José Luis Galende
Domingo, 3 de mayo 2015, 01:47
El sistema complementario de pensiones en el País Vasco ha alcanzado la madurez y ha dejado de ser una rémora fiscal para las haciendas forales. El año pasado el patrimonio de las EPSV rebasó los 22.000 millones de euros, lo que representa el 33, ... 5% del PIB de Euskadi, una cifra que está en parámetros europeos y que casi cuadruplica la situación en el conjunto de España de los fondos de pensiones, que acumula el 9% del PIB. Esa madurez no impide que estos instrumentos puedan seguir creciendo, aunque para ello Ignacio Etxebarria, desde la Federación de EPSV de Euskadi, aboga por "resituarse" para seguir mejorando una fórmula que aporta ya en la actualidad y aportará más en el futuro una gran tranquilidad a los titulares de este sistema de ahorro para la jubilación.
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Y también la aportará a las haciendas forales, que han venido teniendo un coste fiscal significativo desde la creación de las EPSV por las deducciones fiscales que suponen las aportaciones de los titulares. En efecto, esos tiempos parece que se han acabado, porque, según las estimaciones de la federación, en 2014 el coste fiscal para las Diputaciones fue inferior a los ingresos que se recibieron por la misma vía.
Por tercer año consecutivo, en 2014 las aportaciones de ciudadanos vascos a estas entidades fueron inferiores a las prestaciones satisfechas a los beneficiarios: 750 millones frente a 940. Según las estimaciones de la federación, en el primer caso los titulares de EPSV lograron un ahorro fiscal de unos 217 millones de euros por sus cuotas, pero las haciendas, a falta de cifras oficiales, podrían haber ingresado en torno a 250 millones de euros por el IRPF de las cantidades abonadas. Y no solo se ha neutralizado el coste fiscal, sino que, de cara al futuro, los más de 22.000 millones acumulados por los cientos de miles de trabajadores que poseen estos fondos suponen un 'crédito' fiscal para las haciendas forales que muy bien pudiera rebasar los 5.000 millones de euros cuando se cumpla el ciclo completo que corresponde al patrimonio citado.
Salvado el escollo fiscal, que ha sido objeto de debate en la última reforma del sistema de 2013 y que ha supuesto, entre otras cosas, la rebaja a 5.000 euros anuales de la cantidad máxima aportada por ejercicio y titular y la prohibición de realizarlas a las personas jubiladas, conviene recapitular y replantearse la situación de estos instrumentos de previsión, señala Etxebarria.
Pensiones futuras
"Seguir como hasta ahora ya no nos va a llevar muy lejos", señala. Las pensiones futuras de la Seguridad Social van a bajar con respecto al último salario percibido, por lo que la expansión del sistema de previsión complementario tiene un papel que cumplir que aportará a los futuros jubilados tranquilidad y mayor calidad de vida", continúa. Las pensiones en la UE son más altas que aquí, explica, pero eso se debe sobre todo a los complementos de los fondos, no a las prestaciones públicas.
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Se destaca además desde la federación la importancia de mantener y potenciar las EPSV individuales, porque no todo el mundo va a tener la posibilidad de disponer de una fondo de pensiones vinculado a su empleo, máxime cuando en la negociación colectiva no se han dado pasos importantes en este campo durante los últimos años.
Es esencial para cambiar las cosas el elemento educativo, asegura Etxebarria. Es indispensable extender la idea de que un fondo de pensiones no se hace en cinco años, sino que ha de extenderse en el tiempo, argumenta. Y es en la difusión de esa idea donde atribuye a la Administración un papel importante. Dentro de esa reforma del sistema, es una vieja aspiración de los gestores de EPSV incentivar que el cobro de las prestaciones de esras entidades se realice en forma de renta, para lo que es necesario alguna ventaja fiscal, porque de lo contrario estarán peor tratadas que los fondos de inversión, indica el responsable.
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Como consecuencia de la crisis y los cambios normativos, las EPSV no atraviesan su mejor momento, explica, pero se debe aprovechar este paréntesis para "pulir estos instrumentos", con el fin de que estén listos cuando mejore la situación. Y es que en los últimos cinco años, la crisis, los cambios normativos y la inseguridad fiscal han rebajado las aportaciones en la modalidad individual a la mitad, recuerda Etxebarria. Por otro lado, las ventajas de un sistema de fondos de pensiones, recuerda, son evidentes. Permiten a las personas mayores ingresos complementarios que, con frecuencia, pueden ir destinados a la asistencia sanitaria privada, con el consiguiente ahorro de la pública. Además, los fondos de las entidades pueden ser invertidos en deuda pública vasca (en la actualidad las EPSV tienen 1.000 millones de euros) o invertidos en empresas de la comunidad autónoma (100 millones).
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