Fallece Antonio Madinabeitia, el último misionero de Urkiola

El religioso estuvo en Ecuador durante 38 años: de 1963 a 1986 y de 1996 a 2011

Javier García Legorburu

Jueves, 13 de junio 2024, 11:52

Antonio Madinabeitia, el misionero que tras morir Joseba Legarza y el obispo emérito Bittor Garaigordobil siguió residiendo en la Abadetxea de Urkiola junto con el matrimonio formado por Félix Moreno y Conchi Marcos, ha muerto este jueves a los 91 años de edad. «La familia ... del santuario le tendrá muy presente en las diversas celebraciones que tendrán lugar con motivo de la festividad de San Antonio de Padua», ha manifestado la Diosesis de Bilbao en el comunicado en el que da cuenta de fallecimiento.

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Su nombre es sinónimo de solidaridad, dedicación y compromiso, y fue hasta el pasado verano, el último misionero en residir en el santuario de Urkiola. A sus 90 años, dejó la Abadetxea para trasladarse a la residencia sacerdotal de Vitoria, poniendo punto y final a una etapa concreta de Misión. «Aquí estoy muy bien, pero los años pesan y cada vez tengo más dificultades para valerme por mí mismo. No me gusta decir que soy el último misionero, porque sigue habiendo más, pero sí que soy el que cierra una generación», contaba entonces a EL CORREO

Entonces recibía a este periódico en la cocina de la casa cural y se entristecía al recordar los rostros de las personas «que no tenían nada» en las remotas aldeas de Ecuador hace más de medio siglo. «Nos recibían con los brazos abiertos, vivían en condiciones muy malas», cuenta. Malnutridos y aislados, la visita de misioneros como él, era para ellos el acontecimiento más esperado. «Urkiola es muy especial para mí, pero Ecuador es el lugar en el mundo donde me he sentido pleno», rememoraba.

Su cariño por un país con problemas

El sacerdote pasó allí 38 años divididos en dos periodos. Su primer viaje lo realizó en las navidades de 1963. No dudó en cruzar el charco y darse a los más necesitados. Regresó a Urkiola 23 años después, en 1986. Allí se encontró con el ya fallecido Joseba Legarza, también sacerdote y misionero en Ecuador que había residido en Urkiola durante medio siglo. Codo con codo, y junto a la comunidad de curas que vivía entonces en Urkiola, trabajaron por arreglar el templo, que era un auténtico coladero de agua y frío. También plantaron árboles, colocaron papeleras y limpiaron el núcleo del Parque Natural. A su vez, el misionero Peli Romarategui, que falleció en enero de 2023 a los 100 años, construía la que posiblemente sea una de sus obras más importantes; el mural que preside el altar mayor del santuario de Urkiola, de 170 metros cuadrados de superficie e integrado por 850.000 teselas y 14 vidrieras.

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Madinabeitia tardó una década en regresar a Latinoamérica. «Aquí había mucha gente y sentía que me necesitaban más en Ecuador. Mi labor estaba allí», reconocía. En su última etapa de misionero estuvo en la región de Mata de Cacao y no regresó a Urkiola de manera definitiva hasta 2011, a los 78 años, aunque se quedó con la pena de ver a su Ecuador con «muchas más dificultades». «Hay mucha pobreza y la situación social y política continúa siendo la misma», lamentaba hace menos de un años en las páginas de este periódico.

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