14 durangueses salen a escena para satirizar la brecha digital en los mayores

En total, catorce actores que Martínez de Antoñana ha ido «reclutando» a pie de calle. A Alicia Brao la invitó a participar mientras pagaba la compra en un supermercado dónde trabajaba de cajera. «Comenzamos a hablar, le dije que hacía teatro con la compañía Ítaca de Durango, y aquí estoy». Ama de casa en la actualidad, asegura que el teatro es «una terapia; las dos horas que estamos ensayando desconecto de todo, es algo que todos deberían probar».

Como Alicia o Kontxi, que de ceder su restaurante para convertirlo en un improvisado plató y lugar de ensayo pasó a convertirse en parte del elenco de actores, están Inés Olivera, doctora en el centro de salud de Landako, que compagina su amor por la medicina y el teatro. También figuran Rafa Peñafiel, miembro de la junta de la Asociación Artística del Duranguesado junto a Martínez de Antoñana. Tras jubilarse dio rinda suelta a los pinceles y solo en el último año ha pintado un centenar de acuarelas. En esta ocasión hace de una persona afectada por narcolepsia, que poco tiene que ver con su activa ocupación.

Javier Pérez llegó al grupo tras la retirada de otro de los componentes. «Antoñana fue mi maestro de pintura y cuando me lo planteó no pude decirle que no», asegura mientras relee el guión. Pérez es uno de los protagonistas y da vida a un jubilado mendizale, que tras perderse en alguna de sus salidas al monte, su mujer le regala un teléfono. «Además de no saber ni contestar, la primera llamada que recibe es la de una teleoperadora para ofrecerle un cambio de compañía, la situación le desborda y comienzan a sucederse los acontecimientos», asegura.

Con una media de edad de 60 años, recortada por la presencia de dos treintañeras como son Daniela Martínez y Ely Leyva, y Ane, de 11 años y nieta de Javier Pérez, el grupo es muy consciente de esta realidad. Algo que corroboran los datos aportados por el Observatorio Sénior de 65YMÁS, que estiman que la brecha digital preocupa al 54% de los mayores de 50 años y sa un 76% cuando se trata de personas de más de 80 años.

Es más, Francisco Markiegi 'Katillu', ni siquiera tiene móvil. En su caso, salvo algún escarceo cuando era adolescente como extra en las películas de José Julián Bakedano, no ha pisado un plató ni un escenario. Empezó por curiosidad y hoy es el día que está deseando que sea la hora del ensayo.Los tres últimos cortometrajes han sido estrenados en el teatro San Agustín con un importante éxito de asistencia, que esperan llegue también a este último.