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Los bonos de descuento de Durango debieron salir a la venta a finales de octubre, pero un problema técnico obligó a posponer su lanzamiento hasta el pasado jueves. Este retraso provocó un parón en las ventas de varios establecimientos, como en el caso de Artistinta, situado en el Casco Viejo de la villa. «La gente mira mucho el bolsillo y espera la llegada de los bonos para realizar sus compras. El retraso de la campaña nos ha venido fatal porque se frenó la venta de golpe», explica su propietaria, Irati Rey.
Coincide con ella Elsa Bardezi, de la tienda de moda Bardezi, quien lamenta que la iniciativa duranguesa se ha solapado con la lanzada este miércoles por el Gobierno vasco, donde los descuentos «son mayores y mucho más fáciles de adquirir». «La mayoría de gente que utiliza estos bonos de descuento lo hacen para comprar ropas de precios más elevados, un pantalón de 150 euros por ejemplo, se lo pueden llevar por cien», subraya la comerciante.
El Ayuntamiento lanzó un total de 10.680 vales, mil más que en la anterior edición, y «una de las mayores cantidades de los últimos años». Se pueden utilizar en los 200 establecimientos que están adheridos a la asociación de comerciantes de la localidad, Dendak Bai. Tienen un coste de 10 euros y puedes canjearlos por valor de 15, «un descuento de 5 euros al que se le puede sacar provecho», si bien cada persona puede acumular un máximo de seis tickets. La ciudadanía puede adquirir los bonos digitalmente a través de la web 'bonoa.durango.eus', así como en los terminales de cajero ciudadano de la Oficina de Turismo y el SAC (Servicio de Atención a la Ciudadanía).
En cuanto a la iniciativa lanzada por el Gobierno vasco, que estará activa hasta el 5 de diciembre, en total han sido 95 los negocios durangueses que se han adherido. «Estas campañas nos vienen muy bien a los comercios, que están muy apagados últimamente», explica Rey.
Eso sí, desde el comercio A&AM lamentan que el clima ha perjudicado las ventas de otoño. «Durango goza de un buen comercio, pero es cierto que con temperaturas elevadas, la gente no va a venir a comprar abrigos. Y con lluvia, tampoco se animan mucho a salir. A parte de eso, todo el mundo sabe de las distintas campañas que existen y las aprovechan al máximo. Sobre todo, para comprar las prendas más caras», subrayan.
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