«El suicidio se produce cuando hay un sufrimiento muy elevado y una incapacidad para superarlo»

Prevenir el suicidio. La psicóloga sanitaria, Maider del Río, en el Día Mundial de la Prevención del Suicidio, incidió en que todos los agentes de la sociedad pueden hacer algo para evitar estas muertes. Según el informe de Eustat, el año pasado se suicidaron en Bizkaia 61 personas, y la mayor tasa se dio en la población que supera los 70 años de edad. El Ayuntamiento de Durango, en colaboración con el Colegio de Psicólogos de Bizkaia, decidió dar un paso al frente y establecer un programa pionero que permite a los 6.862 jóvenes de la villa (entre 14 y 35 años), adquirir bonos psicológicos durante todo el año para asistir a sesiones «totalmente personalizadas». Esta vez también ha organizado una campaña para visibilizar el tema del suicidio y se colocarán carteles en distintos puntos de la localidad.

- ¿Cómo se puede hacer frente al suicidio?

- Una idea a remarcar es que todos podemos hacer algo, es hora de darle la vuelta a esto y hacer ver a la sociedad que todos podemos hacer algo. Es un problema social. A pesar de que tenemos poca conciencia e información sobre el tema del suicidio porque durante tantos años no se ha podido hablar de él. De lo que no se habla, parece que no existe.

- ¿Y en el ámbito educativo?

- Hay dos vertientes. También trabajo en colegios como psicóloga educativa, ahí se hace la primera detección. Los profesores empiezan a recibir formación y a tener protocolos, el año pasado ya se publicó el primer protocolo de suicidio desde el departamento de Educación del Gobierno vasco. Hoy en día, cada vez se detecta a edades más tempranas. Que un chaval dice que 'quiere quitarse la vida' o que diga 'esto me da igual, para verano ya no voy a estar aquí', son cosas que antes se pasaban por alto pero ahora son una alerta. Es una prevención a nivel primario, en adultos los médicos de cabecera también hacen esa criba.

- ¿Cuáles son las patologías más frecuentes?

- La ansiedad, depresión, frustración, soledad no deseada en tercera edad y en adolescencia son algunas de las cuestiones que más les preocupan. Lo que lleva a una persona a querer quitarse la vida es un sufrimiento muy elevado con una incapacidad para superarlo.

- ¿Cada vez se detecta antes?

- Empezamos a detectar en quinto o sexto de primaria, a niños de diez u once años. Es en la etapa en la que empiezan estos factores de socialización más importantes, fracaso escolar, no ser aceptado… Los profesores cada vez tienen más herramientas para detectarlo. Es vital que cuando el niño se siente mal, recurra a alguien con quien tiene vinculo: profesor, profesor de extraescolar, monitor…

Lo importante es que alguien cuando detecte esta alarma, sepa qué hacer con ello: escuchar, validar y buscar ayuda. Los padres alarmados acuden al psicólogo y se empieza a hacer un trabajo a nivel individual.

- ¿Hay diferencia entre chicos y chicas?

-Hay más intentos de suicidio en ellas. Tienden más a hacerse cortes, ingieren pastillas y requiere más tiempo de actuación. Los chicos, por esa impulsividad, funcionan de manera diferente, los métodos se les van de las manos y produce una letalidad mucho más rápida. En Euskadi, el último año, se suicidaron ocho personas entre los 20 y 29 años, según el informe de Eustat.

- ¿Cómo se puede ayudar a una persona?

- Cuando esa persona esté en grado de sufrimiento, hay que validar su dolor, escuchar lo que le está sucediendo. Es importante saber que van a tener alguien que les va a intentar ayudar de ese sufrimiento que están viviendo y el sentirse validados y escuchados. En un primer momento, necesitan una mano a la que se puedan agarrar y tirar. Muchas veces, avisamos al entorno y pedimos que esas personas estén acompañadas, eliminar métodos letales de sus lugares habituales como haya lejía en casa.

- ¿Se pueden evitar estas muertes?

- Algunos suicidios son inevitables, pero un porcentaje muy elevado de ellos se pueden evitar a nivel social. Otro de los casos más frecuentes es el bullying. Ocasiona sufrimiento, hay que trabajar con ello y no podemos dejarlo pasar. El caso de Jokin Ceberio -se suicidó con 14 años, debido al acoso escolar que sufrió por parte de sus compañeros- fue el primero del que empezamos a hablar, algo que nos hizo abrir los ojos a nivel social. Y algo tenemos que hacer con ello, se abrió una ventana. Otro caso, fue el chico trans 'Ekai' de Ondarroa, sus aitas hicieron una gran labor de visibilidad de la transexualidad. No se ocultó el suicidio como el sufrimiento interno que estaba ocasionando en estos dos jóvenes.

- ¿Sigue siendo un tema tabú?

- El suicidio es la punta del iceberg de una persona. Antes, era un tema tabú y se trabajaba solamente en los despachos de los psicólogos, ahora se empieza a normalizar el concepto. Trabajábamos en la intervención y ahora trabajamos en la prevención. Para mí, eso es una de las claves de cambio. Un duelo que no esté bien resuelto, bullying, ansiedad, depresión… algo que no le encuentras salida, que piensas que eso se va a quedar para siempre y que lo ves insuperable. Características que empiezan a engendrar esta idea de querer huir de este sufrimiento.

- ¿Cómo se puede gestionar?

- Es importante extenderlo a diferentes agentes de la sociedad. A veces, la persona puede tener confianza con un profesor que tiene vínculo, otras veces puede ser el entrenador de fútbol o monitor de ajedrez. Lo ideal sería saber qué hacer ante un sufrimiento tan grande. Además, es esencial la figura del delegado de protección del menor. Es esencial porque un chaval puede comunicarlo a su entrenador, fisio… y es fundamental que una figura gestione esto. Que escuchen y tengan un respaldo, que esto está sucediendo y pueda hacer algo para solucionarlo es clave.

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