Iñaki Bazán, a la entrada del Museo de Arte e Historia de Durango. Maika Salguero
Iñaki Bazán

«El corsario vasco tuvo mucha presencia, fue muy común»

Director del Centro de Historia del Crimen de Durango ·

El XX Coloquio Internacional del Centro de Historia del Crimen de Durango ha explorado el pasado y presente de la delincuencia en el mar

NAHIKARI CAYADO

DURANGO

Jueves, 3 de noviembre 2022, 20:15

Los piratas no son cosa del pasado ni de la literatura o del cine más o menos aventurero. Siguen existiendo y hoy cuentan con modernos equipos de navegación y armas automáticas. Pero su objetivo sigue siendo el mismo que perseguían sus antecesores de de los ... siglos XVII y XVIII: el abordaje de barcos para robar. El pasado de este tipo de delitos en la mar, a los que se suman actividades como el contrabando de tabaco, drogas o armas, se ha abordado en el XX Coloquio Internacional organizado por el Centro de Historia del Crimen de Durango, que concluyó este jueves. En el encuentro, dirigido por el historiador Iñaki Bazán, se habló sobre la historia de todo este «amplio abanico» de actividades ilícitas que no solo se daba en alta mar, sino también en tierra y en los mismos puertos, desde la antigüedad hasta el presente.

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– ¿Por qué eligieron el tema 'Delincuencia marítima y portuaria a través de la Historia' para la vigésima edición del coloquio?

– Hasta ahora hemos tratado distintos tipos de violencia que en su mayor parte se desarrollan en tierra firme. Sin embargo, también hay un amplio abanico de delitos y delincuentes que trabajan más allá, en el agua, en alta mar. Los más típicos y que todo el mundo conoce son los piratas. Pero en realidad tenemos un montón de personajes y actividades delictivas más. En los puertos, donde generalmente había mesones, prostíbulos y tabernas, se llegaba a crear un ambiente muy conflictivo. Ese mundo es el que queríamos conocer y hasta ahora no habíamos tocado en estos coloquios.

– La imagen típica del pirata está asociada a las rutas a América en los siglos XVI a XVIII, es el mundo de los piratas del Caribe de las películas, pero en encuentro se ha hablado de la antigua Roma.

– Desde que existe el comercio marítimo se da la amenaza de la piratería. En la antigüedad y en época romana estuvo muy en boga. La actividad ha estado ahí siempre. Lo que ha habido a lo largo de la historia ha sido un intento de irla acotando. Se ha intentado ponerle límites. Pero estos, entendidos como comunes a todos los países, han sido una cosa muy tardía. Hasta el siglo XIX no hay un derecho internacional marítimo que permita actuar en contra de la piratería de forma coordinada. Una cosa es que luego cada país tuviera sus propios mecanismos para ponerle freno. El más importante era tener una armada dispuesta a lanzarse contra quienes estuvieran asaltando las costas o los navíos.

– También hubo piratas de tierra, ¿no?

– Los barcos, sobre todo los que transportaban mercancía, estaban expuestos a que cualquiera los asaltara. Y no solo los piratas embarcados, sino también desde la costa. Al navegar muy cerca de la tierra, las naves se guiaban mediante faros que avisaban de donde pudiese haber rocas u otros peligros donde pudiesen encallar. A veces, desde la costa, se colocaban faros falsos para que encallaran y poder aprovecharse de las leyes del mar de entonces, en las que se decía que cuando alguien salvaba un navío tenía derecho a quedarse con parte de la mercancía. Es otro tipo de piratería.

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– Son lo que en euskera se llamaba kosta lapurrak, los raqueros. ¿Hay constancia de esto en el Cantábrico?

– La legislación española habla de este problema, pero no da ubicaciones geográficas. Sí que hay algunas referencias a acciones de pillaje desde tierra que son puntuales, que no son habituales. Aparece una nave maltrecha, llega a la costa y desde tierra se aprovecha la oportunidad. Pero esto es diferente a poner faros falsos que provocan naufragios. Sabemos que ha ocurrido, pero no es fácil detectar los documentos que indiquen «estos lo hicieron en tal fecha y tal lugar». Pero hay referencias legislativas que hablan de ello, y nadie hace leyes contra cosas que no suceden.

