«Tiene que haber un mayor castigo para los infractores que matan en la carretera»

Endurecer las penas para los que matan en la carretera. La duranguesa Rosa Trinidad es la presidenta de la asociación Stop Violencia Vial y conoció de primera mano el dolor con el fallecimiento de su hijo Enaitz Iriondo en 2004 cuando un conductor atropelló y mató al joven de 17 años cuando regresaba en bici al camping en el que pasaba las vacaciones de verano con su familia en La Rioja.

«Hay un colectivo de personas que son infractores y muchos de ellos son reincidentes. Son personas que no van a cambiar de actitud y van a seguir conduciendo de esa manera, habría que quitarles el carnet de conducir. Si no conduce con un hábito saludable con sus capacidades al 100%, no debería hacerlo porque puede poner en riesgo su vida y la de los demás. Eso no puede ser», subraya.

La vecina de la villa insiste en endurecer las penas y que matar en la carretera estuviese mucho más castigado. «Nos gustaría que nuestros legisladores tomaran más en serio las tragedias que ocurren en las carreteras y que los jueces también tuvieran ese sentimiento. Lo que pensamos las víctimas es que sale muy barato matar en carretera. Cualquier otro tipo de delito está mucho más castigado que matar con un vehículo y un coche en manos de una persona irresponsable es un arma de matar», argumenta.

Según sus palabras, cualquiera no puede conducir en cualquier circunstancia y señala que se otorgan y se renuevan los carnets de conducir «muy fácilmente». «Las revisiones deberían ser mucho más exhaustivas, porque no es lo mismo que conduzca una persona de 70 años, que otra de 50. Además, son muy espaciadas (cada cinco años) y dependiendo de la edad, debería ser algo más continuado, como por ejemplo dependiendo de la edad, de un año a otro. Cuando una persona es mayor, en unos meses, puede pegar un bajonazo grande y las capacidades se puede mermar muy rápidamente», analiza.

En el año 2024 se redujeron las muertes en carretera a 37 (por los 44 del 2023) y desde el colectivo con sede en el País Vasco, hacen un balance positivo. «Es un dato interesante, a pesar de que nunca va a ser bueno que haya víctimas y con que haya solamente una, ya es una tragedia, una vida destrozada, familias rotas… hay un dolor para siempre. Pienso que es una buena señal que se hayan reducido. Ojalá continuemos en esa línea. Lo que valoro positivamente es que no haya habido ningún fallecido ciclista, teniendo en cuenta la orografía que tenemos en el País Vasco y la gran afición que hay a la bicicleta en el territorio. Cada vida que se pierde en la carretera es una vida destrozada y hay que intentar que esto no ocurra. En cuanto a los peatones, fueron cinco las víctimas, tres menos que en 2023», asegura. No obstante, 15 motoristas perdieron la vida el pasado año, algo que les preocupa y piensan que sería interesante trabajar con ese colectivo, quizás, de una manera especial.

Por otro lado, han elaborado recientemente una guía de orientación jurídica, en la que señalan recursos para personas dependientes que están muy mal e indica y a qué lugares deben acudir: en qué consiste dicha ayuda, dónde solicitarla... También explican qué hay que hacer cuando ocurre una tragedia y lo que todo el mundo deberíamos saber y que mucha veces desconocemos. «Está dirigido a todas las personas, en caso de que te ocurra un siniestro, que sepas cómo actuar, cuenta también con asesoramiento psicológico. Esta Guia se puede encontrar en los juzgados, donde está el Servicio de Asistencia a la víctima», prosigue.

Plan de movilidad segura

Por otro lado, también insiste en la formación a los más jóvenes, algo que llevan haciéndolo en la villa durante más de diez años, con el programa de Movilidad Segura del Ayuntamiento de Durango, dirigido a alumnos de Educación Primaria y Secundaria. «Ofrecemos una charla a todos los centros de seguridad vial, consideramos que esta materia es muy importante y debería ser una asignatura obligatoria en los centros escolares. El Consistorio tiene sensibilidad sobre este tema, educamos a los niños y les hacemos ver el riesgo y el peligro porque conducir un coche no es solamente aprender las señales y normas, sino también tener esa conciencia de lo que implica manejar un vehiculo. Trabajamos también con personas mayores como conductores y como peatones, con colectivos de discapacidad, embarazadas (sistemas de retención infantil),. Es un gran trabajo y a largo plazo consideramos que estamos invirtiendo en vida», subraya.

También han empezado a trabajar en las autoescuelas con testimonios de las víctimas. «Espero que este proyecto cale en este tipo de personas, que son las que tienen que escucharla porque el dolor de las víctimas tristemente es lo que más llega. Lo positivo es que la gente está cada vez está más sensibilizada. En jóvenes, por ejemplo, si van a fiestas de algún lado el conductor no suele beber, es una actitud muy buena y positiva. Son conscientes de lo que puede ocurrir y ojalá que continúe en esa línea», declara.

«Cuando una persona por una causa determinada está tomando una medicación, tiene depresión o cualquier problema y no puede conducir, deberían quitarle el carnet de conducir aunque solo sea por un breve periodo de tiempo. Hay muchas cosas que se podrían hacer, pero no se hacen, quizás son medidas que no venden votos, pero la vida de las personas tiene que estar por encima de todo eso. Nos queda mucho trabajo por hacer», apunta, por último.

«Insisto que sale muy barato matar en carretera. Tenemos socios en la asociación que han perdido un familiar porque el conductor que llevaba el vehículo se ha despistado y ha atropellado a una persona en un paso de peatones y lo ha matado. A esa persona como mucho le puede caer dos años de castigo, pero si no eres reincidente, no entras en la cárcel. Si vas conduciendo con alcohol y exceso de velocidad, la pena es mayor», argumenta, antes de pedir que endurezcan las penas y que los jueces deberían de tener experiencia en esta materia.

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