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Hace más de medio siglo que el durangués Jon Sarobe fue alcalde, aunque solo fuera por un día. Tenía entonces siete años y daba sus primeros pasos en la danza, un camino que le ha llevado a bailar en numerosos actos y ante personalidades como el Papa. Sarobe fue el encargado de dar la bienvenida a Durango a un millar de niños para celebrar la primera Umeen Euskal Jaia del Duranguesado. La danza se convertía en una grata pero reivindicativa expresión del sentimiento euskaldun, aplacada entonces por el régimen franquista. Pero al mismo tiempo en un escaparate en la apuesta por «crear cantera».
Hoy, el propio dantzari Sarobe ha realizado el último baile 'aurresku' en solitario en San Faustos, en una abarrotada y emocionada plaza del Ayuntamiento, antes de dar el testigo a Aritz Lasarguren, que cogerá el relevo en las fiestas. Los durangueses han podido disfrutar de la impecable actuación. El 'aurreskulari' durangués está acostumbrado a acaparar la atención de cámaras y público, pero esta vez se le vio muy emocionado delante del público de su querido pueblo y bajo un precioso cielo azul. Tras 44 años bailando y habiendo sido txupinero el año 2010 recibió un obsequio por parte de la alcaldesa, Mireia Elkoroiribe y toda la corporación del Ayuntamiento de la villa. Los jóvenes txistularis de Jaizale txistulari Elkartea amenizaron su aurresku. Poco después, los durangueses han podido disfrutar de los sabrosos 4.000 artopiles en los bajos del Consistorio.
Es dantzari por antonomasia. Sus pies parecen no tocar el suelo. Y durante el más de medio siglo que lleva bailando euskal dantza, ha llevado el baile a lo más alto. Ligado a Kriskitin desde 1987, tras pasar por Tronperri y Txoritxu Alai, ha ejecutado aurreskus ante el Papa, el rey emérito o casi todos los lehendakaris. «La mayoría de la gente me conoce vestido de blanco», señaló a EL CORREO cuando recibió el premio Durango Sariak por parte del Ayuntamiento hace dos años, reconociendo su labor en la cultura. El premio del público a la persona más destacada en el ámbito cultural le ha pillado por sorpresa ante «personas de mucho talento que han quedado fuera», por lo que agradece la valoración recibida por su pueblo.
«Un dantzari elegante, distinguido y armónico. Nuestro Jon Sarobe se retira tras haber bailado durante tantos años. Casi cinco décadas haciendo que el baile fuera parte de nuestras vidas y tradición. Una gran persona. Hoy me has dado una lección de vida. No he podido aguantar las lágrimas. Eskerrik asko de corazón», subrayó la txupinera Vanessa Goikoetxea en redes sociales.
«Te hacemos entrega de un pequeño detalle con el arco de Santa Ana, por parte de todos los durangueses. Ha sido un aurresku especial, muchas gracias por todo lo que nos has dado durante tantos años. Es una tradición en Durango, casi cinco décadas bailando y haciéndonos disfrutar de la danza», explicó la alcaldesa, Mireia Elkoroiribe.
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