Durango acoge una exposición que combina dos formas diferentes de apreciar un paisaje

Cullell, con una trayectoria ligada al cómic y el diseño gráfico, expone 21 acuarelas de paisajes realistas y detallados. Por su parte, el durangués, Azpiri, con más de 20 años de experiencia en el arte, exhibe 11 cuadros en los que la interpretación del paisaje se vuelve más conceptual, a través de formas geométricas y líneas negras que descomponen la imagen en una visión más abstracta. Además, este ofrece cuatro piezas de cerámica, realizadas recientemente y que siguen la estética de sus pinturas. Como elemento central, ha creado una instalación audiovisual inmersiva, donde se proyectan imágenes con un acompañamiento sonoro, buscando que el visitante «se adentre en el cuadro y lo experimente desde su interior».

La conexión entre los dos nació hace aproximadamente un año, cuando comenzaron a seguirse en redes sociales y finalmente coincidieron en la feria de artesanos que se celebra durante la Azoka de la villa en diciembre. A partir de ahí, decidieron trabajar juntos en un proyecto expositivo. «Queríamos que no se percibieran dos muestras separadas, sino un diálogo mediante nuestro modo de ver una escena», asegura Azpiri. Por ese motivo, han distribuido las obras en la sala de manera que se intercalen los estilos, logrando una integración visual pese a sus diferencias.

La exposición se ha organizado dentro del marco de la Asociación Artística de Duranguesado, a la que ambos pertenecen y que brinda la oportunidad de realizar una muestra anual, ya sea individual o colectiva. «A diferencia de mi compañero, mi intención es tirar hacia el mundo de la imaginación», explica Azpiri sobre su propuesta. «Intento que la gente vea las formas de otra manera, que potencie su forma de mirar. A veces observamos un monte y solo vemos eso, pero en realidad es una suma de muchas cosas distintas. Quiero que el espectador pueda ver más allá». concluye.