La defensora salvadoreña Lorena Peña denuncia en Amorebieta la represión política que vive su país

«Este programa que desarrolla Mundu Bat es conmovedor porque ha sido mucha satisfacción el poder compartir con ciudadanos comprometidas con los derechos humanos de las diferentes comunidades del País Vasco. Es algo que nos fortalece. Considero que en Salvador estamos viviendo un periodo muy crítico, de involución y retroceso respecto a los logros que alcanzamos durante los Acuerdos de Paz y años posteriores» explica Peña, invitada por los representantes municipales de la localidad.

Peña es diputada del FMLN (Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional), secretaria nacional de Cultura del FMLN y militante y fundadora del Movimiento de Mujeres Las Mélidas, en honor a Mélida Anaya Montes. «Veníamos de una dictadura militar muy cruel, siempre se había sometido a represión, sangre y fuego cualquier intento de huelga en los años 70 y 80 que terminaban en represión. No había elecciones libres y llegamos a situaciones como los asesinatos de los padres Jesuitas, del monseñor Romero y maestros y estudiantes, que cumple su 34 aniversario», añade.

Del mismo modo, ha relatado con crudeza la realidad que vive el país salvadoreño. «Con el actual presidente, Nayib Bukele, nos encontramos en una situación en la que caminamos a pasos agigantados hacia el escenario político de los años 70 y 80 y creo que es importante darlo a conocer», prosigue, antes de detallar que están transitando hacia un proceso de remilitarización, de concentración de la riqueza e implantación de un régimen de terror. Desde que este gobierno alcanzó la mayoría legislativa en el año 2019, los ciudadanos han asistido a la destitución ilegal de los magistrados de Corte Suprema de Justicia y nombramiento ilegal de nuevos magistrados de la Sala de lo Constitucional para tener magistrados favorables a sus planes, sea o no acorde a la Constitución.

«La separación de poderes se terminó. Ha decretado reserva de información para el 80% del gasto público por decreto legislativo y no se podrá dar información en los gastos de publicidad, de obras públicas, casa presidencial y hospitales… Hay una opacidad tremenda, hay una serie de malversaciones que se realizan con el gasto público. Además, tenemos que estar veinte meses en régimen de excepción: se hacen batidas, retenes en los barrios populares y rurales y se captura entre los 15 y 40 años al culpable porque no media una investigación. Nos acusan de asociación para delinquir», exclama.

En el país de América Central 72.000 personas presas nuevas no tienen derecho a abogado ni defensa, están desaparecidas dentro de las cárceles y no tienen acceso a las visitas familiares. Está desmantelando todos los programas sociales, hay régimen de excepción, control social y de terror y según señala Peña, actualmente acumulan 200 muertos en manos del Estado en centros penales y algunos de ellos han salido de las cárceles con claras señales de maltrato y tortura.

«Existe una presencia militar apabullante que está redundando en abusos del Ejército: niñas violadas, hombres metidos presos porque las mujeres no se dejaron ser violadas… hay un retroceso en materia de derechos de mujeres. La iniciativa de despenalización del aborto lo ha archivado. Está atacando a las organizaciones sociales y ONG. Asaltaron hasta nuestro local», manifiesta resignada.

Por último, ha reconocido que tiene dos juicios contra ella. Uno de ellos por enriquecimiento ilícito y el otro es por usar mecanismos perversos para aprobar la ley de presupuestos y alcanzar la mayoría legislativa. Además, a mujeres de la oposición se les ha acusado de enriquecimiento ilícito, lleva cuatro años en arresto domiciliario y dos exministras siguen así.

«Tenemos una treintena de presos políticos y periodistas en el exilio y quiero alertar que violando la constitución busca la reelección el presidente actual. No es cierto que tenga el 97% de apoyo. Hay más movilización popular que antes, el voto nulo está creciendo bastante. Va a recrudecer la represión y va a incrementar el control y terror para mejorar sus números electorales», concluye.