«Es mejor llegar tarde que no llegar nunca»

En este acto, los agentes de la policía municipal de la localidad, Maite y Román, han relatado sus testimonios personales. «Nuestro trabajo es poner todas las herramientas para que no suceda lo que habéis visto porque las cosas que suceden son mucho más graves que eso. Espero que esto no ocurra y apliquéis los ejemplos que habéis visto», explica el último. Maite iba más allá y ha contado una experiencia reciente. «Hace un par de meses o tres en la avenida de Landako una chica cruzaba el paso de cebra y un coche se la llevó por delante. Ella salió despedida, se rompió los dientes y los brazos y, por si fuera poco, el coche huyó. La droga y el alcohol estaban presentes, pero gracias a las cámaras de hoy en día conseguimos identificar al conductor. Afortunadamente, la chica tras pasar unos días en el hospital, hoy se encuentra bien», detalla

En cada una de las sesiones de educación vial ha participado el alumnado del instituto Fray Juan de Zumarraga de Durango, San Antonio Ikastetxea, San José Jesuitak y 533 espectadores de la ikastola Ibaizabal. «He perdido a mis amigos en accidentes por motivos de drogas, alcohol y velocidad. No pensar que soy un superman o superwoman porque esto nos puede pasar a nuestro alrededor, es algo más cercano de lo que piensas», han añadido los municipales.

Los más jóvenes se han enfrentado a diferentes preguntas relacionadas con las personas fallecidas en Euskadi el pasado año. Dos de las chicas entre el público, Ariane y Mariana han acertado con la elección de 30 víctimas. Otro de sus compañeros, Javi, reconocía que afortunadamente, nunca había visto un accidente de cerca y su amigo Eleder añadía que el alcohol, la droga y la velocidad eran los causantes de los accidentes. Elaia iba más allá y consideraba que el pasado año más de 800 menores de 25 años estaban implicados en accidentes de carretera. Desgraciadamente, los profesionales han indicado que la cifra alcanzaba los 2.537.

El bombero Lander San Antón, que trabaja en el parque de Laudio, ha relatado en directo y en primera persona uno de los testimonios personales vividos en su trabajo, algo que ha emocionado y ha movido el interior de los jóvenes, provocando un gran impacto en ellos. «En el camino entre Laudio y Vitoria hubo un accidente y acudimos al lugar. Cuando llegamos allí, vimos que había un coche debajo de un camión. Primero intentamos sacar el camión y en el coche viajaban el padre con los dos hijos. Dos de ellos quedaron aplastados y uno de ellos estaba vivo. No obstante, la cabeza del padre se encontraba entre las piernas del más pequeño», exclama.

Entre los alumnos, cuatro jóvenes de entre 16 y 18 años del Instituto Fray Juan de Zumarraga han señalado que son conscientes del peligro de los móviles en la carretera. «Es algo que se tiene que solucionar porque es un problema muy grave», explicaban Beñat, Aratz, Iker y Marko. Del colegio San Antonio Santa Rita, Nora y Enara de 15 años subrayan que «hay que saber cómo coges el coche, la bici o la moto». «Los ejemplos que nos han mostrado han sido muy tristes, sobre todo el del padre con los dos hijos que chocan con el camión», añade.

Las alumnas de 17 años, Anta Iriondo y Sara Cabiñanos, del instituto Fray Juan de Zumarraga, añaden que les ha tocado mucho la fibra. «Son experiencias muy duras y te hacen ver cómo se puede sentir la persona de alrededor cuando pasa algo así. Desde el sentimiento hace mucho que seas consciente de lo que pasa y cómo evitar estos accidentes», explican y ponían un ejemplo. «Ves que unos chavales van en coche y el no llevar cinturón de seguridad les ha hecho morirse y la persona que lleva cinturón se ha salvado la vida. Siempre hemos visto en nuestra vida las consecuencias que pueden tener y lo hemos visto en anuncios, pero si alguien te lo cuente lo que ha pasado puedes verlo de una manera mucho más clara. Es como si te pasara a ti algún día», concluyen.

El alcohol no es compatible con el volante de un coche o el manillar de una moto. El bombero ha aconsejado a los más jóvenes que si ven a algún amigo bebido, drogado o le entra sueño, que salga de la carretera y que duerma y a la mañana siguiente se llega a casa. Es mejor recibir la bronca de tus padres que no seguir con vida.

Por último, la chica con lesión medular Alaitz Arbilla ha explicado que lleva postrada en una silla de ruedas desde que tenía cuatro años. «Mi madre me llevó en coche al colegio y en un trayecto corto, mi madre, que iba fumando un cigarro, tuvo una distracción en el volante y se colisionó con un camión. Yo iba sin cinturón de seguridad y mi primer recuerdo es teniendo la cabeza a un lado, tirada en el suelo y viendo la hierba. Me quedé en una silla de ruedas y mi madre tras permanecer muy grave, consiguió salvar su vida», detalla, antes de recordar que a lo largo su vida ha culpado a su madre del accidente, algo de lo que se arrepiente y ha explicado que tiene una lesión incurable que entre otras cosas le dificulta a la hora de orinar ya que en muchos sitios no hay baños accesibles.