierno o no le guste.
-¿Qué ha supuesto la llegada del nuevo consejero de Empleo, Angel Toña?
- Una persona no cambia la política de un Gobierno. Un Gobierno tiene su política, más allá de palabras. Este Gobierno ha realizado políticas de ajuste; ha destrozado la negociación colectiva; plantea una ley de empleo público que no reconoce el derecho a la negociación colectiva, entre otras cosas; en los ámbitos en los que está no negocia... Le decimos que dé menos consejos hacia el exterior, porque destruye la negociación colectiva y el empleo. El 8 de abril del año pasado pedimos una reunión con Arantza Tapia, no nos ha recibido todavía; hace un mes le pedimos un encuentro a la consejera de Interior, tampoco nos ha recibido;le pedimos una reunión a Urkullu a raíz del documento de Confebask, tampoco nos ha recibido. Hemos estado con Toña en una reunión cordial, igual que hicimos con Aburto para decirle que con las políticas antisociales no es posible el diálogo social. Ahí no hay nada.
- ¿Dice que el diálogo social no está dando ningún fruto?
- No hay ningún logro, ni lo va a haber, y tienen muy difícil explicarlo. Y hay otra cuestión, la formación contínua.
- ¿Qué opina del nuevo modelo de formación contínua?
- El modelo vasco clonó el español. ELA y LAB nos fuimos precisamente porque queríamos evitar que la organización de los cursos fuera un fin en vez de un objetivo, y ahora el Gobierno español lo modifica porque no se sabe dónde empieza la formación y dónde la financiación de las organizaciones que la montan. Nunca ha tenido el Gobierno mejor oportunidad para derivar todo el dinero a las escuelas profesionales, que para eso están, pero no lo ha hecho.
-¿Sigue dejando resquicios a la financiación irregular?
- Sigue existiendo a través de las empresas y de las organizaciones, porque permite la libre concurrencia.
- ELA no se ha personado junto a otros sindicatos en el 'caso Cabieces', pese a que ha ido de la mano de ellos a la hora de criticar lo que califican como privatización de Kutxabank. ¿Sorprende?
- No estamos en todos los temas de corrupción que han aparecido. Hemos estado solos porque queremos plena autonomía en la gestión de un tema penal.
-¿Por qué?
- Ese espacio sindical y social que se ha personado está defendido por Jone Goirizelaia. Tienen todo su derecho, no lo criticamos. Pero el sindicato quiere tener el control exclusivo de todo lo que hace. Para nosotros lo más importante es por qué Cabieces tiene un sueldo en Iberdrola y otro en Kutxabank. ¿Cuál es la relación que tienen determinados partidos con las grandes empresas? El problema no es qué hacen los políticos cuando van a las grandes empresas sino qué han hecho cuando han estado en el espacio público. Y esto afecta a todos los grandes partidos. La mayor corrupción que existe es la componenda del poder político con el económico para facilitarle sus negocios y por eso se les retribuye.
- Las diferencias entre ELA y LAB, lejos de achicarse, se están agrandando. ¿A qué se debe?
- Habría que compartir diagnóstico para que la conclusión no sea que competimos en modelo de intervención, y no lo compartimos. Nos parece una incongruencia que con un diagnóstico que reconoce que hay un imperio del capital y que los gobiernos están a su servicio, se plantee que la solución al problema de la negociación colectiva está en un acuerdo político. Nos parece contradictorio que a su gente se le diga que la ley destroza la negociación colectiva y que el problema es que ELA abandona los sectores. Y en relación a lo social, nos preguntamos, qué papel juega el sindicato cuando los partidos llegan a las instituciones y demuestran que no hay programa, participación social ni pedagogía. Nosotros defendemos una interpelación a la política con total autonomía. En estos momento vemos un diseño de competencia en el modelo de intervención en la negociación colectiva. Lo que debemos preguntarnos es qué papel tiene el sindicalismo en la construcción social, económica y politica de EuskalHerria. Si fuéramos capaces de ir juntos, podríamos mover muchas cosas.
- ¿Y no ven posibilidad a corto plazo de confluir?
- Nunca vamos a desistir. Pero hoy no vemos esa posibilidad.
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