La mirada fotográfica de Sabino e lgnacio Ansorena

Este evento único celebra la historia y la evolución del ámbito rural de la localidad a través de la lente de esta saga, que donó más de 1000 piezas fotográficas a la entidad el pasado año. Estas imágenes abarcan desde eventos deportivos hasta festividades y escenas cotidianas, ofreciendo una mirada profunda a la vida social y cultural desde principios del siglo XX hasta los años 60.

Sabino Ansorena, patriarca y fundador del legado fotográfico familiar, comenzó su carrera con una pasión y dedicación que lo distinguió entre sus contemporáneos como José Azurmendi, Isidoro Lebario, y Alfonso Soldevilla. Operando desde un laboratorio improvisado en el camarote de su casa en Barrenkale, Sabino utilizó una cámara de clichés de cristal de 6x9 para documentar la vida en el pueblo, creando un archivo que su hijo, Ignacio, continuó enriqueciendo y preservando a lo largo de su vida. Éste, siguiendo los pasos de su padre, amplió el archivo con imágenes que capturan la evolución del municipio, desde escenas familiares hasta paisajes y viajes.

Su trabajo no sólo preservó la historia visual de Durango, sino que también enriqueció el fondo fotográfico, identificando a las personas y lugares que su padre había fotografiado, y añadiendo imágenes de vecinos y amigos que reflejan la comunidad y su memoria colectiva. La exposición presenta más de un centenar de instantáneas (incluyendo a 70 caseríos) en formatos tradicionales y modernos, incluyendo presentaciones en 3D que permiten a los visitantes experimentar las imágenes de manera más vívida. Además, el evento de inauguración contará con la participación de la escritora Miren Amuriza, quien recitará un texto inspirado en las fotografías, y la actuación del grupo musical Hanneke. La muestra se podrá ver hasta el 14 de julio.

«El día que vinieron a recoger desde Gerediaga las cosas de aita a casa para nosotros fue algo muy especial. Teníamos como un nudo en el estómago y una emoción terrible, al ver todas esas cajas llenas de fotografías. No nos hemos equivocado. Patricia Laiseka, técnica del archivo histórico de la asociación, ha sido la parte visible de este proyecto, que me ha transmitido una emoción enorme. Ojalá haya un sitio en el que las personas que se van y nos faltan puedan ver las obras bonitas que se hacen por ellos. Es un homenaje a mi padre, abuelo y mi hermano, fallecido recientemente», confesó Virginia Ansorena, hija de Ignacio.

«Era una buena persona, un hombre sencillo, austero y un padre maravilloso que tenía dos enormes pasiones en su vida: la familia -a la que nos cuidó y nos transmitió ilusión por todo, empatía, seguir adelante, capacidad de perdonar, siendo buenas personas- y la fotografía. Mi padre ha vivido toda su vida como si tuviera una lente en sus ojos, buscando la mejor foto y luz. Somos afortunados de tener una historia de nuestra vida desde que nacimos hasta hoy porque, en la actualidad, todos llevamos un fotógrafo en nuestros móviles, pero en su época, era algo imposible y lo ha transmitido y vivido con una pasión tremenda«, subrayaba.

También reconocía que les volvía «locas» a su madre y a ella con su afición. «Era un hombre muy intenso, con un genio vivo porque no había un día que no saliera con un boli o fotografía para poner nombre a una persona. Todavía hay gente que nos dice que tiene una foto de su tío y abuelo gracias a mi aita. Una persona sencilla que persigue su sueño y con una pasión tan grande consigue llegar a albergar esta exposición aunque, desgraciadamente, él no pueda verlo», subrayó.

«Con esta exposición, demostramos el firme compromiso por preservar nuestra identidad cultural y fortalecer el vínculo entre nuestro pasado y el futuro que deseamos construir. Estas fotografías son un testimonio invaluable que refleja no solo eventos y cotidianidades, sino también la evolución de nuestro entorno y tradiciones. Es esencial que como sociedad, reconozcamos y valoremos nuestra rica herencia histórica para inspirar y educar a las generaciones venideras. Invito a todos a unirse a nosotros en esta celebración de nuestra historia, asegurando que el legado y los valores que definieron a nuestros antepasados sigan vivos y continúen guiando nuestro desarrollo colectivo», ha afirmado el concejal de Cultura, Jon Sergio Atxotegi, (PNV).

La muestra será una oportunidad para reflexionar sobre la historia del pueblo, y explorar cómo las tradiciones y el paisaje de Durango han evolucionado a través del tiempo.