![El orgullo de pertenecer al barrio Madalena de Durango](https://s3.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/2024/07/17/biz-madalena-durango-k4WG-U220744084531SB-1200x840@El%20Correo.jpg)
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Recuperar las actividades culturales, sociales y deportivas en el barrio Madalena de Durango. Con ese objetivo, un grupo de vecinos decidieron crear la asociación Auzo Alai hace un lustro, con la presidenta Amaia Palacio. La ermita de principios del siglo XIX como corazón central del barrio y que representa el logotipo del colectivo, será testigo de sus fiestas a partir de mañana, siendo la recepción de las tortillas a las 19.00 horas y su posterior degustación la actividad fetiche para compartir en comunidad.
«Invitamos a todos los vecinos a que vengan con este plato y compartir todos juntos. Para mí, es el día más bonito de todos», subraya Palacio, recalcando que en esta zona vive mucha gente mayor y es importante estar con ellos, preparando actividades como la tradicional chocolatada para despedir el año, los bailables o el karaoke.
Haciendo historia, las fiestas de esta zona eran «unas de las que más movimiento tenían en la villa, hasta contamos con himno propio, y poco a poco se fueron perdiendo», recuerdan desde la asociación. No obstante, como recuerda Palacio en la década de los 80 se dejaron de celebrar las fiestas, sequía que se alargó hasta el año 2019, una vez instaurada Auzo Alai.
«Considerábamos que el barrio de Madalena estaba bastante abandonado por el Ayuntamiento y queríamos hacer un poco de fuerza con la asociación. Los inicios fueron muy bonitos, con muchas ganas de crear la asociación. Los impulsores fuimos unas 15 personas y empezamos a realizar actividades y a reunirse los vecinos», prosigue.
El 90% de los barrios de la localidad tiene una o varias asociaciones y Madalena, uno de los más significativos, no tenía. No obstante, el confinamiento marcó un antes y después, acompañando a muchos mayores, ayudándoles con las compras. «Hay un antes y después del confinamiento. Tristemente, ha cambiado a peor, antes la gente se involucraba más y ahora está costando más», reclama Palacio.
Además, el próximo septiembre la asociación organizará el mercadillo de las flores, con el objetivo de recaudar dinero para destinar para las catástrofes naturales que asolan al mundo. «Estamos apuntados más de 200 pero el número de voluntarios en la junta se reduce a diez y no todos pueden implicarse todo lo que les gustaría. Siempre se anima la gente pero en el último momento. Necesitamos voluntarios jóvenes y no tan jóvenes, que tengan ganas de hacer cosas», desea, antes de recordar a la vecina Juli Bocos, fallecida antes de lo esperado. «Siempre estará presente en nuestro corazón», explica emocionada.
No obstante, desea que el Ayuntamiento organice más actividades y le gustaría contar con una zona cubierta para poder realizar actividades. Además de las fiestas, también ayudan a los más necesitados con ropa y material para los que llegan por primera vez a la localidad gracias a la rama perteneciente a esa asociación vecinal, El Árbol.
Bajo la figura de 'El Árbol', desde hace tres años, algunas voluntarias tratan de ayudar a todas las familias y personas que necesitan ropa y material de la comarca del Duranguesado y de Bizkaia. A esta red de solidaridad, según apunta una de sus voluntarias, Eli Rodríguez, se han acercado refugiados de Georgia, mujeres embarazadas, inmigrantes de otros países. «Las tortillas representan la historia de barrio, cada vecino prepara su plato, se comparte entre todos. El día de la misa, el lunes, también es muy bonito, ofreces el lunch a la gente mayor, homenaje a los centenarios del barrio. Donde más hermandad es con las tortillas, al igual que con los guisos», subraya.
Además, el pasado año, el colectivo realizó un mercado solidario de productos como bufandas, abrigos, ropa y juguetes y consiguieron reunir 230 euros para donar a una fundación de la iglesia protestante en Turquía. Esta asociación previamente también ha realizado campañas de juguetes solidarios y en la guerra de Ucrania también realizaron una recogida de ropa y comida en la que la respuesta de los vecinos de Durango y su comarca fue inmediata.
«Lo más especial de estas fiestas es que la gente del barrio está unida estos días, con los vecinos de toda la vida. La media de edad es alta, hay muchas actividades para la gente mayor y disfrutan mucho estos días. Estamos todos juntos y estos días, damos ambiente a los bares y las tiendas», subraya la vecina Susana Arrubal, que ha participado en los dos últimos años de organización de las fiestas.
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