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«Para nosotras es un placer poder mantener las costumbres de nuestra tierra, darlas a conocer y compartirlas con otras culturas del mundo», confiesa Natalia Foca, presidenta de la agrupación Juravca de Amorebieta. Un año más, el colectivo tiene todo listo para celebrar este sábado ... su ya tradicional fiesta 'Tilofest' de los rusos-lipovenos; fiesta que este año contará con la mayor participación de grupos registrada hasta el momento, con un centenar de personas dispuestas a mostrar la gastronomía, los bailes y la música tradicional de países como Georgia, Rumanía, Lituana, Bulgaria o Moldavia.
Consciente de la delicada situación en la que se encuentra Europa debido a la guerra entre Rusia y Ucrania, desde Juravca vienen dispuestas a demostrar que la convivencia entre distintos pueblos es posible. «Estamos en contra de la guerra, nosotras bailamos por la paz y mantener la cultura. Respetamos a todos los que se relacionan con nosotras, sean de donde sean», considera.
Así, alrededor de cien personas subirán a partir de las 17.00 horas sobre el escenario que se situará junto al parque Zubiondo de Amorebieta. Será una «gran fiesta» donde se cantarán y bailarán danzas rusas, ucranianas, rumanas y zíngaras, entre otras. «La diversidad cultural es muy bonita y aprender unos de otros permite enriquecer a la gente», recalca la presidenta.
La comunidad ruso-lipovena llegó a Amorebieta-Etxano hace más de tres décadas desde Rumanía, país al que llegaron hace 400 años tras huir de Rusia por motivos religiosos. Por eso no es casual que el nombre del grupo sea Juravca, que en su idioma significa 'ave migratoria'. «Aunque mantengamos nuestra cultura, los trajes, el idioma o la religión, no somos una etnia cerrada y queremos interactuar con otras, y para esto sirve esta cita», añade.
El encuentro de esta tarde llega con el florecer de los tilos, un árbol de tronco recto y grueso, flores olorosas y fruto redondo, muy significativo en su cultura, al igual que el pueblo vasco está muy unido al roble. «Nuestros antepasados se han asentado durante cientos de años en bosques de mucho tilo. Usaban su madera para elaborar platos, cucharas, tenedores o todo lo que fuese necesario en casa. Es un árbol que nos representa y de ahí el nombre de la fiesta, Tilofest», explica.
La cita de este año cuenta con «más participación que nunca», donde junto con las asociaciones ruso parlantes de Euskadi, una docena de colectivos alzarán la voz y dejarán llevar sus cuerpos al ritmo de los sones de distintos países de la antigua Unión Soviética. «Este año además, contaremos con bandas de Amorebieta, como Triki Piu Band y María Vaquerizo, así como con el coro Andra Mari de Gernika», aclara Natalia Foca.
Junto a los bailes, la música y las tradiciones de estas comunidades, se instalará una txosna que ofrecerá productos típicos de cada país. «Es un festival muy bonito que cada año está más consolidado», zanja.
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