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Hace más de dos décadas que Durango recuperó su carnaval rural, después de la prohibición de la dictadura. Durante este tiempo, un personaje del que apenas quedan algunos escritos ha ido ganando peso hasta codearse tímidamente con personajes célebres como son los Atorrak de Mundaka, ... Miel Otxin y Ziripot de Lantz o Markitos de Zalduondo. Durante todo el día de mañana, desfilarán centenares de la comparsa Surrandi que cumple su 25 aniversario a los que una colorida y prominente nariz esconde su rostro y recorrerán las calles de la villa dispuestos a disfrutar de la fiesta junto al oso y el domador.
«Desde que empezamos, el itinerario siempre ha sido el mismo. Hemos evolucionado en cuanto a vestimenta, personajes y conocimiento. Pero el objetivo siempre ha sido hacer grupo. Además, los centros escolares trabajan con talleres, máscaras y los bailes y eso hace que cada vez aumente más el número de personas», explican las integrantes del grupo de danzas Kriskitin, Jaione Fernández de Retana y Nagore Lozano.
El aspecto más trasgresor de los surrandis de antes de la guerra, que «pegaban y levantaban las faldas», se ha diluido con los nuevos tiempos, aunque ya entonces tenían sus normas para evitar incidentes mayores al golpear éstos con globos o el propio chaleco viejo «que a modo de tralla agitan en sus diestras, van azotando a toda persona con quien tropiezan». Los más pequeños corrían mientras entonaban un «Te conozco la cara de morrosko», según recogió una investigación realizada por la asociación cultural Gerediaga sobre los Carnavales en la comarca.
«Hemos recuperado algo que era nuestro. Nosotros en ese día no somos dantzaris, queremos que disfrute el pueblo y no sólo los más pequeños, sino las familias al completo. Los niños cuando ven a los surrandis es lo que quieren llegar a ser, es para que disfrutemos nosotros y desaparezcan nuestras preocupaciones. Que disfrutemos y descansemos para que salga todo el estrés. Esos son los carnavales», explica Jaione.
El grupo de danzas Kriskitin recuperó aquella indumentaria que hoy en día son parte de la identidad de los carnavales durangueses. Albarcas en los pies y calzón corto de pastor, los faldones de la camisa al aire y un collar de cencerros a la cintura, y en la cara una careta de disforme y descomunal nariz. Desde hace años, el grupo de danza organiza talleres para el diseño de las máscaras y aprovecha para organizar los bailes que irán repartiendo por su recorrido durante todo el día. El apogeo llegará con el tradicional pasacalle con el oso, los txistularis y los grupos de música Tabira Musika Banda, los dantzaris y Jaizale. El desfile comenzará a las 18.00 horas de la plaza del mercado y terminará a las 20.00 en el pórtico de Santa María, quitadas ya las máscaras como es tradición para continuar bailando.
¿Pero qué es ser un surrandi? Es sacar todo lo que tiene uno dentro, salir a correr, bailar, cantar… La base en cuanto a la vestimenta está relacionada con todos los trajes del País Vasco como pueden ser las albarcas de piel, los calcetines de lana, los pantalones de mahón, los gerrikos y cencerros presentes en todo el carnaval vasco y rural. Ese sonido de los animales podía ser el despertar de la tierra, ahuyentar los malos espíritus y el comienzo de la primavera.
«No es un desfile, se trata de un carnaval. En Durango salimos con un oso y las puxikas que salen al despertar y a comer. Llevamos la vejiga de vaca y la camisa de cuadros blanca, la cabeza siempre tapada y la máscara que es el elemento estrella. Se trata de un traje y no un disfraz», prosiguen ambas.
De los cerca de 40 surrandis que salieron hace más de dos décadas a teñir de diversión y tradición los carnavales, mañana serán centenares los que tomarán las calles. «Nos han inculcado ese sentimiento y esas ganas. Es algo altruista, somos un grupo que hemos podido recibir una herencia de los mayores e intentamos transmitir a las futuras generaciones que tienen que actuar de igual manera. Queremos atrapar a la juventud y que bailen con nosotros», añaden.
«Hay una figura que es el jefe de la tribu. No lo tenemos recogido como personaje que llevaba una turuta de metal y hace dos años, falleció un compañero nuestro, Abel Iriondo, y representaba ese papel. No nos podemos desperdigar y esta figura encarnaba el camino a realizar todos juntos. Ese liderazgo lo tenemos compartido», concluyen.
En cuanto al resto de programación de Durango, los hosteleros del Casco Viejo también se sumarán a la festividad de Carnaval el sábado, para lo que han organizado una sesión con el DJ Ruben Costa en Goienkale de 20.30 a 23.30 h.
El domingo será día de diversión para los más pequeños. Tanto por la mañana como por la tarde se habilitará un espacio de juego libre en Landako Gunea, y en el barrio Tabira se podrá participar en un taller de parkour. A las 18.00 horas, comenzará en Plateruena el espectáculo familiar «I love rock and roll».
Y para el martes, último día de carnaval, el Ayuntamiento de la villa ha organizado un programa festivo para toda la familia. Por la mañana y por la tarde se habilitará una zona de juego libre en Landako Gunea y en el barrio Otamotzena se podrá disfrutar de un espectáculo de magia de la mano de los magos Kidam y David Blanco, y en Landako Gunea de los talleres organizados por el «Banco del tiempo».
El centro cultural Plateruena acogerá una sesión de música disco y karaoke para toda la familia, con sorteos incluidos, así como la Gazte Diskoteka de la mano de DJ Jon Kass. «Animamos a todos los durangarras a vestirse de color y participar en las actividades organizadas con motivo de los carnavales», recalcan las fuentes municipales.
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