Borrar
Vanessa Goikoetxea, en una de sus interpretaciones. E. C.
«Cuando pisé el escenario tras el confinamiento me emocioné»
Vanessa Goikoetxea, soprano

«Cuando pisé el escenario tras el confinamiento me emocioné»

La cantante duranguesa, que actuará en Musika-Musica, lamenta que la pandemia haya limitado «sentir cómo te invade la música en directo»

MANUELA DíAZ

Martes, 2 de marzo 2021

El sonido de un tractor que regresa de agitar la tierra, las risas de su hijo Mark jugando con su pareja Aitor y el silbido del viento esquivando su caserío del Duranguesado, es la banda sonora de la soprano Vanessa Goikoetxea durante esta pandemia. Una melodía que, a excepción de los meses de confinamiento, ha sabido compaginar con la animada 'cabaletta' de una agenda repleta de conciertos. Este fin de semana toma parte en el festival Musika-Música de Bilbao para deleitarnos dos piezas de Mozart y de Berg.

- Después de tres meses de parón por el confinamiento arrancó en el Arriaga con Rubén Fernández y las zarzuelas de compositores vascos y no ha parado. ¿Recuerda las sensaciones de esa nueva primera vez?

- Estamos acostumbrados a cantar todos los días, estar con pianistas y esos tres meses fueron muy duros. Cuando pisé el escenario para el ensayo me emocioné. ¡Qué tan poco tiempo he estado sin ti y me han parecido siglos! Fue muy emotivo, y sentí las ganas de un público que estaba deseando que todo vuelva a la normalidad.

- ¿Qué ha perdido y ganado la ópera en la 'nueva normalidad'?

- Como espectador ha perdido el no sentir la música en directo, las vibraciones de una ópera o el sonido de la orquesta cuando te resuena en el cuerpo, las voces que llenan un teatro. Es algo mágico. Sentarte y sentir cómo te invade la música y te mueve por dentro. Y eso se ha limitado mucho. Además, me da pena que a las jóvenes generaciones se les prohíba gozar de la música y el arte, y puedan perder el interés cuando en el fondo sus ganas son irrefutables. También me da pena privar a mi hijo de cinco años de andar en los teatros como Pedro por su casa. Lo positivo es que los teatros se han movilizado para hacer streming, una manera de seguir trabajando, aunque no es lo mismo que en directo.

- ¿El mundo de la música está preparado para esta realidad?

- Ningún mundo está preparado para esta pandemia, pero el amor por lo que hacemos hace que podamos con todo. En el caso de los artistas, que somos psicológicamente muy fuertes por nuestro modo de vida, estamos aguantando y luchando.

- ¿Se han recortado los proyectos?

- He tenido mucha suerte. A excepción de los meses de confinamiento que se canceló todo, en la nueva normalidad que tampoco nos gusta a todos, no ha habido mes que no haya cantado. He estado en A Coruña, Sevilla, Madrid, Oviedo y Seattle. Pero tengo compañeros que no han cantado nada en un año, sobretodo americanos y alemanes. España es el único país del mundo donde los directores artísticos y generales están apostando realmente por la cultura. Es algo que hay que agradecer, porque están luchando por la música, el arte y la cultura.

- Este fin de semana tomará parte en dos conciertos de Musika-Música. Con dos piezas de registros muy distintos.

- El sábado interpreto las 'Siete canciones tempranas' de Berg, una obra muy accesible siendo de Berg y que cuenta con unos textos que son poesía pura. Escuché a interpretar a Berg por primera vez hace años en Munich, y una vez que uno se adentra en su música te roba el corazón. Ha sido un descubrimiento total. Además, el domingo canto el Réquiem de Mozart, mundialmente conocido. Las entradas se agotaron en apenas una hora de salir a la venta.

- Hablemos de sus orígenes en la música. ¿Qué detonó ese enamoramiento?

- Nunca he sido una chica que tuvo claro que quería cantar. Pero poder manejar el instrumento vocal de la manera que quieres es algo mágico. Empecé en un coro blanco en la escuela de música Bartolomé Ertzilla de Durango. Fue allí donde empecé a trabajar la técnica vocal. Luego opté por hacer el superior de canto y ha sido la decisión más acertada que he hecho, porque cuando soy feliz es encima de un escenario. La ópera se cruzó en mi camino y descubrí un mundo maravillo.

Debut en París

- ¿Se imaginó entonces que actuaría en escenarios de todo el mundo?

- No, siempre tengo aspiraciones de cantar mejores roles y en mejores teatros, pero para nada pensé que iba a estar cantando en Japón, en Corea, en Alemania o Estados Unidos.

- ¿Cuál ha sido la actuación más especial?

- Es muy difícil decir una, porque cada producción tiene su final feliz y cada rol me ha dado algo especial. Pero cuando interpreté a Mimi en La Bohème en Bilbao fue súper emotivo. Canté solo una función y la reacción del público fue algo que jamás en la vida había vivido, sentí que el teatro se caía. Minutos de aplausos, la gente vitoreándome... Me emociono cuando lo recuerdo porque fue impresionante.

- ¿Qué proyectos tiene para el futuro?

- El lunes voy a Madrid para comenzar los ensayos de Benamor en el teatro de la Zarzuela. Tendré cinco funciones en abril. En mayo me voy a Oviedo a cantar la Novena Sinfonía de Beethoven. En junio y julio me voy al Covent Garden de Londres a cantar Don Giovanni. Canto un Pagliacci y debutaré en Francia, entre proyectos que puedo decir por ahora.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcorreo «Cuando pisé el escenario tras el confinamiento me emocioné»