Los andamios que han ocupado durante casi un año el interior del pórtico de Santa María de Durango han desaparecido, lo que indica que los trabajos de reforma han llegado a su fin, y que los vecinos ya pueden volver a usar este espacio como ... punto de encuentro. El Ayuntamiento ha invertido 900.000 euros en realizar una restauración «delicada» y «comprometida» de esta cubierta, la más grande de Euskadi e incluso de Europa.
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La mejora más visible será el cambio de iluminación. Las luminarias anteriores, de tipo industrial, han sido modificadas por un sistema de luces directas e indirectas mejor integradas en el entramado de madera. Todo esto permite programar diferentes escenas en función del uso diario, de feria o de eventos que se puedan realizar en el pórtico.
En cuanto a la estructura, compuesta por vigas de madera que se asemejan al esqueleto de un antiguo navío, se han liberado las cargas que soporta, posibilitando analizar y decidir la sustitución de aquellos elementos que no cumplen su función original. También se han realizado sustituciones de ensamblajes, unos visibles sutilmente, y otros imperceptibles, ya que la tecnología actual permite uniones internas con elementos de acero y resinas.
«La tecnología láser ha permitido comprobar que el proceso no ha supuesto ningún tipo de asentamientos de la estructura, que ha quedado totalmente consolidada», destacan fuentes municipales.
El pórtico, construido en el siglo XVII por el carpintero Martín de Gabiria, fue devorado por las bombas de la aviación italiana el trágico 31 de marzo de 1937 corriendo la misma suerte que el 80% de los edificios del casco viejo. Tras la Guerra Civil resurgió de sus cenizas y volvió a ser el eje de la villa. Desde entonces, se ha convertido en un espacio de encuentro tanto de eventos religiosos como de intercambio, dando vital importancia al acceso secundario de la iglesia. Entre sus múltiples usos a lo largo de su historia, destacan la celebración de mercados, la feria del libro y disco vasco, conciertos o numerosos encuentros sociales.
El Ayuntamiento contempla abrir «en breve» una pequeña exposición que recoja todos los trabajos realizados, donde se explicará con más detalle las obras que se han llevado a cabo.
El proyecto de rehabilitación fue redactado por el arquitecto durangués Oier Bizkarra, mientras que la dirección de obra ha sido a cargo de la arquitecta, también duranguesa, Cristina Zarrabeitia. La obra de rehabilitación fue contratada por el precio de 620.824,20 euros. Sin embargo, tras la detección de nuevas patologías no recogidas en el proyecto inicialmente contratado, se inyectaron 229.132,67 más. Cifra que, junto con los honorarios de proyecto y dirección técnica, además del cierre especial que hubo que realizar para las fiestas de San Fausto, asciende a un coste aproximado de 900.000 euros.
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