Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
La densa niebla que cubrió a primera hora de ayer Abadiño y la capa de hielo por las gélidas temperaturas, de en torno a los 0 grados poco antes de las nueve de la mañana, no amilanó a la marea humana que fue invandiendo Zelaieta ... desde primera hora. Había ganas de feria, sin las restricciones con las que se celebró el año pasado, y la de San Blas demostró ayer que tiene tirón para rato. Baserritarras y ganaderos se engalanaron para la primera gran celebración de este tipo marcada en rojo en el calendario del agro vasco, si bien no ocultaron su preocupación por la situación que viene atravesando el sector en los últimos años.
«Nos han subido mucho los costes directos para la producción. El último año hemos sobrevivido con las ayudas económicas, pero bueno ahora hemos logrado que el carnicero pague un precio digno y luego hacemos la venta directa. Tenemos más margen en cuanto al precio» reconocía el joven abadiñarra Ibon Lasuen, un habitual en las ferias de la comarca. Acudió con once cabezas de ganado. «Además de estas, tengo otras 32 vacas, con tres toros sementales y 60 terneros en el cebadero», explicaba.
A la cita de ayer tampoco faltó Jacinto Iturriagaetxebarria. A sus 80 años de edad, este veterano ganadero del barrio abadiñarra de Gaztelua presumía de llevar más de medio siglo de su vida siendo fiel a la feria de San Blas. «La gente siempre responde porque es un día muy especial. Además, este año estamos sin restricciones», se congratulaba. Admitía, no obstante, que «no estamos bien. La actividad ha bajado mucho en los últimos diez años, pero nosotros tenemos que seguir», añadía.
Desde Galdames llegaron los dueños de la Granja Murrieta, una ganadería de vacas frisonas. que cuenta con 190 cabezas, noventa de producción de leche. «Por la inflación, todos los alimentos de las vacas han subido un montón y a día de hoy, el coste es más alto de lo que producen las vacas en leche. Estamos al borde ya de...», explicaban apenados. Ayer disfrutaron, sin embargo, del calor de las miles de personas, de todas las edades, que abarrotarron el recinto ferial a medida que iban corriendo las horas. «Esperamos que valoren el trabajo del sector primario», señalaron.
Las distintas especies de animales expuestas encandilaron a la multitud que no quiso perderse una feria a lo grande, como ocurría hasta que la pandemia puso todo patas arriba. El ganadero guipuzcoano Mikel Bolinaga acudió a la cita con un par de caballos de dos años. «Llevo muchos años viniendo aquí. No es la mejor época para vender caballos, pero es una muy buena oportunidad para exponer y que luego la gente compre más adelante», argumentaba. La cita también sirvió para la reivindicación del perro pastor vasco en peligro de extinción a cargo de la duranguesa Jone Atxotegi.
Entre las novedades de este año presentes en el recinto ferial destacaba la presencia de dos puestos de venta con productos sin gluten. Uno de ellos, la empresa Magora Bakery de Carranza, vendía todo tipo de pastelería y panadería artesanal. «La gente se ilusiona mucho con la torta de San Blas y el pastel vasco sin gluten» sostenían en su primera incursión en la feria de Abadiño.
A la cita acudió también Maitane Blanco con la firma Miau de productos ecológicos de infancia y mujer , así como la presencia de productos tan novedosos como la kombucha, el hongo de té, gracias a la empresa Ama Kombucha, de Sopela. «Hemos empezado hace tres meses con esta bebida fermentada realizada a partir de un té azucarado, en cuya fermentación se elimina la mayoría del azúcar que le hemos echado. Añadimos zumos de frutas ecológicas por temporada y conseguimos una alternativa saludable», subrayaban.
El recinto ferial también contó con un lugar reservado para los mercados tradicionales como los Viveros Belar, de Zaldibar con la venta de naranjas, limones, mandarinas, manzanas o cerezas. A su vez, los amantes de la maquinaría agrícola pudieron disfrutar de la exposición de lo último en este sector. «Es la feria que más nos gusta y el 90% de todo lo que hemos traído son tractores agrícolas grandes, de 25, 30 y 50 caballos», aseguraban desde la empresa Aurtenetxe.
Entre los puestos, el de frutas y hortalizas Edurtzeta de Igorre se llevó el premio al mejor stand que concedió el Consistorio abadiñarra. El galardón para el mejor decorado recayó en manos de Erdikoetxe Upategia de Lezama.
Entre los 76 puestos que se acondicionaron para la venta de distintos productos hortofructícolas, los de pan y tortas de San Blas fueron los más solicitados. Estas últimas, a 6 euros, se las quitaban de las manos a la panadería Leaniz de Elorrio en puertas de cerrar un negocio con tres décadas de historia. Los dueños de Roskogintza, con 25 años de trayectoria en Amorebieta, recalcaban que, pese a que la torta es lo más solicitado, «vendemos todo tipo de rosquillas, pastel vasco, quesadas, madalenas y cocos».
En la lista de productos más vendidos, cómo no, los cordones, a 40 céntimos cada uno. Los rojiblancos y morados gozaron de gran aceptación. Y los talos, por supuesto, regados con sidra escanciada.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Noticias recomendadas
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.