«Necesitamos normalidad, salir, hacer unas compras, que haya vida en el pueblo»

Comerciantes como Jabi Arrieta, del establecimiento textil Sylke, agradecía este interés. Su stand con rebajas al 50% era uno a los más concurridos. «Este año hemos salvado la campaña. Se vende menos ropa porque no hay tanta vida social, pero las restricciones de movimiento han hecho que hayan venido a las tiendas de cercanía gente que no nos compraba antes», ha admitido. Su puesto es uno de los 18 establecimientos que hasta el domingo a las siete de la tarde ofrecerán sus oportunidades en el pabellón multiusos de Landako.

Según Álex Palacios, presidente de la asociación de comerciantes de Durango, Dendak Bai, «el sector textil ha sido uno de los más perjudicados en la pandemia, y este fin de semana tenemos la oportunidad de apoyarlo». Palacios que ha estado a primera hora ha agradecido la recepción que está teniendo entre los vecinos de la zona. «Queríamos traer un poco de normalidad y, garantizando la seguridad, el permitir hacer unas compras en un espacio abierto y con varios stands de gastronomía en dónde poder tomar café, dulces o animarte con comida para llevar, está teniendo una buena acogida», ha informado en la apertura esta mañana de la feria, que cuenta con la colaboración del Departamento de Turismo, Comercio y Consumo del Gobierno vasco y el Ayuntamiento de Durango.

Desde todo tipo de ropa, calzado, trajes vascos, bolsos o ropa de bebé, hasta queso de cabra, gildas o palmeras de chocolate. «El comercio en Durango es de calidad, y el trato es muy bueno, momentos como el que estamos pasando son el idóneo para demostrar nuestro apoyo», apuntó la duranguesa Jone Camarero mientras aprovechaba la mañana para hacer unas compras. Maialen, Araceli y Xurdana, que se han acercado hasta Landako tras dejar a sus hijos en la guardería, admitían que siempre acaban «picando algo». Aunque también es cierto que ese «algo» acaba siempre para los más pequeños.

Entre los comerciantes el año se ha sobrellevado de distinta manera. Las restricciones de aforo han supuesto todo un batacazo para establecimientos que como Bardezi dedican buena parte de sus productos a los eventos. Sin bodas ni comuniones, y con las restricciones de movilidad impidiendo la entrada en Durango, las ventas han caído. «Aunque al principio de la campaña parecía que se podía salvar, las rebajas con el cierre perimetral han sido muy malas, está siendo un año duro», ha admitido Elsa Bardezi. Tampoco ha sido bueno para Tejidos Marga, una de los escasos establecimientos de telas de toda la comarca del Duranguesado y de Lea Artibai. La prohibición de romerías y exhibiciones de dantza ha recortado también la venta de trajes vascos que cuelgan en su stand. «Nuestros clientes están deseando que esta tarde el LABI levante el confinamiento perimetral para poder venir», señaló Marga.

La feria, aunque cierra sus puertas a las 14.00 horas, volverá abrir de 17.00 a 21.00 horas. Mañana sábado, abrirá a las diez y repite el horario de hoy. El domingo, en cambio, la apertura se realizará una hora más tarde y por la tarde cerrará sus puertas a las 19.00 horas.