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Un nuevo hecho violento en Bizkaibus. Según el sindicato ELA, un conductor de la empresa Avanza Durangaldea, una de las operadoras, ha interpuesto una denuncia en la Ertzaintza por las amenazas recibidas el pasado 22 de febrero, en Atxondo. Ese día, un chófer tuvo que ... aminorar la velocidad al ponerse un vehículo delante y reducir drásticamente la velocidad. Ante la indicación del conductor del autobús para reanudar la marcha, el del turismo comenzó a hacer aspavientos y a perseguir al autobús hasta la zona en la que realiza el descanso ordinario. Allí se bajó del coche y amenazó al conductor. Ante la gravedad de las amenazas, el conductor ha interpuesto una denuncia.
«Estas situaciones suponen una carga para los profesionales que regularmente sufren este tipo de agresiones sin que ninguna de las empresas instale mecanismos que minimicen el riesgo, ni se aumentan los medios humanos que den soporte ante estas agresiones. Solicitamos a las distintas administraciones, y en este caso a la Diputación Foral de Bizkaia, que intervenga de manera directa. Esto será expuesto por parte del sindicato en la reunión que mantendrá con la Diputación el próximo 7 de marzo», declaran las fuentes sindicales.
Desgraciadamente, no es el primer acto violento que se produce en el último mes en Bizkaia, ya que hace apenas dos semanas, un conductor de la línea 3925 de Bizkaibus sufrió el pasado domingo en la calle Hurtado de Amézaga de Bilbao un intento de agresión con arma blanca. El ataque fue evitado por la Ertzaintza, que tuvo que reducir al presunto autor de los hechos. En aquel momento, los hechos comenzaron cuando el chófer observó a un individuo manipulando los limpiaparabrisas del autobús que esperaba en esos momentos a su salida. Entonces, el conductor indicó a esta persona que cesara en su actitud, lo que provocó que el hombre se dirigiese a la parte trasera del autobús para abrir el portón.
Fue entonces cuando el conductor volvió a recriminarle para que dejara de hacer eso. En ese momento, el hombre amenazó al trabajador de Bizkaibus con una navaja para, acto seguido, tratar de pinchar las ruedas del vehículo.
Hay que recordar que hace poco más de un año la plantilla pidió más seguridad y advirtió de que la violencia hacia los trabajadores se había recrudecido desde que se declaró la pandemia. Por aquel entonces, los sindicatos de Bizkaibus contabilizaron media docena de agresiones de pasajeros a conductores en diez meses. Algunas verbales y otras físicas, pero ninguna tan impactante ni «dolorosa» como la que sufrió una trabajadora de la línea Bilbao-Mungia. A esta mujer la arrastraron de los pelos y le dieron una paliza entre tres chicas jóvenes delante de varias decenas de testigos. «Nadie movió un dedo» por ayudarla.
El incidente que tuvo su episodio final en la plaza Moyua (antes hubo insultos y un escupitajo) hizo rebosar el aguante de la plantilla. Por varios motivos. Primero porque los incidentes «son cada vez más frecuentes». Hay cierta sensación entre el colectivo de que la violencia se ha recrudecido desde el inicio de la pandemia. La escalada de agresiones obligó a contratar vigilante en Bizkaibus en enero del pasado año.
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