– También existían los corsarios, ¿en qué se diferenciaban de los piratas?

– Generalmente la gente no conoce la diferencia entre los piratas y los corsarios, y no son lo mismo. El pirata era el ladrón, el que roba y el que asalta sin acogerse a nada. Un bandolero. El corsario actuaba cubierto con una patente de corso.

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– ¿Qué era la patente de corso?

– Un justificante judicial que te permitía asaltar barcos. En primer lugar permitía asaltar al capitán pirata del que se había sido víctima antes, y si no se encontraba, a todos aquellos que tuviesen algo que ver con él. Por lo tanto, lo que capturaban era como recuperar la mercancía robada, Como una indemnización por el daño sufrido. Y no podían ser acusados en ningún país.

– Esto generaría muchas situaciones conflictivas.

– Sí. El corsario actuaba contra navíos que de algún modo estaban relacionados con el pirata que le atacó a él. Pero claro, su víctima entendía que estaba siendo agredida por un pirata. Que mostraba su patente y decía, «no, mire nosotros tenemos una autorización para actuar así y usted lleva mercancía de este pirata que nos atacó en su día». Los piratas no solían ser los del parche, la pata del palo y el loro. Eran transportistas, mercaderes, que muchs veces aprovechaban las oportunidades que el mar les ponía en bandeja por situaciones de distinta índole, como estar en guerra contra el país de origen del navío que se iba a capturar.

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– Marinos corrientes.

– Tenemos documentación,de cómo se juntaba un capital para fletar un navío con esa intencionalidad, salir a capturar y luego repartirse el botín. No era gente marginal ni de mal vivir. Era gente corriente a la que las circunstancias permitían en un momento concreto lanzarse a esa actividad. Los navieros, patrones y marineros aprovechaban estas circunstancias.

– ¿Hubo muchos corsarios vascos?

– El corsario vasco tuvo mucha presencia, fue muy común. Porque los vascos se dedicaron mucho al transporte de mercancías y, por ello, eran víctimas de acciones piráticas muy a menudo. Estos patrones y capitanes vascos que llevaban mercancías, que eran asaltados por piratas, luego conseguían la patente de corso y eran ellos los que actuaban contra los intereses de esos piratas..

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– ¿Son los piratas un fenómeno del pasado?

– Por supuesto que no. Hay varios sitios en los que son muy conflictivos, como por ejemplo el mar de China o el Índico. De hecho, nuestros arrantzales han sufrido acciones piratas, sobre todo los que andan en el entorno de las islas Seychelles. Estamos hablando de ahora mismo, no de la época romana ni medieval o moderna de los siglos XVI, XVIII o XIX, la más conocida por los bucaneros y demás piratas caribeños. La piratería sigue estando presente.

– ¿En qué ha cambiado la forma de actuar de estos delincuentes?

– Ahora pueden llevar armas automáticas y lanchas muy rápidas que les permiten acercarse al objetivo rápidamente y marcharse igual de rápido. Antes en cambio, los navegantes veían un galeón que llegaba desde la distancia. Era totalmente diferente. Si tenían más lona que el galeón que les perseguía, podían escapar. Si no, eran una presa que los piratas iban a cazar. Ahora es totalmente diferente. Hoy pueden actuar de noche, acercarse sigilosamente y coger lo que quieran.

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– En el coloquio no solo se habló solo del pasado, una ponencia trató sobre Frontex. ¿Qué es?

– Frontex es el sistema de defensa de las fronteras de la Unión Europea. Su objetivo es evitar la delincuencia en las costas y que toda la mercancía ilegal tenga que pasar por las aduanas. También actúa para detectar la migración ilegal contra las mafias que se aprovechan de las personas en situación de vulnerabilidad ya sea económica, política o sexual de los países del sur que quieren acercar a la frontera europea.

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